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El gerente del Banco de la República, Juan José Echavarría, presentó al Congreso de la República un análisis de los choques que han impactado la economía colombiana por cuenta de la propagación del coronavirus y de las medidas implementadas por el Gobierno Nacional para manejar la situación.
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Particularmente el Emisor muestra cambio en el comportamiento de la Inversión Extranjera Directa (IED), de los depósitos en el mercado de capitales y de las remesas.
En primer lugar, los flujos de capital de portafolio hacia el exterior dejan ver que los extranjeros están sacando dinero de los países emergentes como nunca antes, un fenómeno “radicalmente diferente a los peores choques en materia de salidas de capital”, advirtió Echavarría en relación con las crisis de en 2008, 2013 y 2015.
Colombia no ha sido ajena a este fenómeno. Entre julio de 2019 y febrero de 2020 entraron US$7.579 millones por IED y salieron US$3.675 millones. Solo este año han entrado cerca de US$2.060 millones de IED y una pequeña salida de flujos de capital de portafolio y las cifras registran cambios radicales mes a mes a la baja.
En segundo lugar, el gerente advirtió una enorme preferencia de la gente por liquidez que la ha llevado a vender sus títulos y guardar su dinero en los bancos. Las cifras del Banco Central reflejan un importante cambio en el comportamiento de los depósitos que se tenía proyectado para 2020, “esto se disparó”, resaltó Echavarría.
Finalmente, las estadísticas dan cuenta de que las remesas crecieron a tasas importantes hasta el pasado mes de marzo, pero en las últimas semanas han caído entre 40 % y 60 %.
El COVID-19 de hecho cambio todos los escenarios conocidos. A finales de 2019, las proyecciones del Banco de la República para 2020 mostraban un desempeño satisfactorio de la economía, según Echavarría. Por un lado, el equipo técnico del Emisor proyectaba que la inflación llegara a la meta de largo plazo de 3 % a finales de este año hasta hace muy poco, pues el IPC de marzo se ubicó en 3,8 %. Por otro, se previa que el Producto Interno Bruto (PIB) tuviera un crecimiento anual de 3,3 o 3,4 %, “se veía que la economía colombiana estaba saliendo de sus peores momentos cuando tuvimos el choque petrolero y demás”, recordó el gerente.
El problema, según Echavarría, fue que el coronavirus implicó el cierre de la mayor parte de los subsectores de la producción, presiones crecientes sobre el flujo de caja de las empresas, reducciones en el empleo y el ingreso de los hogares y preferencia generalizada por liquidez.
Con respecto a los bienes primarios, en 2019 se estimaba que el precio del petróleo llegara a US$62 el barril para 2020, incluso se ajustó a cifra al alza entre octubre y enero. Sin embargo, es el que más pierde valor entre los commodities con caídas históricas registradas en los últimos dos días.
Por esta razón, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ajustó la semana pasada las proyecciones de crecimiento para países desarrollados y emergentes. En el primer grupo aparecen Estados Unidos, que se contraería 5,9 % (diferencia de 8 puntos con respecto al anterior pronóstico), el Reino Unido que caería 6,5 % y Japón con una variación de -5,2 %.
El grupo de los emergentes, por su parte, no se vería tan golpeado este año, de manera que China crecería 1,2 % e India 1,9 %, aunque los cambios respecto al pronóstico inicial son fuertes. Los países de América Latina, por su parte, caerían 5,1 %, particularmente Colombia vería una contracción económica de -2,4 %.
Echavarría concluyó diciendo que para 2021 las proyecciones son más positivas, pero que se logren o no depende de cómo se maneje la pandemia este año, pues existe la posibilidad de que haya nuevos brotes importantes del virus el próximo año.
Por Redacción Economía.
