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Biden recorrerá esta semana Estados Unidos para promover sus enormes planes de gastos sociales y de infraestructura, cuya aprobación peligra en el Congreso en medio de choques entre facciones centristas y progresistas del oficialista Partido Demócrata.
El presidente busca invertir en carreteras, ferrocarriles, puentes y otras obras públicas de Estados Unidos para cumplir con una pieza distintiva de la reactivación económica que prometió en su campaña de 2020. Su aprobación proporcionaría una victoria muy necesaria después de meses de contratiempos.
La votación de la Cámara sobre el proyecto de ley de obras públicas se pospuso nuevamente el viernes, y Biden visitó el Capitolio para decirle a los legisladores que se tomen su tiempo.
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“Voy a trabajar como un condenado para asegurarme de que que se aprueben ambos paquetes. Y creo que lograremos aprobarlos”, declaró a la prensa al abandonar este sábado la Casa Blanca rumbo a Delaware. Agregó que esta semana recorrerá el país para explicar por qué es tan importante aprobar ambos proyectos, después de recibir criticas por no hacer lo suficiente para promover esas leyes entre la gente común.
Sobre el proyecto de ley de infraestructura por 1,2 billones de dólares y el de gastos sociales como educación, salud, cuidado infantil, energía limpia y otros temas por 3,5 billones, aseguró que “no hay nada en ninguna de estas leyes que sea radical cuando se los mira individualmente”.
A los demócratas de centro les gustaría bajar el monto de gasto social y cuestionan su financiamiento a través de aumentos de impuestos a los ricos y a las multinacionales. Mientras que los progresistas no están dispuestos a votar el paquete de infraestructura —primero en la agenda legislativa— si no se dan garantías de que se mantendrán los gastos sociales.
Las divisiones en el seno del Partido Demócrata radican en diferencias políticas acerca de cuánto debería gastar el gobierno, pero también en la falta de confianza entre las partes.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, señaló en un comunicado que Biden y su equipo mantendrán estrecho contacto con los legisladores de ambas cámaras del Congreso durante el fin de semana.
Este sábado la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, anunció que los demócratas intentarán aprobar la ley de infraestructura el 31 de octubre, día en el que expirarán los fondos destinados para autopistas y otras vías de tránsito.
La guerra interna dentro del partido demócrata se produce en un momento en el que el nivel de aprobación de Biden ha bajado en las encuestas y cuando queda poco más de un año para las elecciones legislativas de noviembre 2022, en las que los demócratas podían perder la estrecha mayoría que tienen en el Senado y la Cámara Baja.
Biden, por otro lado, pidió a los republicanos votar junto a los demócratas el aumento del límite de la deuda antes del 18 de octubre para evitar entrar en default con graves consecuencias, no solo para Estados Unidos.
Pero los republicanos no se muestran afines. “Espero que los republicanos no sean tan irresponsables como para negarse a aumentar el límite de la deuda u obstruir su aprobación con maniobras parlamentarias (...) Sería totalmente inconcebible, nunca se ha hecho antes, así que espero que no suceda”, aseveró el presidente.
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