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El Banco Mundial (BM) mantuvo sus bajas perspectivas de crecimiento global a un 2,5 % para 2012 y las redujo una décima al 3 % para 2013, ante el repunte de las tensiones en la zona euro y los planes de ajuste fiscal en otras economías avanzadas, como Estados Unidos.
En su informe de junio sobre las "Perspectivas Económicas Mundiales", el BM pronostica que el crecimiento en los países en desarrollo se ralentizará a un "débil" 5,3 % en 2012 (una décima menos que en sus previsiones de enero) antes de elevarse hasta el 5,9 % en 2013 y 6 % en 2014.
Para los países de ingresos altos no varía sus pronósticos y señala que el crecimiento seguirá "endeble": 1,4 % en 2012, 1,9 % en 2013 y 2,3 % en 2013, lastrados por la contracción del 0,3 % este año en la zona euro, y la vuelta de la "volatilidad" a los mercados.
El organismo internacional, que centra el estudio en las repercusiones de la economía global para los países en desarrollo, advierte de un largo período de "inestabilidad económica".
"En lo posible, los países en desarrollo deben actuar para reducir sus vulnerabilidades, por medio de reducir su deuda a corto plazo, disminuir el déficit fiscal y recuperar una política monetaria más neutral", afirmó Andrew Burns, coordinador del estudio, en la conferencia de prensa de presentación.
Por regiones, Asia mantiene su senda de "moderación económica" y se espera que cierre 2012 con un 7,2 %, tras la entrada en fase de ralentización de China.
Para el gigante asiático, el Banco Mundial pronostica una progresiva pero ligera alza desde el 8,2 % de 2012 a 8,4 % en 2014.
En América Latina, se espera que el PIB regional vuelva a caer en 2012 hasta el 3,5 %, frente al 4,1 % de 2011, arrastrada por el bajo crecimiento de Brasil (2,9 % en 2012) y la fuerte desaceleración de Argentina de 2,2 % en 2012, frente al 8,9 % en 2011.
La región podría volver a repuntar con un 4,1% en 2013 y un 4% en 2014, añadió el texto. Brasil, cuyo crecimiento se desaceleró brutalmente de 2010 (7,5%) a 2011 (2,7%), crecerá un poco más este año, hasta el 2,9%. México crecerá un 3,5%, Argentina un 2,2% tras el 8,9% de 2011, América Central un 3,6%, el Caribe un 3,5%.
La economía internacional inició 2012 con buenos indicadores, pero a partir de mayo resurgieron las tensiones financieras en los países desarrollados que están arrastrando todo el mundo a la baja, constató el Banco."Un acelerado deterioro de las condiciones en la zona euro es uno de los principales riesgos para las economías latinoamericanas y caribeñas", según el texto, que calculó que el impacto en la producción industrial de la región podría provocar una caída del orden del 4%.
"Los grandes déficits fiscales y la deuda pública en los países desarrollados, así como política monetarias muy flexibles, sugieren que los flujos de capital seguirán siendo volátiles en los próximos años", añadió el texto.
En líneas generales, los países de la región deben atenerse a los mismos consejos que el resto de países emergentes: controlar el gasto público, mantener una política macroeconómica neutra, preparar las reservas necesarias para un desequilibrio internacional.
"En caso de una crisis financiera los países en desarrollo necesitarán toda la munición que tengan disponible, y una de nuestras preocupaciones es que, en estos momentos, hay muchos menos reservas que en 2007, al inicio de la crisis mundial", explicó en teleconferencia con periodistas Hans Timmer, director de perspectivas de desarrollo del Banco.
El Banco se muestra particularmente escéptico con las medidas económicas en Argentina, un país que pasará de crecer un 8,9% en 2011 a un 2,2% este año."Los desequilibrios macroeconómicos probablemente persistirán (...) con un balance de cuenta corriente que se deteriorará pese al endurecimiento de los controles, como la eliminación del acceso automático al mercado cambiario o a la introducción de aranceles para importaciones de bienes", explicó el texto
Asimismo, advierte de los riesgos relacionados con que se hayan agotado gran parte de las medidas macroeconómicas de mitigación en los países en desarrollo, por lo que su "vulnerabilidad" ante shocks externos ha aumentado.