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Pasaron 10 meses para que Óscar Tunjo volviera a disputar una carrera encima de un auto. En el circuito de Montmeló, España, el piloto caleño concluyó ayer en el segundo lugar en la carrera 2 del GP3. Fueron 17 vueltas en las que el colombiano batalló para iniciar la temporada lo mejor posible, pues en la carrera del sábado terminó en la octava posición. Con la suma de las dos válidas, Tunjo se ubica quinto en la clasificación general de una de las categorías antesala de la Fórmula 1.
“Estoy contento con el resultado luego de tanto tiempo sin competir. Se siente muy bien estar de vuelta en un podio y poner la bandera en alto. Quiero agradecer a todos por esta nueva oportunidad de estar nuevamente en camino hacia la Fórmula 1”, dijo el caleño después de la carrera.
Pero para llegar al podio del circuito español, Tunjo tuvo que atravesar un camino complicado. Uno de los patrocinadores del equipo italiano Trident, con el que había iniciado la temporada el año pasado, no pudo desembolsar la plata para pagarle a la escudería, y en medio del año Tunjo tuvo que bajarse del carro para volver al país y seguir en busca de su deseo de seguir ligado al automovilismo.
Cuando todo parecía indicar que en 2016 iba a correr en el International GT Open, le llegó una llamada de la escudería Jenzer Motorsport para ofrecerle unas pruebas con el equipo. Demostró condiciones y Andreas Jenzer, jefe de la escudería, le abrió las puertas para esta temporada. La prueba, que podría tener un costo de $200 millones, le salió gratis, pero con el compromiso de ir pagando paulatinamente el costo de su cupo en la escudería durante la temporada 2016. Tunjo dejó así de pensar, aunque sea por un momento, en plata, enemiga durante su carrera deportiva.
“Nos faltan 200.000 euros para pagar toda la temporada y justamente es por eso que antes del inicio de la temporada estuve en Colombia para tocar puertas en la empresa privada y el Gobierno. Jenzer también se comprometió en ayudarnos a buscar patrocinadores en Europa”, le dijo Tunjo al El Espectador previo al inicio de la temporada.
El piloto nacional ha seguido paso a paso las categorías necesarias para dar el salto a la Fórmula 1. Pero su gran rival ha sido la plata. Ha llegado a donde está más por su talento que por su bolsillo. Su familia ha sacrificado muchas cosas, con tal de que Óscar logre llegar al lugar soñado. Su mamá, Francisca; su papá, Óscar; su hermano mayor, Gonzalo, y su hermanita, Valentina, son parte fundamental en su vida y juntos han hecho posible que el caleño de 20 años esté en la GP3, dos escalones abajo de la Fórmula Uno.
Esta temporada ocho nuevas carreras más esperan por el colombiano. En las que deberá mostrar todas sus cualidades para seguir abriéndose su propio destino en el deporte a motor y responder así a la confianza que le brindó Jenzer.
El próximo reto del vallecaucano en la GP3 será el 3 de julio, cuando vuele hacia Austria para competir en el circuito Red Bull.
El colombiano no dejará de acelerar a fondo para cumplir su sueño de competir en la Fórmula 1. Y esperará que ese deseo se pueda cumplir en un corto plazo.