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Phelps, de 28 años, será un simple espectador en el Palau Sant Jordi de Barcelona, tras retirarse el año pasado con un récord de 18 medallas olímpicas de oro, la última de ellas lograda en Londres 2012. Será la primera vez en 15 años que Estados Unidos va a una competición internacional sin la gran estrella.
Siguiendo su ejemplo, Missy Franklin, de 18 años, competirá en ocho disciplinas en la capital catalana, después de ganar cuatro oros en Londres. Lochte, diez años mayor, participará en siete competiciones.
Los dos han sido comparados con Phelps, que ganó ocho oros en los Juegos de Pekín 2008. Pero ambos insisten en que su compatriota es inigualable.
"Michael tiene su propio legado, no creo que nadie llegue nunca a estar a su altura", dijo Franklin, que nadará en los 100 y 200 metros libres, los 50, 100 y 200 metros espalda, y en tres relevos.
"Su legado habla por sí mismo, y nosotros tenemos que esforzarnos y crear el nuestro propio", añadió.
Por su lado, Lochte, que ha competido contra Phelps en pasados mundiales y citas olímpicas, ha ganado 12 medallas de oro en Mundiales desde 2005, dijo que echa de menos a su antiguo rival, si bien tiene ahora a otros competidores serios.
"No hay ninguna duda, Phelps pasará a la historia como el mejor nadador de todos los tiempos", dijo Lochte.
Sin embargo, "hay otra gente que está trabajando para nadar más rápido. Tengo que trabajar y nadar lo más rápido que pueda", explicó.
Phelps ha descartado en repetidas ocasiones que vaya a volver a las piscinas. Lochte defenderá en Barcelona los cuatro títulos mundiales que obtuvo en Shanghai 2011.
Tras descansar de los Juegos de Londres 2012, donde ganó dos oros y dos platas, Lochte dijo no estar seguro de cómo reaccionará su cuerpo ahora.
El nadador ha disfrutado de la celebridad que le dieron sus éxitos olímpicos, protagonizando un 'reality show' en Estados Unidos sobre sí mismo. Ahora, el norteamericano ve los Mundiales de Barcelona como un paso importante de cara a los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro 2016.