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AIG, el grupo asegurador que fue rescatado por el gobierno estadounidense en 2008, ha reunido casi US$37.000 millones al vender su subsidiaria de seguros de vida, Alico, y colocar en flotación su operación en Asia (AIA).
Robert Benmosche, presidente del conglomerado, celebró "este hito en nuestro compromiso para reponer el dinero de los contribuyentes estadounidenses", al tiempo que la compañía dijo que utilizaría las ganancias para devolver el crédito que le otorgó la Reserva Federal de Nueva York.
En esta fase de reestructuración aún falta convertir las acciones preferenciales del Departamento del Tesoro a acciones comunes. Esto equivale al 92,1% de los activos del AIG. Cada derecho costaba el lunes US$41,98, lo que quiere decir que la venta está avaluada en US$69.700 millones. El negocio supondría una ganancia para la Casa Blanca sobre su inversión.
El rescate de AIG llevó a algunos de los momentos más tensos y dramáticos tras la crisis financiera. Los bonos que se les pagaban a sus ejecutivos, luego de recibir US$180.000 millones para el rescate, enfurecieron al público y contribuyeron a generar una desconfianza hacia el gobierno.
La salida del Departamento del Tesoro de AIG tomará más tiempo. La entidad anunció el martes pasado que le proporcionaría US$22.000 millones más para permitir la compra de activos en manos de la Reserva Federal de Nueva York, pero añadió que los activos excedían el valor de la nueva inyección de liquidez.
AIG dijo que había llevado a buen término la venta de Alico. MetLife, su competidor en Estados Unidos, realizó la compra por US$7.200 millones de contado más US$9.000 millones en títulos valores. La oferta pública inicial de AIA recaudó US$20.500 millones.
El anuncio de la venta de Alico y de la disponibilidad del dinero para pagarle a la Reserva Federal neoyorquina se produce a una semana de que la Casa Blanca se involucrara en un acalorado debate en torno al resultado de sus rescates en Wall Street.
En un informe Neil Barofsky, inspector general especial para el Programa de Alivio a Activos Tóxicos, acusó al Departamento del Tesoro de ser inconsistente en su contabilidad de los nuevos estimativos del costo final del rescate a AIG, pues se redujo de US$45.200 millones a US$5.000 millones. Pero el gobierno defendió el cálculo.
La compra de la oferta inicial de AIA fue realizada por un grupo ecléctico de fondos soberanos del Oriente Medio y Asia, y por empresarios e inversionistas de Hong Kong.