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Que cada cinco minutos un colombiano esté en la obligación de instaurar una tutela para reclamar algún tipo de atención médica, fue uno de los síntomas terminales que la Corte Constitucional detectó en el sistema de salud y por los que decidió, con ojo clínico, buscarle una cura definitiva.
Por eso, Juan Carlos Giraldo, médico especializado en gestión y ex viceministro de Salud, hoy desde la Dirección de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC), tras el fallo del alto tribunal y otros temas, hizo su propio diagnóstico y le puso el fonendoscopio al sistema para lanzar su dictamen: se debe reabrir el debate sobre el modelo de salud; es hora de pensar en la creación de un Ministerio de Salud; hay déficit de enfermeras y, además, el Gobierno debe tener una hoja de ruta para hacer cumplir el mandato de la Corte. En entrevista con El Espectador, Giraldo examina éstas y otras posiciones.
¿El sistema de salud está preparado para hacer efectivo el fallo de la Corte?
A la Corte se le acabó la paciencia. Es un fallo trascendental y una buena noticia para el país. Pero en el pasado reciente la Corte ha producido dos fallos muy importantes, no del hondo calado de éste, que tienen que ver con regulación vertical y un manual de pisos tarifarios, sin embargo, hasta el momento no se han cumplido. El balón ahora está en campo del Gobierno.
¿Qué impacto ha tenido?
Vimos cierta sensación de perplejidad por parte del Gobierno. El Ministro de Protección Social se fue al campo financiero y se mostró alarmado por tener que salir a buscar $6 billones. El sector está esperando que se diga cómo se va a acatar el fallo y si es factible cumplir el cronograma. El Congreso debe hacer seguimiento de la sentencia a través de una comisión accidental.
¿A los usuarios les ha cambiado algo?
La realidad no se cambia de manera inmediata en un sistema de salud. Lo que deben esperar entre corto y mediano plazo es que se acabe la incertidumbre entre lo que es POS y no POS. La otra cosa, un tanto enredada, es que gracias a unos comités técnico-científicos se podrá disminuir tramitomanía, tiempos de espera y también el uso de tutelas.
¿Ha planteado que está a favor de la separación de ministerios?
Nunca hemos sido amigos del tema. No es por ánimo burocrático de defender ciertas instituciones. El ministro Palacio ha dicho que defendemos la estructura y no la función. Debo decirle que en un organismo biológico no se puede ejecutar una función si no hay un órgano que la efectúe. El tiempo paulatinamente nos va dando la razón.
¿Cómo se perjudicó el sistema con la fusión?
La calidad técnica es más precaria. Para el Ministro primero está la preocupación por el empleo, las pensiones y mucho después, la salud. Por otra parte, surgió una cantidad de dilemas que antes estaban en cabeza de distintos ministros. El de la Protección Social hoy se enfrenta, por ejemplo, al dilema de incrementar el empleo, pero por otro, estructurar y resolver una crisis hospitalaria que significa despedir personal. Otro ejemplo, si aumenta la cotización para recaudar una parte de los $6 billones que dice necesitar para cumplir el fallo de la Corte, inmediatamente impacta los niveles de empleo formal.
Hay muchas discrepancias con el Ministro. ¿Qué opina de él?
Basta con decir que el desempeño del Ministerio de la Protección Social nos hace constantemente pensar en crear un Ministerio de Salud.
¿Se puso freno finalmente a la integración vertical, es decir, a la tendencia de las EPS a construir sus propias clínicas?
La respuesta es un no aclamado. En el país algunas empresas aseguradoras siguen teniendo una ostentación de poder y dinero. Uno lo ve en los textos publicitarios, donde se anuncian proyectos de infraestructura propia a sabiendas de que están por encima de los límites permitidos por la ley vigente. El señor superintendente encargado nos ha contado que determinadas empresas están por encima del 30% de integración vertical.
¿Sabe quiénes son?
Son como tres y el superintendente lo sabe. Pero a nosotros no nos preocupa sólo eso. También el uso de recursos destinados para la salud (unidades de pago por capitación) en patrocinio de eventos deportivos, de equipos de cuanto deporte exista, de campos de deporte de élite.
¿Pero no es un juego al que obliga la ley?
Debería ser una competencia basada en las mejores opciones terapéuticas, hospitalarias, de médicos y red asistencial. Aquí lo que parece es que hay una guerra publicitaria intensa. Estamos viendo una competencia como por amenidades, por cuestiones superficiales, por el televisor en la habitación. Es una competencia hotelera y no técnica.
¿Se debió privatizar la única EPS del Gobierno?
La asociación piensa que siempre debe haber un componente de aseguramiento público. En un momento dado, cuando el Gobierno necesite dar una señal fuerte en el mercado y quiera imponer un modelo administrativo, clínico, le va a hacer falta ese brazo que era la EPS pública.
¿Qué tan buen negocio es un hospital?
Lo primero, es que son empresas sui géneris, entidades que a la vez son hotel, centro hospitalario, laboratorio, restaurante, centro de enseñanza, es una gran empresa con pequeñas empresas dentro, es intensiva en mano de obra y depende de manera dramática del flujo de caja, de la liquidez. Los estudios financieros en los últimos años han mejorado levemente, sin embargo, hay que aclarar que en el mejor de los casos, las IPS tienen un margen de utilidad del 2% al 4%, no sé si eso es considerado buen negocio, teniendo en cuenta que son empresas de riesgo alto y que al final tienen utilidades modestas.
¿Cuál es la unidad de negocio más rentable y cuál la menos?
Las que generan menos rentabilidad son los servicios de urgencias, que están abiertas 24 horas en los hospitales serios, pero son imprescindibles. La cara opuesta son los laboratorios especializados o de diagnóstico, que son escasos, pero dan recursos significativos.
¿Colombia tiene suficientes médicos y enfermeras?
Según estándares internacionales, estamos en una media. Estamos por encima del 1 x 1.000 habitantes. El número de enfermeras está mal. Como en todo el mundo. Es algo sintomático del modelo y por migración de profesionales. De Europa y Norteamérica se las están llevando. No creo que sea un tema de crisis vocacional, lo que ocurre es una inoperancia de los incentivos económicos.
¿Suficientes hospitales?
Hay que mirarlo por número de camas. Estamos entre 1.2 y 1.5 camas por mil habitantes. Es un promedio de región. Los sistemas de salud modernos avanzan hacia la disminución de camas hospitalarias. Europa ha disminuido un 20% en los 20 años. Costa Rica pasó de tener 4 camas por mil habitantes a tener 1.1. ¿Por qué? Porque llegó la cirugía ambulatoria, la laparoscopia, mejores métodos diagnósticos. Los que están promoviendo la creación de camas están disimulando ansias de integración vertical.
¿Qué hacer con el asunto de los desechos hospitalarios?
El nombre conspira contra los propios hospitales, porque la mayoría de los desechos no son generados en hospitales. Sería mas ceñido a la realidad hablar de desechos sanitarios. En el país hay cerca de 35.000 instituciones generadoras de desechos hospitalarios pero sólo son 1.500 hospitales. Generadores son morgues, peluquerías, centros de estética, funerarias, etc. Los hospitales en general son instituciones responsables y saben las consecuencias de la mala disposición de desechos.
¿Medicina alternativa en los hospitales?
Colombia ha venido madurando ese concepto. Tenemos uno de los mejores servicios de medicina alopática en Latinoamérica y varias prácticas alternativas son miradas con buenos ojos, como la acupuntura. Como lo indica su nombre, es un complemento. También estamos viendo el avance de la medicina del bienestar, preocupada por el acondicionamiento cardiovascular, los chequeos ejecutivos, el prevenir enfermedades. Y le remato con tendencias arquitectónicas de los hospitales. Ahora pensamos en instituciones hospitalarias basadas en los principios de casa sana, colores diferentes, ambientes amigables, grandes ventanales, jardines. Eso hace 20 años era una herejía.
¿Cómo será el hospital del futuro?
Vamos a sistemas hospitalarios diversos, hospitales menos hospitalarios, hospital-día, hospital de baja complejidad, hospital para enfermos crónicos, donde la gente va unas horas y el resto del tiempo está en su casa.