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Stalin Ortiz, el general de los Guerreros

Este viernes (7:30 p.m., Directv), en el coliseo El Salitre de Bogotá se realiza el primer juego de la final de la Copa Invitacional de Baloncesto.

Luis Guillermo Montenegro
08 de noviembre de 2012 - 10:12 p. m.
Stalin Ortiz, escolta de Guerreros de Bogotá.  / Gustavo Torrijos
Stalin Ortiz, escolta de Guerreros de Bogotá. / Gustavo Torrijos

Guerreros de Bogotá ha sido uno de los equipos sensación en la Copa Invitacional de Baloncesto de este año. El equipo capitalino ha cumplido con una campaña casi perfecta, que lo tiene instalado en la gran final, la cual comenzará a jugar este vienres (7:30 p.m., Directv) en el coliseo El Salitre de Bogotá, frente a Búkaros.

El campeón será el que gane tres de cinco partidos. Los dos primeros serán en la capital del país y los restantes en Bucaramanga.

Una de las figuras de Guerreros es el escolta Stalin Ortiz, quien ha sido el máximo anotador del equipo, y junto a Juan Diego Tello y el estadounidense Rashad Bell, ha comandado los hilos del equipo bogotano en busca de coronarse por primera vez campeón de la Copa Invitacional de Baloncesto.

Stalin Ortiz nació el 8 de febrero de 1981 en Buenaventura y creció en medio de una ciudad que, además de conocerse por sus minas y su puerto, ha sido famosa en el país por la gran cantidad de talentosos del deporte que ha producido.

Desde niño fue deportista y además de practicar baloncesto, jugó fútbol y se destacó como un goleador nato. Gracias a su contextura física, era un peligro inminente en los arcos rivales, su cabezazos eran su arma letal. Entrenó con los equipos más grandes de Cali, como lo son el América y el Deportivo Cali, pero a los 14 años, decidió dedicarse de lleno al deporte de la pelota naranja. “Me gustó más el baloncesto por el movimiento y la acción, lo hacía mejor”.

En la Liga del Valle metió sus primeras cestas en competiciones oficiales. Hacía parte del equipo de su colegio y gracias al buen nivel que mostró allí, fue convocado para la selección colombiana de baloncesto, en la que ha podido estar en todas las categorías y gracias a sus buenas presentaciones se ganó una beca para estudiar y jugar en Estados Unidos.

La universidad que le brindó esta opción fue la de Valparaíso en Indiana, Illinois, en la que decidió estudiar economía. “Fue una excelente oportunidad, porque además de formarme como persona en una carrera que quería estudiar, tuve la gran fortuna de jugar baloncesto universitario a un nivel muy alto, en el que creció mi juego y adquirí experiencia”.

Ortiz ganó dos campeonatos con el equipo de la universidad y fue uno de los máximos anotadores del quinteto de Valparaíso.

En 2003 se graduó como economista y en el ámbito deportivo tuvo la oportunidad de participar en el draft de ese año. Sin embargo, no lo hizo por motivos personales. “Primero que todo, sabía que mis posibilidades para quedar en una equipo de la NBA no eran muy altas, yo no tenía la estatura adecuada, y por otro lado, en esa entonces tocaba permanecer seis meses por mi cuenta viviendo allá y yo no tenía dónde ni cómo quedarme. En ese momento quise ir a jugar a Europa”.

Ya con el título de economista, decidió volver a Colombia, donde rápidamente encontró la posibilidad de actuar en Piratas de Bogotá, equipo que en ese entonces era patrocinado por Saludcoop, y esa empresa le dio la opción de jugar y ejercer su profesión al mismo tiempo.

“Salí dos veces campeón de la Copa Invitacional de Baloncesto y a nivel profesional trabajé en la parte contable de Cafesalud. Estaba haciendo lo que me gustaba hasta que Saludcoop me quitó el apoyo y por eso decidí ir a jugar en el baloncesto de Argentina”.

El bonaverense recaló en el equipo Estudiantes de Bahía Blanca, donde nuevamente se destacó como máximo anotador y se convirtió en uno de los mejores jugadores de esa liga. Ahí le salió una opción de ir al equipo Burgos de España, pero cuando ya estaba todo definido, tuvo problemas con la visa y se cayó toda la operación, así que fue a jugar al Trotamundos de Venezuela.

En el año 2008 se le cumplió su sueño de ir a jugar a Europa. Lo hizo en el equipo Air Avellino de la liga italiana, en el que logró salir campeón de la Copa de Italia y clasificarse a la Euroliga.

En ese momento pensó más como padre de familia, pues se había casado con Ilda Lorena Ponce y ese año nació Diara Ortiz, su hija. Por eso creó una empresa de maderas en Bogotá y una peluquería para hacer empresa y ejercer su profesión.

En Colombia cosechó títulos con Arrieros de Medellín y ahora, con Guerreros de Bogotá, espera poder levantar nuevamente la Copa Invitacional de Baloncesto.

“Ha sido una gran experiencia, hemos hecho un buen torneo y la mejor forma de ratificarlo es ganando. Búkaros es un equipo que siempre pelea, es rápido y define muy bien. Toca contrarrestar sus virtudes con buen juego. Podemos ganar”.

 

Por Luis Guillermo Montenegro

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