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Nostalgia, impotencia y hasta envidia es lo que se siente tras la inauguración del Mundial de Catar 2002, el más polémico y costoso de la historia.
Nostalgia porque la bandera de Colombia estuvo ausente en la ceremonia de apertura, marcada por la tradición árabe y los recuerdos de las mascotas y las canciones de la copas anteriores.
Toda la información del Mundial de Catar está en un solo lugar, encuéntrela aquí
Impotencia al ver las limitaciones técnicas y tácticas de la selección local, con todas las garantías y el dinero para realizar una excelente preparación, pero sin talento suficiente para competir al más alto nivel internacional.
Y envidia, pues Ecuador y no Colombia, como hubiéramos querido, se estrenó con una convincente victoria 2-0 y se gozó la fiesta que prepararon los locales.
¡#LaTri venció a #QAT en el debut y es líder del Grupo A!#FIFAWorldCup | #Qatar2022
— Copa Mundial FIFA 🏆 (@fifaworldcup_es) November 20, 2022
A propósito, algo tienen que estar haciendo bien quienes gobiernan a este país. Al menos esa es la sensación que les quedó a los visitantes extranjeros al estadio Al Bayt, en donde se jugó el primer partido.
Impresionante fue la ovación que recibió el jeque Tamim bin Hamad Al Thani, emir de Catar. Miles de sus compatriotas lo aplaudieron tras su breve discurso de bienvenida a todas las delegaciones.
Catar 2022 se escucha: El Espectador a rueda, un pódcast en el que le seguimos la pista al Mundial
Los hombres vestidos con túnicas blancas y las mujeres de negro, llenaron el escenario desde dos horas antes de la inauguración, cantaron con discreción y orgullo su himno nacional pero luego se estrellaron contra la cruda realidad.
Su país organizó un evento para que se lo gocen otros. La presión y la responsabilidad de jugar el partido inaugural probablemente les pesó a los futbolistas cataríes, muy inferiores a los ecuatorianos, que además estaban acompañados por no menos de cinco mil aficionados. La ola amarilla que protagonizaron los hinchas colombianos en Rusia 2018 y Brasil 2014, fue ahora de nuestros vecinos y su tradicional “sí se puede”, que más que un grito de batalla parece sinónimo de incapacidad. Claro que se puede.
Apenas pasaron un par de minutos para que Enner Valencia marcara el primer gol del torneo. El VAR, sin embargo, anuló la acción por posición adelantada del artillero ecuatoriano.
Pero en la cancha había un solo equipo, el dirigido por Gustavo Alfaro. Era cuestión de tiempo que se abriera el marcador. Valencia, de penalti primero y de golpe de cabeza después, puso el 2-0 a la media hora de juego, para sentenciar el duelo, bajo una temperatura muy agradable, cercana a los 20 grados centígrados.
Porque no se necesita saber mucho de fútbol para darse cuenta de la superioridad de los suramericanos. Por eso, en el entretiempo, buena parte de los hinchas cataríes abandonaron el estadio, ubicado en medio del desierto, a 35 kilómetros del centro de Doha, a la que se conecta con facilidad gracias a un par de amplias y modernas autopistas.
Es el escenario más apartado de la ciudad, en la que no hay ocho, sino 10 estadios de categoría mundialista, pues camino al Al Bayt se ven dos que en la Copa Mundo se utilizan como centro de entrenamiento de algunas selecciones.
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En lo futbolístico no fue el estreno esperado, sobre todo porque el equipo anfitrión no cumplió con las expectativas. En cambio el país sí. Catar está sorprendiendo al mundo. Está abriendo sus fronteras y se está exponiendo como nunca antes. De hecho, ha asumido con calma las críticas, la mayoría fundamentadas, y les ha prometido a sus detractores implementar paulatinamente cambios antes impensables por tradición, cultura y religión.
¡Habló el Profe! 👨🏫#LaTri I #FIFAWorldCup
— Copa Mundial FIFA 🏆 (@fifaworldcup_es) November 20, 2022
Nada será igual para los tres millones de habitantes de este país, en un alto porcentaje inmigrantes, después del mundial. Eso lo saben sus dirigentes. La apertura al mundo y el hecho de permitirle fiscalizarlos es un buen síntoma.
Por fin sonó el silbato inicial. Desde ahora se hablará más de fútbol que de violaciones a los derechos humanos, abusos a los trabajadores y discriminación a las mujeres y la comunidad LGBTI, temas que se visibilizaron como nunca.
Ahora serán Lionel Messi y compañía los que ocupen los titulares de los periódicos internacionales. Aparecerán las bulliciosas barras de las selecciones europeas, además de las de Argentina, Brasil y México, porque en los días previos poco era el ambiente festivo que se sentía, entre otras cosas porque han llegado a Doha muchos menos visitantes de los previstos. El alto costo de los tiquetes aéreos y el hospedaje obligaron a muchos turistas a cancelar su viaje y poner en venta las boletas que les habían adjudicado.
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Comenzó la fiesta del fútbol, ajena para los cataríes y para Colombia, que con una selección llena de estrellas se quedó por fuera del último Mundial realmente selectivo, pues desde 2026 serán 48 las países.
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