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Buencafé: ventas récord en tiempos de pandemia

La empresa tuvo el mejor primer semestre de su historia. Aumento en la demanda, capacidad instalada y liderazgo fueron factores claves para el resultado.

María Alejandra Medina
20 de julio de 2020 - 02:00 p. m.
Cristina Madriñán, directora de Buencafé.
Cristina Madriñán, directora de Buencafé.
Foto: Cortesía - Buencafé

En tiempos de crisis, escuchar que una compañía tuvo resultados récords sin duda llama la atención; aún más si se trata de una que está en un negocio relacionado con el producto agrícola más representativo del país. Este es el caso de Buencafé, la fábrica de café liofilizado del Fondo Nacional del Café, ubicada en Chinchiná, Caldas, que reportó el mejor primer semestre de su historia, con una facturación de US$78,4 millones, un crecimiento del 10 % respecto al mismo período del año pasado.

Varios son los factores detrás de este resultado. Primero, hay que tener en cuenta que más del 90 % de las ventas de Buencafé son exportaciones. La empresa, además, tiene varias líneas de negocio, incluyendo vender su café para marcas de terceros. “Este primer semestre tuvimos clientes a los que les vendimos (café) en frascos, que aumentaron de manera significativa su demanda, en México, Canadá, Estados Unidos y algunos mercados de América Latina”, explicó Cristina Madriñán, directora de Buencafé.

Sin embargo, la compañía también tiene una marca propia, Buendía, que se vende principalmente en Colombia y Ecuador, y que también creció a doble dígito, cerca del 20 %. En el portafolio también está el extracto de café, que se utiliza, por ejemplo, para producir bebidas que se venden listas para consumir (como capuchinos fríos envasados). Esas ventas crecieron un 70 %. “Al sumar el aumento de venta de café en frascos, de nuestra marca y del extracto de café, obtenemos la facturación de US$78,4 millones”, puntualiza Madriñán.

¿Cómo lo lograron? Sin duda hubo un incremento en la demanda. Sin embargo, fue importante haber estado preparados para atenderla. En 2019, Buencafé terminó la expansión de su planta: pasaron de tener una capacidad instalada de 11 mil a 13.500 toneladas por año. Asimismo, según Cristina Madriñán, revisar la estrategia comercial fue clave: identificar las oportunidades en el mercado y las necesidades de los clientes, por ejemplo, al inicio de la pandemia cuando los hogares salieron a abastecerse en grandes proporciones.

Además, el café puede tener una particularidad. La directora de Buencafé asevera que a partir de los análisis que se han hecho se ha podido ver que el consumo del grano no se afecta en gran medida durante las crisis económicas. Al ver las cifras históricas de consumo de los países importadores y el consumo interno en países productores, hay variaciones, aunque no abruptas. Finlandia, uno de los mayores consumidores per cápita (casi 12 kilos/año), de hecho, aumentó levemente su cifra en 2008, para volver a niveles normales el año siguiente.

En cuanto a Colombia, donde actualmente se consumen alrededor de 2,2 kilos de café al año por habitante, se puede ver una leve caída en el consumo durante la crisis de finales de los noventa, pero un aumento entre 2008-2009. Todo esto, de acuerdo con las cifras de la Organización Internacional del Café. Roberto Vélez, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, afirma que, ante el cierre de negocios como las tiendas de café, el consumo del grano se ha trasladado a los hogares. Y así lo muestran, en Colombia, las cifras de la firma Raddar. En lo corrido del año, con corte a junio, el consumo de café en los hogares había aumentado casi 18 % frente al mismo período del año anterior.

Buencafé, por otro lado, pertenece a un sector que en todo momento durante la crisis sanitaria ha tenido permiso para operar. Madriñán señala que en un principio adoptar los protocolos de bioseguridad fue retador, pero posible, gracias a una “cultura organizacional” que permitió actuar, según ella, con liderazgo, compromiso y rapidez, en lo que la comunicación, para fomentar el autocuidado, ha sido clave. “Los protocolos han ido madurando”, explica. Por ejemplo, esta semana se comenzarán a aplicar controles biométricos.

Por lo mismo, han podido mantener los más de 750 puestos de trabajo que generan. Eso sí, dice la directora, han tenido que hacer ajustes en los turnos y en espacios como los casilleros, para asegurase de que no haya aglomeraciones de empleados. Hasta el momento no se ha presentado ningún caso positivo para el virus en los trabajadores.

Por último, hay un factor que tiene varios efectos: la devaluación. La tasa de cambio tiene, por un lado, incidencia en el precio que se le paga al productor por su café. En los últimos meses, la carga ha alcanzado niveles récords por encima del millón, lo que sin duda encarece la materia prima para una planta como la de Buencafé. Sin embargo, Madriñán explica que el incremento del volumen de ventas y el hecho de que gran parte de estas sean en el exterior han jugado a favor de la compañía.

La directora, finalmente, asegura que pese a los buenos resultados Buencafé no puede ser “ajena” a la situación del país y del mundo. Sin duda, los altos niveles de desempleo y la crisis económica están y estarán relacionados con la capacidad y los hábitos de consumo. Por eso sostiene que el reto para el segundo semestre es estar en constante revisión de las necesidades del mercado: nuevos tamaños, quizás empaques más adecuados al comercio electrónico, entre otros. La idea es que, como dice la ejecutiva, el café siga siendo un “compañero” en los hogares.

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