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Una incógnita completa, ¿cómo iba Francia a defender un título del Mundo sin N’golo Kanté y Paul Pogba? Fueron la pieza clave en su conquista del mundo en Rusia hace cuatro años. El engranaje del mediocampo que armó Deschamps partía de la estabilidad de estos jugadores y no iban a estar en Catar.
A estos nombres se iban sumando más y más jugadores galos que llegaban a la época mundialista en la élite del fútbol europeo y pintaban para reforzar la candidatura francesa, pero que se fueron cayendo de la lista uno a uno. Nkunku, Kimpembé, Maignan y el Balón de Oro, Karim Benzema.
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Tal vez el mejor jugador del mundo, que se quedó al margen semanas antes del campeonato y cuya relación con Didier Deschamps está completamente rota, como trascendió en los días previos de la final.
Sin embargo, Francia, en cabeza de su seleccionador, demostró que lo que le sobran es jugadores en el más alto nivel. No remplazaron a Benzema, por lo que arrancaron con un jugador menos. De esos 25 se cayó en el primer partido Lucas Hernández, el lateral izquierdo titular, que se rompió los ligamentos. Ya iban en 24 y fue una cifra que no los hizo venir a menos.
De atrás para adelante entre suplentes y nuevas piezas en la selección de Deschamps suplieron las ausencias y potenciando sociedades que ya habían funcionado en 2018, Francia encontró una maquinaria potente que revalidó su candidatura y despejó cábalas como que el campeón defensor no avanzaba de primera ronda desde 2010.
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Como interpretó la orquesta del salsero Ray Barreto, con sangre nueva está la fuerza indestructible.
En la defensa Ibrahim Konaté dio un paso al frente y tapó el hueco que dejó Kimpembé. Jules Koundé, del Barcelona, se apuntó en la lista de la renovación y sin que Benjamin Pavard, el lateral derecho, estuviera lesionado, lo desterró del once titular con un nivel prometedor.
En el medio campo apareció una tripleta para suplir la ausencia de Kanté y Pogba encabezada por un experimentado Adrien Rabiot, compañero de Juan Guillermo Cuadrado en la Juventus. A su lado emergieron y demostraron que pueden ser piezas claves Tchouaméni y Youssouf Fofana, dándole un aire diferente al mediocampo y potenciando una delantera de un peso tremendo, con campeones mundiales como Griezmann (ya reconvertido en volante ofensivo), Giroud y la figura Mbappé.
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Nuñez, el principal proveedor de la renovación gaucha
En Argentina la situación no fue diferente. Al igual que en Francia, no se trata de un proceso iniciado hace poco, pues desde 2019 Lionel Scaloni está al mando. Sin embargo, las lesiones de piezas como Giovanni Lo Celso, Joaquín Correa y Nicolás González, abrieron la puerta para que un par de jugadores, que hace solo un año despuntaban en el campeonato argentino, eclipsaran al mundo del fútbol y le dieran un aire inesperado a la selección de Argentina.
Son Enzo Fernández y Julián Álvarez, mediocampista y delantero producto del capítulo final de la era de Marcelo Gallardo en River Plate. Dos joyas tipo exportación que tienen el sello de calidad “made in Nuñez”.
Ninguno de los dos comenzó siendo titular en el once de Scaloni. Contra Arabia, en la derrota, en su lugar estuvieron en la cancha Ángel Di María y Lautaro Martínez. Dos jugadores de altísima calidad que a pesar de ser piezas habituales en los esquemas del DT, no marcaron un diferencial ni abrieron una brecha como sí lo hicieron los dos riverplatenses.
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Álvarez está desde junio en el Manchester City y no se ha venido a menos con la competencia en el ataque que representa Erling Haaland. Al contrario, sin el noruego en el Mundial, esta era su oportunidad para brillar ante los ojos del mundo entero y ya lleva cuatro goles en Catar. Muy seguramente dentro de esos espectadores esté Pep Guardiola, su jefe en el City y quien toma las decisiones.
Con Fernánez en el mediocampo también apareció el colorado Alexis Mac Allister, que sentó a Alejandro Gómez y le dio más peso al relevo generacional. Lo mismo hizo Nahuel Molina con Gonzalo Montiel en la lateral derecha. Un grupo de jóvenes que supo que jugar al ritmo de Messi era la clave para llegar lejos y pusieron su talento en la cancha en pro de esa consigna.
En ambos equipos los jóvenes llegaron como promesas y se irán de Catar como estrellas del fútbol mundial. Las revelaciones, las joyas del mercado, los objetivos de las grandes billeteras del mercado, los pibes que cumplieron el sueño. Franceses o argentinos, ellos ya cumplieron.
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