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Los economistas prevén que la región (excluido México) se expandirá un casi inexistente 0,1% este año, pronóstico que implicaría un peor desempeño para Estados Unidos por segundo año consecutivo.
Esto es lo que implica la situación para EE.UU.:
1. Caída de las exportaciones. La desaceleración del crecimiento ya está deprimiendo las exportaciones estadounidenses a América del Sur y Central: bajaron un 13% en los primeros cuatro meses de 2015 con respecto al mismo período del año pasado, según la Oficina del Censo de EE.UU. Los fabricantes estadounidenses se enfrentan no sólo a una demanda más débil del sur, sino también a un dólar fuerte que hace que las importaciones sean más caras para América Latina. Las monedas de las cinco mayores economías de la región se depreciaron un promedio de 19% frente al dólar estadounidense en el último año.
2. Menos turistas. Los años de auge de América Latina y el Caribe contribuyeron a incrementar los ingresos disponibles de sus habitantes y los destinos populares de EE.UU. se vieron muy beneficiados por el aumento de la cantidad de turistas provenientes de esa región. Con el estancamiento de sus economías, esos puntos turísticos se están viendo perjudicados. En 2014, los turistas latinoamericanos que pernoctaron en Miami -y sus gastos- se redujeron por primera vez desde 2003, según el Greater Miami Convention Visitors Bureau. La baja se vio impulsada por una reducción en el número de visitantes y hombres de negocios de Argentina, Brasil y Venezuela.
3. ¿Una relación reparada? Sin embargo, las noticias no son todas malas. La presidenta de Brasil, Dilma Rouseff, llegó a EE.UU. el fin de semana pasado, en su primera visita oficial desde que canceló un viaje en 2013 por las acusaciones de que la Agencia de Seguridad Nacional espiaba sus comunicaciones.