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La tensión entre campesinos, mineros y el Gobierno nacional escaló este miércoles a una crisis de movilidad: bloqueos en al menos cinco puntos de Boyacá y otros más en Cundinamarca mantienen paralizado el transporte intermunicipal, afectando a cerca de 130.000 pasajeros y dejando pérdidas estimadas en $1.800 millones.
La ruta Bogotá-Tunja-Sogamoso continúa cerrada, con más del 98 % de los despachos suspendidos. Según la Aditt, que agrupa a los empresarios del transporte intermunicipal, los corredores clave hacia Arauca, La Guajira, Norte de Santander y la Costa Atlántica también presentan afectaciones.
El gremio le pidió al Ministerio de Transporte autorizar rutas alternas y activar un canal directo con las comunidades para evitar una parálisis prolongada.
“Desde el sector transportador hacemos un llamado a la sensatez, al diálogo y a la búsqueda de salidas pacíficas e inmediatas que permitan superar esta difícil coyuntura sin afectar más a la ciudadanía”, subraya la Aditt.
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Reunión clave hoy: ambiente cargado y diálogo rezagado
Caracol Radio confirmó que hoy, miércoles 6 de agosto, se reinstalará una mesa de negociación entre los manifestantes y el Gobierno, con la asistencia confirmada de las ministras de Ambiente, Lena Estrada, y de Agricultura, Martha Carvajalino. La reunión llega tras varios intentos fallidos y con el ambiente caldeado. El gobernador de Boyacá, Carlos Amaya, criticó la ausencia de la ministra Estrada en la jornada anterior: “Estaba todo listo”, dijo.
Sin embargo, la duda posa frente a la reciente salida de Estrada del Ministerio y el reingreso de Irene Vélez como jefa de la cartera.
Amaya pidió ampliar los pasos intermitentes que permiten evacuar alimentos, leche, animales y personas en condición vulnerable. Aunque ya se han habilitado ventanas de 30 minutos, advirtió que “necesitamos ampliar esos tiempos para reducir el impacto económico que ya está golpeando fuertemente al departamento”.
“Los campesinos no están allí por terquedad, sino reclamando derechos y una coexistencia sostenible con el ambiente”, insistió el mandatario.
El gobernador mantiene activo un Puesto de Mando Unificado (PMU) y llamó a preservar la calma: “Es una situación compleja y desafortunada, pero debemos mantener la serenidad y buscar soluciones con concertación y diálogo”.
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Mineros, parameros y paperos: una protesta con tres frentes
La protesta se desató por la ausencia del Gobierno en una reunión clave con líderes parameros de Güicán, El Cocuy y Chiscas. Pero tras ese desplante, emergieron otros reclamos: los mineros exigen alivios tributarios y una transición energética con garantías, tras el desplome de los precios del carbón; los campesinos, especialmente paperos, denuncian pérdidas de hasta $15 millones por hectárea y el abandono estatal.
Según Fedepapa, los paperos enfrentan una crisis estructural por sobreoferta y caída de precios, agravada por la migración de mano de obra minera a los cultivos.
La misma senda que tuvieron los arroceros en el reciente paro, en que la baja en los precios hizo insostenible el cultivo por el exceso de siembras.
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¿Qué dicen los agricultores?
Los paperos llevan casi un mes buscando reuniones con el Gobierno, aunque hasta ahora no han tenido respuestas concretas. El próximo encuentro de los productores con el Ministerio de Agricultura estaba agendado para este lunes, pero se movió para el miércoles 6 de agosto.
Esta situación tiene inconformes a los agricultores y por eso algunos han decidido acompañar las protestas que adelantan de otros sectores. Aunque vale la pena aclarar que no es un paro de paperos como tal.
Lo que pasó en muchos municipios fue que, por las difíciles condiciones de los mineros de carbón, mucha de la mano de obra terminó en los sembrados de la papa, lo que ayudó a empeorar la crisis de los precios, según Orlando Molina, productor de Villapinzón y vocero de algunos agricultores de la región.
Si bien la crisis es un tema más complejo y estructural, una de las explicaciones del bajo precio tiene que ver con el aumento en su producción, pues la demanda es la misma.
“Somos todos la misma tragedia. Lo que nos tiene así son las políticas del Gobierno. La economía es la misma, una en minas y otros en agricultura. No podemos ser indiferentes ante un Gobierno que no da la cara, no hay propuestas serias, no hay soluciones claras”, expresa Molina.
Y reconoce que los bloqueos pueden implicar mayores pérdidas para los mismos habitantes de la región, pero “ya estamos en quiebra, qué más da”.
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