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Colombia tiene problemas similares a India, por ende, se puede aprender mucho de los casos exitosos en la lucha contra la pobreza de esta nación asiática. Y uno de ellos es el Banco Grameen (Grameen Bank), un disruptivo modelo de financiación para las poblaciones más vulnerables creado por el economista Muhammad Yunus. Su trabajo derribando barreras de acceso en el mercado crediticio lo llevó a ganar el Premio Nobel de Paz en 2006. Desde entonces Yunus es llamado el banquero de los pobres y un referente mundial para las organizaciones, empresas y naciones que buscan democratizar el acceso a créditos.
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El premio nobel de paz vendrá al World Business Forum Bogotá, que se realizará el 9 y 10 de noviembre de 2022 en el teatro Santo Domingo, organizado por Wobi y Foros El Espectador. Este diario habló con el economista, quien dio su diagnóstico sobre la banca tradicional y le dio a Colombia recomendaciones para impulsar los créditos en las poblaciones vulnerables. Asegura que entre más acceso a créditos, más se reduce la pobreza de un país.
¿Qué hay detrás cuando un banco niega créditos a los ciudadanos más pobres?
Los bancos son empresas, siempre intentan maximizar beneficios. Se concentran en productos y en públicos en los que crean que pueden obtener las mayores rentabilidades y evitan aquellos que puedan producir pérdidas. Así funciona el sistema económico mundial, pero es un problema cuando se habla del mercado crediticio, sobre todo para los segmentos más pobres.
¿Por qué?
El sistema funciona mal. Los bancos están diseñados para darles créditos a los ricos, y a los pobres solo los financian si entregan algún colateral para respaldar el préstamo. Pero si son pobres es claro que no tienen viviendas, autos o activos que sirvan como colaterales. Es absurdo. Por eso es natural que el sistema bancario tradicional excluya a las poblaciones más pobres: ignoran las barreras estructurales que enfrentan.
¿Qué pasa cuando se les niegan créditos a los segmentos más pobres?
Siguen necesitando financiamiento, y en algunos casos puede ser cuestión de vida o muerte. Si no consiguen el crédito en los bancos tradicionales, deben buscarlo por otro lado. Aquí es cuando aparecen los tiburones de crédito (Loan Sharks). Les prestan a los ciudadanos más pobres, pero a tasas exageradamente altas o condiciones muy desfavorables e injustas. Básicamente les quitan todo. No solo se les niega el acceso a un crédito justo, también se los lanza a los tiburones.
Entonces, ¿qué tiene que cambiar?
El sistema bancario mundial debe cambiar. Se les deben dar créditos sin colaterales a los más pobres. No necesariamente, implica un riesgo para los bancos, pues se les dan préstamos según su capacidad de pago, pero se les debe dar la oportunidad de que construyan su reputación crediticia.
¿La pandemia cambió algo?, ¿qué aprendimos?
Debido a la globalización y por la penetración de la tecnología pensábamos que éramos una sola aldea. Pero la pandemia nos enseñó que es falso. Cada nación se preocupó por sus propios intereses. Fue muy grave el poder que concentraron los países ricos sobre las vacunas contra el covid-19, se convirtió en un negocio. La maximización de utilidades fue más importante que la vida.
La pandemia fue un duro golpe para el mundo. Tardamos décadas en lograr reducciones en los índices de pobreza, pero se retrocedió en cuestión de meses. Se debe repensar el modelo económico.
En esta lucha contra la pobreza, ¿qué papel cumplen los créditos?
Todos nacemos emprendedores. Solo que el sistema educativo actual nos enseña que debemos ir al colegio y a la universidad para ser buenos empleados. Pero realmente deberían enseñarnos cómo crear y administrar empresas.
En el caso de los pobres, emprender es su principal alternativa. Y para cualquier emprendimiento es vital el financiamiento, el acceso a créditos, para poder empezar y crecer sus negocios. Los préstamos les dan la oportunidad de trabajar, de mejorar su condición y de cambiar su futuro y el de sus hijos. Entre más acceso a crédito, más se reduce la pobreza de un país y, por ende, más crece la economía.
¿Cómo superar el prejuicio de que los créditos a pobres son riesgosos?
Los bancos creen que hacen lo correcto cuando niegan créditos a los segmentos más pobres, pues es lo que dice su modelo empresarial enfocado a maximizar utilidades. Sin embargo, nuestra experiencia en el Banco Grameen (Grameen Bank) muestra que estos préstamos no son riesgosos, de hecho, tienen carteras muy saludables. Todo es cuestión de buscar nuevos modelos y visiones sobre el financiamiento.
¿Como cuáles?
Para empezar, no pedimos colaterales, sino que empezamos con créditos de muy bajo monto, de US$5, por ejemplo. Y si paga luego le damos US$20, US$50, US$100, etc. Es decir, a medida que muestre un buen cumplimiento vamos incrementando los montos de los créditos y bajando sus respectivas tasas de interés. Entonces, el riesgo de un crédito lo determina la capacidad de cada usuario.
Bajo este modelo, ¿son viables montos grandes, como los créditos de vivienda, para los segmentos más pobres?
Sí, y lo hemos demostrado. Es un proceso que se construye paso a paso. Lo importante es darles la oportunidad a las poblaciones pobres de construir credibilidad y reputación de pago.
Colombia tiene problemas similares a India, ¿cómo recomienda empezar para aumentar el acceso de créditos para los segmentos más pobres del país?
Debe haber dos tipos de bancos. Los que maximicen utilidades y los que solucionen un problema de la sociedad. Por eso en Colombia debería haber bancos sin ánimo de lucro: que no ganen ni un centavo, sino que se enfoquen en darles oportunidades financieras a los más pobres, a los que el sistema tradicional rechaza.
¿Cuál debe ser el rol del Gobierno en esta meta?
Debe hacer leyes y regulaciones que impulsen bancos sin ánimo de lucro. Así se podrán mejorar las cifras de inclusión y penetración financiera. Sobre todo lejos de las ciudades, en las regiones más pobres.
Siguiendo la tendencia mundial, en Colombia hay cada vez más automatización en los procesos bancarios, ¿cómo impedir que los desarrollos tecnológicos y sus algoritmos excluyan a los segmentos más pobres del mercado crediticio?
La tecnología es como el fuego. Puede servir para algo bueno, como cocinar. Pero también puede provocar un incendio. Entonces, el potencial de la tecnología depende de cómo se use y se enfoque. Si los bancos quieren usarla para mejorar el acceso a créditos, creo que puede tener un impacto muy fuerte. La tecnología tiene un rol muy importante para la inclusión y penetración financiera, sobre todo en el campo.
