Se estima que cada año mueren en promedio 1’300.000 personas en incidentes viales en el mundo. Eso da un poco más de 3.500 muertos en carreteras y calles cada día. Cuando se habla de la seguridad vial como una pandemia mundial, estas son las cifras que le dan sustento a la afirmación.
En Colombia, el sector transporte pone la mayor cantidad de muertos después del homicidio, por cuenta de accidentes en las vías. Entonces, esta suerte de pandemia también es un fenómeno local, que requiere remedios y acciones locales.
El año pasado murieron más de 7.000 personas en siniestros viales en Colombia. La meta nacional es que para el próximo año esta cifra baje 8%, y 27% para 2021.
Para lograrla, la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) ha venido implementando estrategias entre las que se cuenta un programa llamado Salvando Ando, que busca llegar a los puntos más críticos del país con un paquete de medidas para reducir la accidentalidad vial.
La idea es intervenir los 22 circuitos viales en los que se concentra el 60 % de los muertos y el 80 % de los lesionados en accidentes en Colombia. Estos circuitos abarcan 157 municipios y, hasta hoy, se han realizado cuatro de estas actividades.
La más reciente de estas acciones tiene lugar en el circuito Girardot-Ibagué, donde se presentaron 2.700 incidentes de tránsito en 2016, con 203 fallecidos: cada dos días, una persona murió en un accidente de tránsito en este sector.
La intervención de la ANSV cubre acá 10 lugares claves y arrancó en Ibagué. Los demás puntos son Ricaurte, Guamo, Melgar, Girardot, Coello, Cajamarca, Alvarado, Flandes y El Espinal. Este último es el municipio con la segunda tasa de mortalidad en accidentes viales por cada 100.000 habitantes, superado sólo por Mosquera (Cundinamarca).
“La ubicación geográfica de El Espinal no nos favorece en este tema porque al municipio lo cruzan varios grandes corredores viales y la imprudencia de la gente hace que los lesionados y los muertos terminen registrados allí”, dice al respecto Éder Rodríguez, secretario de Tránsito del municipio.
La imprudencia de los conductores, e incluso su ignorancia en temas viales, son dos de los factores más presentes en cerca del 90 % de las muertes en siniestros viales en Colombia. “La gente no sabe manejar. Por ejemplo, en el caso de las motos, muchas personas saben prender la moto y andar, pero eso no quiere decir que sepan manejarla. Cuando les toca maniobrar, y además van con exceso de velocidad, o con tragos, es que se dan los muertos”, comenta el mayor Jaime Carvajal, quien comanda la Policía de Tránsito en el departamento de Tolima.
Justamente, una de las actividades del circuito es una especie de pista de obstáculos en la que los motociclistas deben maniobrar entre conos de tránsito. En la primera prueba, de 10 motociclistas, apenas uno logró pasarla sin llevarse los conos o bajar un pie de la moto. Incluso conductores con experiencia fallaron. “Yo manejo desde hace 15 años moto, pero es que acá los conos estaban muy cerrados y tomé las curvas muy rápido”, comentó uno de los seleccionados al azar para la prueba.
“Aparte de las actividades que realizamos durante todo un día, a los municipios les ofrecemos una especie de kit de seguridad vial, que es un paquete en el que pueden solicitar más pedagogía o más señalización, resaltos en la vía o reductores de velocidad, por ejemplo. Todos piden más de estos elementos. Cada kit cuesta $15 millones y por circuito tenemos un presupuesto de $150 millones para este tema”, cuenta Ricardo Galindo, director de la ANSV.
Galindo añade que los circuitos buscan crear conciencia entre usuarios y autoridades para poder reducir los muertos y lesionados en accidentes viales. “Este es un problema que nos llega a todos. Debemos mejorar y la única forma de hacerlo es aproximándonos al problema desde todos los puntos. Se trata de generar una cultura de seguridad vial”.