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Todos hemos padecido los fuertes incrementos en los precios de los alimentos. Se asocian con fenómenos como que miles de hectáreas de cultivos se están destinando a la producción de biocombustibles en el mundo. También al constante cambio climático en los cinco continentes, que ha producido heladas, sequías e inundaciones.
A ello se acaba de sumar un nuevo factor que está haciendo que el precio de los alimentos en el país esté por las nubes. Se trata del aumento de las tasas de interés en 25 puntos básicos por parte de la Junta Directiva del Banco de la República.
La decisión se tomó en la última reunión del Emisor y estuvo argumentada en la cifra de la inflación de enero, que "fue del 1,06%, por encima del pronóstico del banco, cerrando en el promedio anual del 6%, muy por encima de la meta fijada para 2008, que está entre 3,5% y 4,5%". Eso, en palabras del ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, quiere decir que "el incremento en las tasas va a generar efectos negativos en el sector agropecuario".
En primer lugar, dijo el titular de la cartera, porque la revaluación en la moneda va a impactar sectores exportadores que son grandes generadores de empleo en el campo, como floricultores, bananeros y camaroneros, entre otros. Luego, porque el crédito se encarecerá para procesos productivos.
Los agricultores están con los pelos de punta y los incrementos en las plazas de mercado ya los sienten los comerciantes y consumidores. En Corabastos, por ejemplo, los precios de algunos artículos, como papa sabanera, a $43.000 el bulto; cebolla larga, $25.000 rueda, y la arveja verde, $85.000 bulto, mostraron las primeras alzas esta semana. El kilo de carne, por su parte, ha llegado a cobrarse en los supermercados en promedio a $15.000 y en cuanto a los huevos, las alzas internacionales en el maíz con que se alimentan las aves, los han puesto, de acuerdo con el sitio de compra, entre $250 y $300 la unidad.
Y el panorama no es alentador si se tienen en cuenta los análisis bancarios, que prevén más aumentos en las tasas. El Departamento de Estudios Económicos del BBVA considera que "es probable que el ciclo de ajustes al alza de la tasa de referencia aún no haya llegado a su fin. Los indicadores de inflación básica siguen por encima de las metas establecidas para 2008 y las proyecciones del Banco Central muestran que éstos descenderían lentamente a partir de la segunda mitad del presente año".
Desde la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) se dejó saber que los retos para 2008 son bastante grandes. "El consumo mundial de granos está creciendo a una tasa de 2,2% por año --30 millones de toneladas-, frente a un histórico de 1,2%, y la demanda global ha sobrepasado la oferta mundial en siete de los últimos ocho años, registrando los niveles más bajos de inventarios de los últimos 30 años".
Lo cierto es que la decisión del Banco Central modificó el peso de la canasta familiar de los colombianos y de paso los obligó a reemplazar varios de sus productos básicos por otros alimentos más baratos. El Gobierno ha dicho que en 2008 los productos que seguirán subiendo son aquellos que tienen como materia prima el trigo y el maíz amarillo, de donde se sacan básicamente el pan y los insumos porcícolas y avícolas, que influyen directamente en el costo de la carne de estos animales.
Un capítulo más para los agricultores quienes dicen, de entrada, que el otro incremento vendrá por el costo de los insumos, la mayoría de ellos provenientes del petróleo, el mismo que por estos días ha pasado varias veces la barrera de US$100 por barril. Así, esl futuro de este sector no parece alentador, influido por fenómenos internacionales que, sin mayores calificativos, parecen estar amenazando los alimentos.