:format(jpeg)/www.elespectador.comhttp://thumbor-prod-us-east-1.photo.aws.arc.pub/wKwrkNrEEw_4zduVpyY6l3vK27k=/arc-anglerfish-arc2-prod-elespectador/public/A3NS7S7GLBGWFELD4WOIHQ4SFM.jpg)
Con una mágica clausura en el estadio Olímpico Pascual Guerrero, la ciudad de Cali cerró con éxito la novena versión de los Juegos Mundiales. Fueron 11 días llenos de fervor deportivo, en los que la capital del Valle del Cauca albergó a 109 delegaciones que participaron en 31 disciplinas que se llevaron a cabo en los 26 escenarios que quedarán a disposición de la ciudadanía y los cuales fueron alabados por los atletas que hicieron uso de ellos durante las justas.
La ceremonia de cierre igualó en asistencia, emoción y belleza al acto inaugural. Estuvo llena de colorido, música, luces y pirotecnia, con lo que se le puso punto final a este evento multideportivo realizado por primera vez en Latinoamérica. Los caleños les abrieron las puertas de sus corazones a miles de personas de todo el mundo, que conocieron una parte de Colombia.
El presidente del Comité Olímpico Colombiano, Baltazar Medina, le contó a El Espectador sus opiniones sobre este evento que, para él, le cumplió al mundo entero con organización y el cual dejó una imagen completamente diferente del país.
“Le cumplimos al mundo. En este tipo de eventos siempre quedan cosas por corregir, de esto quedan muchos aprendizajes, experiencias, la gran mayoría buenas, otras pocas negativas, pero eso hace parte del balance de los juegos. Todo lo que uno pueda aprender a partir de las fallas para mejorar en futuras oportunidades cuando el país le vuelva a tocar organizar eventos de este tipo”, reconoció el dirigente de 66 años.
A pesar de los errores, como el ocurrido con las medallas en las que no se escribió world (mundo) sino word (palabra), lo importante fue que se pudieron corregir y en un futuro ese tipo de detalles se tendrán en cuenta. “Creo que el evento nos deja muchas cosas positivas por encima de cualquier dificultad o error que se haya tenido. Lo más importante, aparte del legado que le queda a Cali con una buena infraestructura deportiva, unos equipos bien entrenados para la organización de eventos multideportivos, es que hay factores a destacar. Como la multitudinaria asistencia de publico a los escenarios y el comienzo de la práctica de este tipo de deportes que no eran conocidos en nuestro país”, destacó Medina.
En cuanto a las expectativas que se tenían en el ámbito deportivo, el mandatario del organismo olímpico colombiano recalcó que se superaron todas las metas. “En nuestra planificación estaba ganar entre 18 y 20 medallas. Superamos ese número y doblamos lo que habíamos logrado hace cuatro años en Kaohsiung, cuando sumamos sólo 12 preseas. De esta manera demostramos que también somos fuertes en estos deportes no olímpicos”.
Según Medina, la clave para cosechar logros deportivos en los últimos años en todos los ámbitos es que desde un tiempo para acá se comenzó a pensar en procesos y no en resultados inmediatos. Por esa razón la generación de atletas actuales es producto de esa planificación.
“Colombia desde hace unos 15 años entró en la cultura de la planeación deportiva, de entender que los resultados se dan gracias al trabajo y a los largos procesos, en la continuidad en el trabajo técnico y en el apoyo. En ese aspecto Colombia ha venido teniendo una ayuda creciente por parte del gobierno y de la empresa privada. Eso demuestra que lo que pasa no es casual ni suerte. Son resultados de ese proceso. Estamos recogiendo la cosecha de las semillas de hace varios años y ahora debemos preocuparnos por la siembra para que en un futuro los resultados en el ámbito deportivo sean cada vez mayores”.
La noche cerró los Juegos Mundiales de Cali y dio la bienvenida a los Juegos en Wroclaw, Polonia, en 2017, en los que seguramente Colombia logrará superar los números que dejaron estas competencias multideportivas en la capital del Valle del Cauca.