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Mañana inicia la visita oficial a Colombia el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso. Es la primera vez que un presidente de este órgano ejecutivo de la Unión Europea, viene al país. Antes de su llegada, Barroso habló con El Espectador de la crisis económica que atraviesa el continente, la inmigración y las posibilidades de que a peruanos y colombianos se les levante el visado Schengen.
¿Cuál es el propósito de su viaje a Colombia?
Colombia es uno de los socios más importantes que tiene la Unión Europea en América Latina. Voy a tener la oportunidad de reunirme con el presidente Santos, con quien compartimos una visión común sobre una gran variedad de temas de la agenda internacional como la lucha contra el cambio climático y sobre cómo asegurar que dicha lucha no se oponga, sino que contribuya activamente, a la reducción de la pobreza, otro de los retos importantes a los que se enfrenta la comunidad internacional
¿Cuál es el balance del TLC?
Queremos hablar de ese acuerdo comercial que tenemos desde agosto de este año, principalmente de nuestros esfuerzos en hacer que la comunidad empresarial, y los empresarios individualmente, sean conscientes de las oportunidades que ofrece este acuerdo, y ayudarles a aprovecharlo. La Unión es ya el segundo socio comercial de Colombia, y el mayor inversor, pero queremos profundizar estos lazos y contribuir al desarrollo económico sostenible e inclusivo de Colombia.
¿Cómo ve la iniciativa española de tramitar en el seno de la UE la eliminación de las visas para Colombia y Perú? ¿Es viable?
La iniciativa española debe verse en el contexto del refuerzo de las relaciones de la UE con Colombia y Perú. La reciente entrada en vigor del acuerdo de libre comercio es también una señal del refuerzo de nuestras relaciones. La concesión del estatuto de exención de visado a los ciudadanos de Colombia y Perú plantea una serie de cuestiones técnicas que deben resolverse. Pero haremos todo lo posible para facilitar una decisión en esta materia.
Europa ha dicho que apoya los esfuerzos de paz en Colombia. ¿De qué manera se da ese respaldo a las conversaciones de paz?
Desde el principio estamos apoyando la iniciativa del presidente Santos de poner en marcha las negociaciones con las Farc, y lo hemos hecho públicamente. La Unión Europea está dispuesta a apoyar la aplicación del acuerdo que resulte de las conversaciones en La Habana, si, por supuesto, así lo solicitan las autoridades de Colombia. Pero las modalidades específicas de este tipo de apoyo, obviamente, dependerán en primer lugar de lo acordado por las partes en las conversaciones. La Unión Europea apoya los esfuerzos del pueblo colombiano para superar el conflicto interno. El pueblo colombiano ya ha sufrido mucho, y debe dar una oportunidad a la paz. Es importante que la guerrilla aproveche esta ocasión histórica. En democracia, la lucha política se hace con los votos y no con las armas.
¿Cuáles han sido las repercusiones políticas que ha generado la crisis económica europea?
En primer lugar, la crisis nos ha obligado a todos (las instituciones europeas y los gobiernos nacionales) a un mayor grado de solidaridad. Los países europeos han apoyado a aquellos que se han enfrentado a más dificultades económicas. La gran mayoría de los ciudadanos europeos sigue apoyando el proyecto europeo y nuestros valores de base, como la democracia, el estado de derecho y las libertades fundamentales.
Se ha visto el surgimiento de movimientos extremistas en países como Grecia...
La crisis –junto con el aumento del desempleo– ha contribuido a que las fuerzas populistas se vuelvan más agresivas y ganen la simpatía de algunos europeos. Estoy completamente a favor de un amplio debate en la sociedad europea sobre las diferentes opciones políticas, pero no puedo estar de acuerdo con un debate basado en los valores negativos como el nacionalismo, el proteccionismo y la intolerancia. El proyecto europeo es para mí uno de los mayores logros de la historia contemporánea. Hay que preservarlo y completarlo, no deshacerlo.
Los niveles de desempleo, particularmente juvenil, son muy altos. ¿Qué decirle a un joven europeo que no tiene trabajo?
El desempleo –y en particular el juvenil– es uno de los mayores retos a los que se enfrenta Europa. No podemos quedarnos inactivos. La sociedad europea necesita el talento de los jóvenes, su experiencia, su capacidad de crear, inventar, innovar. El desempleo en la UE está disminuyendo progresivamente. Sin embargo, el nivel es inaceptablemente alto: más de 5,6 millones de jóvenes europeos buscan trabajo.
¿Qué medidas se están tomando?
Nuestro papel en la creación de empleo es urgente. En la Unión Europea estamos haciendo todo lo posible, proponiendo medidas concretas e inmediatas, y facilitando financiación a las empresas y a la economía real. También es fundamental que los países de la Unión Europea implementen rápidamente la “Garantía Joven”, propuesta por la Comisión Europea y que garantizará trabajo a todos los jóvenes menores de 25 años, formación o prácticas en un período máximo de cuatro meses tras haber finalizado sus estudios o haberse quedado en paro. El desafío al que debemos enfrentarnos es fundamental: ofrecer a nuestra juventud perspectivas reales, razones por las que tener esperanza y confianza en sí mismos y en Europa.
¿Cómo afectó el escándalo de espionaje masivo la confianza en los Estados Unidos?
Las revelaciones sobre las escuchas y espionaje desencadenaron preocupaciones profundas en Europa, no sólo en los gobiernos, sino también en nuestros ciudadanos. El tema debe ser aclarado por completo y la confianza reconstruida. Hemos iniciado un diálogo constructivo con las autoridades de Estados Unidos sobre cuestiones de protección de datos, así como asuntos de información que esperamos que produzcan resultados.
La reciente tragedia en Lampedusa puso en evidencia una crisis sin precedentes de migración en el Mediterráneo. Varios países han pedido a la Eurocámara regular la inmigración. ¿Cómo regularla y qué esfuerzos hacer para evitar episodios como ese?
Los recientes acontecimientos de Lampedusa son una tragedia. Estamos actuando conjuntamente en solidaridad con los migrantes y también con los países que se enfrentan a una extrema presión migratoria con varias medidas concretas, que pasan, por ejemplo, por una mayor capacidad de vigilancia aérea y marítima y mayor capacidad de salvamento.