BID reelige a Luis Alberto Moreno como su presidente

Los países miembros del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reeligieron el martes por aclamación al ex diplomático colombiano Luis Alberto Moreno para un segundo mandato de cinco años como presidente del organismo multilateral.

Durante su discurso de agradecimiento, el ex ministro de Desarrollo Económico de Colombia reiteró su apreciación de que esta será la década de Latinoamérica y el Caribe, según dijeron asistentes a la reunión.

Desde su llegada al BID en el año 2005, Moreno ha dirigido la mayor ampliación de capital del organismo por valor de 70.000 millones de dólares, impulsado el proyecto de reconstrucción de Haití y el alivio de deuda a los países más pobres.

Su año "negro" fue el 2009, cuando salió a la luz que el BID había registrado pérdidas contables por 1.900 millones de dólares entre julio de 2007 y diciembre de 2008 debido a inversiones en activos de alto riesgo.

Moreno era el único candidato para el puesto y había sido nominado para un segundo mandato de cinco años por 35 de los 48 socios del BID durante el proceso para presentar candidaturas que se cerró el 24 de junio.

El reelegido presidente del BID tiene fama de buen negociador y de moverse como pez en el agua entre los poderosos de Washington
"Es un negociador muy hábil", dijo el martes un alto ejecutivo del BID.

Trayectoria

Moreno desembarcó en la capital estadounidense hace algo más de una década tras ser designado embajador en Washington por el entonces presidente colombiano Andrés Pastrana, cargo en el que fue confirmado posteriormente por el actual gobernante, Álvaro Uribe.

Los analistas le conceden el mérito de haber logrado una mejoría en las relaciones bilaterales y el de haber recabado apoyo bipartidista en el Congreso para la aprobación de programas de asistencia a Colombia por más de 4.000 millones de dólares.

Fue durante esos años cuando trabó amistad con pesos pesados de la vida política estadounidense como Bill y Hillary Clinton, con los que se codea a menudo y a los que es fácil encontrar en actos organizados por el organismo multilateral.

Su llegada al banco en 2005 puso fin al largo mandato de su predecesor, Enrique Iglesias, y propició grandes cambios en los niveles gerenciales del organismo.

Sus críticos lo acusan a menudo de falta de transparencia, una queja que hacen extensible al conjunto de la entidad y un punto débil que el BID ha prometido cambiar con la aprobación en mayo de una nueva política de acceso a la información.

Su gestión, por lo demás, ha estado marcada por altibajos, desde las turbulencias iniciales, hasta las pérdidas de 1.900 millones de dólares por inversiones en activos de alto riesgo y la reciente y exitosa aprobación de una ampliación de capital por 70.000 millones de dólares, la mayor en la historia del organismo.

Esa reposición de fondos que se aprobó durante la última asamblea anual del organismo en marzo en Cancún (México) fue, según los observadores, el trampolín hacia su reelección.

Entre sus logros figura también el de haber liderado el programa de alivio de deuda para los países más pobres de la institución, el dar una creciente importancia a las energías renovables y la puesta en marcha del programa de reconstrucción de Haití.

Durante los próximos años le tocará implementar una agenda de reformas especificada en Cancún y que incluye, entre otras cosas, el que el BID mejore el marco de medición de resultados "para identificar, en cada proyecto, si se han cumplido resultados específicos y tangibles".

La larga trayectoria de Moreno incluye también sus años como ministro de Desarrollo Económico de Colombia, asesor empresarial y periodista.

Su recorrido periodístico, en el que destaca su etapa como productor ejecutivo del programa informativo de la televisión colombiana "TV Hoy", le ayudó a conseguir una beca para el programa Neiman de la Universidad de Harvard.

Moreno tiene dos matrimonios a sus espaldas, el primero con la periodista estadounidense Adriana Flogia, la madre de sus dos hijos Nicolás y Natalia, y el segundo con la venezolana Gabriela Febres Cordero.