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“Ya la Federación se tiene que pellizcar, mirar cómo hacer una liga sostenible”

Amparo Maldonado es una de las pioneras en el fútbol femenino. Hizo parte del primer torneo organizado en el país en 1971 y ahora en el Club Independiente de Cali se encarga de formar futuras jugadoras. En entrevista señala que la realización de la Copa América en Colombia es frutos de muchos años de esfuerzo.

Paula Casas Mogollón
11 de julio de 2022 - 07:34 p. m.
Amparo Maldonado fue la encargada de entregarle a Daniela Montoya la placa de la mejor jugadora del partido. Fue en el debut de Colombia en la Copa América Femenina.
Amparo Maldonado fue la encargada de entregarle a Daniela Montoya la placa de la mejor jugadora del partido. Fue en el debut de Colombia en la Copa América Femenina.
Foto: Conmebol - Mastercard - Conmebol - Mastercard

Amparo Maldonado es una de las mujeres que ha sido referente a la hora de hablar de fútbol femenino en Colombia. Fue parte del primer torneo organizado en el país en 1971 y aunque se destacó por ser una de las mejores arqueras de la época, no inició en esta posición, sino como volante. “Estaba recién salida del colegio y, en los entrenamientos, a mí me gustaba llegar temprano. Llegaban las otras jugadoras y yo les decía “vení, haceme tiritos”. No sabía que el técnico se escondía detrás de los árboles”.

Luego, confiesa, comenzó ese torneo y ninguna de las arqueras llegó al partido, por lo que el técnico llamó a Maldonado para que se ubicara debajo de los tres palos. “Él va sacando ese uniforme negro que va hasta el cuello, de mangas largas, con un pantalón y con protección en los codos y en las rodillas. Yo me sentía disfrazada”, anota. Ese día jugaron frente a las Piratas de Sevilla y ganaron 2- 1. “Me enamoré del arco”, apunta.

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Ahora se dedica a entrenar a niñas y adolescentes en su equipo, el Club Independiente de Cali, desde donde ha cedido a varias de sus jugadoras a la Liga Profesional Femenina. En entrevista con El Espectador cuenta la importancia para el fútbol femenino nacional que tiene la realización de una Copa América en Colombia, da un balance de lo que vio de la selección en su primer encuentro y hace un llamado a la Federación para que le preste más atención a las futbolistas del país.

¿Para ustedes, esa primera generación que impulsó el fútbol femenino, qué representa que la Copa América se haga en Colombia?

Desde los años 70 fuimos abriendo el camino. Se hizo el primer torneo femenino, en el que participamos 16 equipos. Creo que hoy en día ya estamos recogiendo algo de lo que las pioneras sembramos, de la insistencia, de querer que la Federación se apersonara del tema del fútbol femenino, cuando en el 91 se hace exactamente el primer torneo nacional, que fue en Medellín, en el cual Valle marcó la pauta. Venimos haciendo un gran proceso, un buen desempeño, puliendo los talentos que tenemos. Hay una fiebre del fútbol femenino fuerte.

¿Cómo ve el nivel de la selección de Colombia?

Tenemos un gran equipo. El profe Nelson Abadía conoce el fútbol femenino de muchos años atrás. Pienso que se ha hecho un gran trabajo y empezamos con el pie derecho. Esperamos, que como sede, podamos decir que Colombia quede campeón de la Copa América. En el partido ante Paraguay mostraron intensidad, generaron peligro en el arco rival, tuvieron un muy buen dominio del balón y demostraron que son jugadoras muy técnicas. Hay grandes líderes como Catalina Usme y Daniela Montoya, quien marcó esos dos golazos y resultó como figura del partido. El rival (Paraguay) también fue muy fuerte en la cancha. Con pelota quieta nos hizo daño.

¿Y el nivel de esta Copa América?

Brasil siempre ha marcado la parada en el fútbol femenino suramericano y lo está demostrando en esta Copa América. Yo me atrevería a apostar por una final Brasil - Colombia, esperemos que así sea.

¿Cuál es su análisis del panorama actual del fútbol femenino en el país?

Ya la Federación se tiene que pellizcar, mirar cómo hacer una liga sostenible. Por ejemplo, en mi caso, había unas jugadoras de mi club que estaban aspirando en este semestre a ser parte de la liga profesional y las otras deportistas que ya estaban disputando el torneo quedaron a la deriva. Son entre seis y ocho meses de espera. Les toca a ellas hacer un trabajo aparte para no perder el nivel futbolístico.

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El Valle del Cauca está marcando grandes diferencias. Este año ha sido un prodigio, gracias a la organización de la Liga departamental, del presidente Ubeimar Giraldo, que se ha apersonado mucho del fútbol femenino cuando antes las prelaciones eran para el masculino. Lo que pasó con América y Deportivo Cali, los dos clasificados para la Copa libertadores, es muestra del gran avance.

¿Qué falta, entonces, para recibir ese apoyo que merece el fútbol femenino?

Todo el año en Colombia es de fútbol femenino. Estamos en Copa América, sigue Copa Libertadores, también están los mundiales Sub 17 y Sub 20. Además, estamos dando resultados, que es la única manera en que se le tapa la boca a alguien que cree que esta rama no es rentable. Si ponemos la balanza acá en Cali, con los dos equipos profesionales masculinos no pasó nada, pero en el femenino ambos van a Copa Libertadores. Ya es hora de que los tomadores de decisiones le pongan más cuidado al fútbol femenino.

Su club se ha caracterizado por transferir jugadoras a la liga profesional, ¿cómo surgió?

Lo constituí ya como club en 1989. Fue el primer club femenino que se inscribió y sacó todos los requisitos. Son deportistas estratos 1 y 2. Acá la Secretaría del Deporte antes de la pandemia nos apoyaba con unas tarjetas del Mío para que ellas lograran llegar a los entrenamientos. Además, les insisto que el estudio debe de ir junto con el deporte, más en el fútbol femenino que no da para vivir. Todo el cuerpo técnico de mi club es femenino y son egresadas de la Escuela Nacional del Deporte.

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¿Cuál es ese valor diferenciado que sus futbolistas le aportan a la liga profesional?

Nosotros hacemos un entrenamiento combinado con el fútbol de salón. Y varios de los entrenadores me dicen que se nota quién es la salonista, porque se anticipan, buscan la manera de pegarle al arco y a moverse por todas la cancha.

¿Quiénes son esas jugadoras que ahora están en la liga profesional?

Sara Beatriz Angulo, de 32 años, ha realizado toda su escuela conmigo desde los 15 años. Me la trajo un profesor y jugaba de defensa central en fútbol con hombres. Ahora está en Cortuluá, como una de las mejores delanteras del equipo. De hecho fue la goleadora y reconocida en varias oportunidades como figura del partido. Además, fue selección Colombia. También está la defensa de Diana Carolina Vélez. Hizo tres temporadas con Santa Fe y una con Independiente Medellín. Ella llegó desde los 14 años y, por una lesión, pasó a jugar fútbol sala con el Valle Futsal. Ya en 2017 inició su camino en la profesional. Ahora traigo una adolescente que vive de Buenaventura. Cumplió 18 años y está para la preselección Valle de Juegos Nacionales, se llama Nicole Mancilla.

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