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La situación del aeropuerto Ernesto Cortissoz de Barranquilla continúa siendo incierta. Este martes, la Superintendencia de Sociedades informó que admitió en proceso de reorganización empresarial a las fiducias que están detrás del concesionario del aeropuerto de la capital de Atlántico.
Esta figura se utiliza, principalmente, para encontrarle una salida a la situación de pasivos que arrastra una determinada empresa.
La terminal aérea se encuentra en picada, como otras instalaciones de su tipo, desde la pandemia, que golpeó con especial crudeza a la industra aérea, tanto en Colombia, como en el resto del mundo.
El aeropuerto se encuentra en un proceso de renovación cuya culminación en este punto pareciera en veremos.
Ya en enero del año pasado, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) había sancionado al contratista de estas obras por demoras en la entrega de los trabajos.
En su momento se hablaba de retrasos en la fase dos del proyecto de renovación, que incluían el edificio de recibo de maletas nacionales, el corredor estéril del ala internacional y la renovación de las pasarelas de embarque. Estas instalaciones debían entregarse en septiembre de 2021, pero para el momento de la sanción (que fue por $3.000 millones) no habían sido finalizadas.
De acuerdo con la Aeronáutica Civil, se invertirá un billón de pesos en infraestructura aeroportuaria en el país, entre proyectos que ya se están adelantando y recursos que vendrían por vía de la adición presupuestal que actualmente se tramita en el Congreso.
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