Publicidad

Spud Webb: el jugador más bajo en ganar el Concurso de Mates de la NBA

A una semana de que se celebre el tradicional fin de semana de las estrellas en la mejor liga de baloncesto del mundo, recordamos una de las historias más curiosas del All-Star.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Juan Diego Forero Vélez
10 de febrero de 2024 - 12:09 a. m.
Hace 38 años, Spud Webb se convirtió en el jugador más bajo en ganar el Concurso de Mates de la NBA.
Hace 38 años, Spud Webb se convirtió en el jugador más bajo en ganar el Concurso de Mates de la NBA.
Foto: NBA
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

El primer año de Michael Jordan en la NBA fue bueno. Casi de inmediato los ojos del mundo se posaron en él, en su calidad, en su docilidad y estilo. En 1985 fue invitado al All-Star Game como una promesa para el basquetbol, como una leyenda en crecimiento, un pequeño diamante aún opaco. El Hoosier Dome estaba a reventar, los gritos de aliento se escuchaban a kilómetros, pero nada de esto podía distraer a las estrellas. Jordan jugó 22 minutos, anotó siete puntos y perdió. El equipo de la conferencia oeste fue mejor y las caras largas del equipo de Michael demostraron que nadie está, nunca, absolutamente preparado para perder.

Mire: Egan Bernal, cara a cara con la muerte: volvió a la carretera en la que casi pierde la vida

Dominique Wilkins se levantó de la banca, preparado para el Concurso de Mates, tras un breve calentamiento. El joven Jordan lo miraba con recelo, era cinco centímetros más bajo que el jugador de los Hawks. Julius Erving y Larry Nance se reían tímidamente, pues habían sido finalistas el año anterior y pasarían de ronda sin tener que hacer nada, mientras que Dominique y Jordan tuvieron que hacer un par piruetas en el aire, emocionar a la tribuna y enloquecer a la gente para pasar a las semifinales.

Cuando Jordan se elevaba en el aire parecía que el tiempo se detenía, sus manos viajaban de forma autónoma y sus pies quedaban suspendidos en un universo olvidado. Al caer el público suspiraba, cada movimiento era armónico, pensado, premeditado. Mascaba chicle y miraba de reojo a Wilkins, prepotente.

También: La polémica decisión por la que Mayra Ramírez no jugará con Colombia la Copa Oro

Dominique era quizá igual de bueno, más violento, más rudo y más agresivo. Sus puntos resonaban con ruidos secos. No miraba la canasta ni al público, ignoraba los gritos, los aplausos y las fotografías. Wilkins ganó y lo celebró con mucha modestia, con sonrisas a medio dibujar y alzando tímidamente el trofeo por encima de su cabeza. Fue la primera de dos veces que se enfrentaron en el Concurso, luego, en 1988, Jordan lograría su revancha y ambos jugadores terminarían ganando el concurso dos veces en sus carreras.

La llegada de Spud Webb

Hace 38 años el pequeño Spud Webb se enfrentó a Dominique Wilkins. Sería una analogía mediocre y simplista decir que parecía una batalla entre David y Goliat. La diferencia era abismal, pero Webb no estaba asustado ni intimidado por su compañero de equipo. Miraba a Dominique con vehemencia y convencimiento de causa. 1.68 metros contra 2.03. Era cómico, casi irrealizable. Muchas de las miradas en la tribuna ni siquiera se fijaban en Webb. La victoria del vigente campeón parecía asegurada tras la ausencia de Michael Jordan por lesión. Ausencia muy dolorosa para los fanáticos de la NBA, pero que a Wilkins parecía no distraerlo. Sus movimientos se habían vuelto más seguros que el año anterior, rebosaban hilaridad. Su compañero en los Haks, ignorado por todos, se fue metiendo en la final con astucia y grandes puntos.

Webb fue uno de los jugadores más bajos en jugar en la NBA. Nació en Dallas el 13 de julio de 1963 y fue difícil para él conseguir un lugar en un deporte de gigantes, en el que se menospreciaba otros prototipos sin siquiera ponerlos a prueba. Tuvo que demostrar que merecía estar ahí, que no envidiaba a aquellos que, naturalmente, estaban mejor preparados para alcanzar la gloria, para sostener con despotismo la pelota naranja en el aire impostor. Hasta que Tom Abatemarco lo vio jugar y no pudo evitar llamarlo para hacerle una prueba. Tom era el segundo entrenador del equipo de la Universidad de Carolina del Norte, y cuando se plantó con Webb frente al entrenador del equipo, Jim Valvano, sintió un súbito escalofrío recorriéndole la espina dorsal. Jim al mirarlo no pudo hacer más que susurrarle a Tom que estaba despedido, pero Webb, que había sido rechazado por varias universidades en el pasado, no estaba listo para dejar pasar la oportunidad. No aceptaría el despido de Tom Abatemarco ni cargaría con esa culpa. Y consiguió convencer a Jim.

Mire, además: Mark Cavendish, la leyenda que se quedó con la cuarta etapa del Tour Colombia 2024

“Admito que de pequeño solía querer ser alto. Logré jugar en la escuela, en la Universidad y ahora con los profesionales. Así que realmente no importa más”, dijo Spud una vez, con la voz firme y la mirada profunda.

Lo que realmente puso en el mapa a Webb tras sus 12 temporadas al más alto nivel fue aquel All-Star Game en 1986. Hace 38 años, en el Concurso de Mates, el público empezó a corear su nombre y a levantar carteles con el número 10 impreso. Michael Jordan, vestido con ropa de civil, sentado en la banca, se tomaba la cabeza con cada pirueta del pequeño base de los Hawks. Con extraña e inusitada rapidez, Dominique fue reducido con propiedad, arrojado contra las cuerdas y minimizado, se volvió invisible.

Spud Webb hizo un giro de 360 grados y encestó de forma dramática, luego cayó al suelo y miró a su alrededor, sintiéndose ganador. Estaba arrojado en el piso resplandeciente con los brazos alrededor de sus rodillas sin poder esconder su alegría. Wilkins era solo otra montaña que debía superar, y lo hizo, sin dejar de correr y abrazarlo al final del enfrentamiento como a un amigo. Porque su amabilidad era tan solo otra de las caras que tenía su grandeza.

🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador

Por Juan Diego Forero Vélez

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.