"Desde hoy, lazos entre Colombia y Argentina se estrechan": Pablo Avelluto, ministro de Cultura

En la Feria Internacional del Libro de Bogotá, que empieza hoy y va hasta el 2 de mayo, se fortalecerán vínculos culturales y editoriales. En el pabellón de ese país en Corferias se podrá gozar con el fútbol y aprender a bailar tango.

Redacción cultural El Espectador
17 de abril de 2018 - 07:00 a. m.
Según Pablo Avelluto, ministro de Cultura argentino, este encuentro permitirá la actualización binacional de las industrias editoriales. / Cortesía
Según Pablo Avelluto, ministro de Cultura argentino, este encuentro permitirá la actualización binacional de las industrias editoriales. / Cortesía

¿Por qué Argentina es el país invitado a la Filbo 2018?

Creemos que los lazos entre Colombia y Argentina se vuelven cada vez más fluidos y fructíferos, sobre todo a nivel cultural. Eso se ve reflejado, por ejemplo, en las dos pasiones que nos unen y que están plasmadas en la propuesta que llevamos a la Filbo: la literatura y el fútbol. Por otra parte, la Feria del Libro de Bogotá tiene muchos puntos en común con la nuestra: son muy populares, realmente grandes, a las que asisten familias, lectores de siempre y lectores de una vez al año. Es un orgullo enorme para nosotros participar de esta Feria y una oportunidad única para mostrar la cultura argentina a través de nuestras letras. En este sentido, la diversidad de nuestra delegación y la participación de talentos de todos los campos (poesía, ensayo, ficción infantil, entre otros) reflejan el amplio abanico de nuestra cultura. Se trata también de un gran momento para escuchar las nuevas voces literarias, y para los editores jóvenes e independientes, porque la inserción internacional de la Argentina en la región es fundamental para fortalecer los vínculos culturales con los países hermanos.

¿Qué significa que el mundo editorial de su país regrese a Bogotá?

La relación literaria entre ambos países no es algo del pasado, de la época de “grandes ídolos” del Boom latinoamericano, sino que existe en el presente, es muy fuerte, y es una relación contemporánea de la que van a salir los grandes hitos del futuro. Tenemos la oportunidad de exportar libros y también obras de nuestros autores. Estamos apostando a que la enorme camada de editoriales nuevas puedan hacer negocios en Bogotá.

Usted es periodista y editor. ¿Qué podemos aprender de Argentina como país creativo, editor y lector?

El amor por las letras, por la palabra, la creatividad y el talento se mantuvieron a través de todos los ciclos de nuestra historia, incluso en los malos: nunca dejamos de leer y de escribir, porque sabemos que es parte de nuestra identidad como argentinos y que es esa identidad creativa la que nos permitió salir de las crisis. La adaptabilidad del sector editorial en las diferentes etapas que atravesó nuestro país permitió que las principales editoriales y las librerías continúen con su actividad. Y no sólo eso sino que, además, creó el espacio para la renovación y el surgimiento de nuevas editoriales en el país.

¿Qué hace allí el Ministerio de Cultura, que fomenta un país más crítico y culto que el promedio latinoamericano?

Cada país tiene sus particularidades y características específicas. Las tradiciones culturales de nuestros vecinos de Latinoamérica son valiosísimas para nosotros. Las admiramos, nos resultan inspiradoras y aprendemos de ellas todo el tiempo. En cuanto a políticas de fomento de la cultura, sólo puedo referirme a lo que hacemos en Argentina. Desde mi ministerio trabajamos fuertemente en crear experiencias para los ciudadanos y herramientas para los artistas, productores y emprendedores. Destinamos mucho esfuerzo en apoyos que incentiven a nuestra comunidad artística, trabajamos en generar oportunidades para las industrias creativas y fomentamos la participación de Argentina en las conversaciones globales.

¿Qué obras no olvida porque fue testigo de su nacimiento a su paso por Espasa Calpe, Planeta y Random House Mondadori?

A lo largo de veinte años en el gremio editorial vi nacer cientos de obras. Y muchos de estos partos fueron inolvidables. Tuve la fortuna de conocer a muchos autores que habían sido parte de mis diferentes fases como lector. Acompañé proyectos exitosos y también fracasados. Fui testigo de los últimos años de Ernesto Sabato, pude conocer y compartir momentos junto a Mario Benedetti, Juan Gelman, Mario Bunge, José Saramago, Ricardo Piglia, Juan José Saer, Mario Vargas Llosa y un sinfín de nombres célebres. Pude tratar con prácticamente todos los periodistas de mi país, con muchos de sus historiadores más importantes, con ilustradores y celebridades. Los escritores y las escritoras y sus proyectos fueron una parte importante de mi vida. Y cada tanto, muchos de ellos me comentan sus ideas o me piden que lea algo que están escribiendo.

¿Cómo se adapta Argentina a la era digital como plataforma educativa en una sociedad cada vez más invadida por información fugaz y superficial?

No creemos que la fugacidad propia de las redes sociales sea excluyente de las formas tradicionales de consumir cultura. Tenemos un ejemplo reciente de cómo esos universos pueden convivir y retroalimentarse. El 1º de enero de este año, Pablo Maurette, un argentino, empezó en Twitter una lectura colectiva de la Divina Comedia que resultó en miles y miles de lectores leyendo un canto por día y comentándolo en las redes, hasta terminar la obra completa el 10 de abril. Sería necio de nuestra parte darle la espalda a la revolución de la información que estamos viviendo y que no es posible frenar. Tenemos que estar atentos a sus peligros, pero también a las posibilidades que abren para todos los actores culturales.

¿En qué han cambiado los hábitos de lectura en su país y a nivel latinoamericano en esta época donde se mide todo?

La medición cuantitativa y cualitativa es el punto de partida del diseño de políticas públicas. La tecnología amplía nuestra posibilidad de hacer diagnósticos y actuar en consecuencia, y eso siempre es algo bueno. Observamos que los argentinos seguimos siendo lectores, pero que ese consumo convive ahora cada vez más con otros. El desafío es seguir fomentando el hábito de lectura para que los nuevos consumos se agreguen a él y no lo reemplacen.

Borges, Cortázar, Sabato, son nuestros referentes en Colombia, y luego Piglia, Aira, mujeres como Hebe Uhart , y ahora nuevos como Neuman. ¿Por qué nacen y se hacen tantos y tan buenos escritores allí?

Argentina es una de las capitales culturales del mundo. Buenos Aires fue bautizada como la Ciudad de las Librerías. Creo que la atmósfera que se respira desde siempre hace que haya un gran interés, no sólo en lo que se produce de forma literaria, sino también en las artes visuales, en el cine, la danza, el teatro. Incluso en otras ramas de las industrias culturales, como los videojuegos y las artes textiles. Por supuesto, los libros continúan ocupando un lugar más que importante en nuestro desarrollo cultural. Por eso, no me extraña que haya tanta gente estudiando, produciendo y creando constantemente obras artísticas y culturales de calidad.

En cifras, ¿cuál es el tamaño de la presencia de su país en esta feria?

La Feria contará con un pabellón de 3.000 m² y un área gastronómica de 900 m². Allí se desarrollarán actividades culturales, presentaciones de libros, talleres y charlas de los autores de la delegación argentina y de otros países participantes en la Feria.

¿Qué habrá en el pabellón de Argentina que nadie debe perderse?

Los autores argentinos serán imperdibles: Eduardo Sacheri, Diego Golombek, Isol, Alberto Manguel, Arturo Carrera, Martín Sivak, Andrés Neuman, Claudia Piñeiro, entre tantos otros talentosos. Tendremos espectáculos artísticos de altísimo nivel a cargo de Daniel Ardit y su compañía de tango, el Chango Spasiuk y la belleza de su chamamé, la compañía de danza en movimiento y una pieza de teatro. Vamos a contar con una exposición fotográfica de Daniel Mordzinski dedicada a los escritores argentinos, ya que el artista retrató a casi todos los grandes nombres de la literatura argentina como Borges y Cortázar. Estaremos presentando una muestra sobre la vida y obra de Roberto Fontanarrosa, uno de los autores e historietistas más queridos de nuestro país. Por supuesto, las clases de tango que se dictarán en el domo van a ser una parada obligada de cualquier visitante. Allí no sólo podrán aprender a bailar tango sino que también se podrá disfrutar de espectáculos y proyecciones. Llevaremos a cabo jornadas profesionales con el fin de generar contactos, fortalecer relaciones comerciales, crear sinergias y potenciar las oportunidades de negocios.

Ustedes representan ese feliz matrimonio entre literatura y fútbol. ¿Qué lecturas argentinas recomienda para meternos en ese mundo?

Hay muchísimos por nombrar. Sin duda, los autores más destacados en esta temática son Fontanarrosa, Eduardo Sacheri, Osvaldo Soriano. También hay varios relatos de Bioy Casares, Julio Cortázar, Juan Sasturain, Martín Caparrós, Haroldo Conti.

Usted trabajó en la célebre revista El Gráfico. Más allá de las polémicas por su papel laboral allí, ¿qué significó y cómo mantuvo viva esa tribuna del buen escribir?

El Gráfico fue una gran escuela de periodistas y cronistas de la Argentina durante casi un siglo. En tiempos en que el fútbol, el basquetbol y el automovilismo sólo podían imaginarse a través de la radio, la crónica periodística podía estar en el terreno de la literatura. Cuando las imágenes del deporte comenzaron a verse por televisión en directo y cuando el cable penetró en los hogares con una inmensa oferta deportiva global, la vieja prensa escrita especializada entró en problemas. Sin embargo, hasta sus últimos días la publicación mantuvo su alto estándar de calidad literaria.

¿Qué percepción tiene de Colombia como país con identidad cultural propia?

Tengo una serie de imágenes contradictorias, lo que habla más de mi desconocimiento que de otra cosa. Por un lado, hay una identidad profunda, vinculada al proceso histórico y social. Y el resultado, en Colombia, como en todas partes, es la hibridación, la mezcla de tradiciones y los mestizajes. Nuestra presencia en Filbo esconde un segundo objetivo, además del de dar a conocer a nuestros autores y editoriales, y es el de conocer más a nuestros anfitriones. Sobre todo, tener una visión más actualizada y contemporánea de su producción cultural.

¿Qué opina de nuestra literatura antes y después de García Márquez?

Los peligros de Gabo son menores que sus ventajas. Puso a Colombia en el mapa literario contemporáneo llegando a liderar un proceso de transformación del imaginario latinoamericano. Ahora bien, el peligro es el estereotipo, la banalización hasta convertirlo en un lugar común y en un modelo a copiar. De todos modos, encuentro una generación nueva de escritores que responden desde un punto de vista singular a los desafíos del presente.

Usted es un crítico del kirchnerismo y del peronismo. ¿El macrismo que hoy gobierna Argentina qué tiene de bueno frente a populismos previos?

Algo que caracteriza a este nuevo período de la Argentina es la construcción plural. No hay una única mirada sobre la historia argentina, ya no existe un solo relato sobre la realidad. En momentos anteriores nos quisieron imponer que sólo podía haber dos posiciones y nosotros partimos de la premisa de que eso es incorrecto. Pocas cosas tienen tanta diversidad y posiciones culturales ideológicas diferentes como el campo cultural. Nosotros no interpelamos a nuestros artistas, músicos, escritores e intelectuales a partir de su identidad partidaria. Nuestro gran abanico cultural nos obliga a mostrar la diversidad de voces. Como he reiterado en otras oportunidades, lo contrario del kirchnerismo es la pluralidad, la posibilidad de que haya muchos relatos. En ese sentido, nuestra visión tiene que ver con lo contemporáneo. Tomamos nuestro pasado que es muy rico y culturalmente inspirador, pero nos enfocamos en la escena contemporánea, en lo que está pasando ahora, en este presente maravilloso. Vinculado a eventos como la Filbo, creo que estamos encontrando el camino de generar delegaciones amplias, plurales y diversas. Vamos a defender la cultura de todos, no de un gobierno. Tenemos un panorama más amplio que está a disposición de un público que vamos a conquistar.

¿Qué libros está leyendo por estos días?

Quisiera leer libros. Trabajar como ministro deja poco tiempo. En mi mesa de luz están apilados Patria, de Fernando Aramburu, junto a un libro enorme de dibujos de Robert Crumb.

Por Redacción cultural El Espectador

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