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Colombia ha dado un gran paso hacia la transición energética con la expansión de su capacidad solar.
De acuerdo con el más reciente informe de la Dirección de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado de Bancolombia, la capacidad instalada de energía solar en el país alcanzó los 2.030 megavatios (MW) en junio de 2025, incluyendo plantas en pruebas. Esto representa un crecimiento del 59 % frente al mismo mes del año anterior.
Sin embargo, para alcanzar los 6,4 gigavatios (GW) proyectados para diciembre de 2026, según las fechas de puesta en operación publicadas por la UPME, se requiere una inversión estimada de US$3.300 millones para construir 4,4 GW adicionales en solo año y medio.
“Para lograr esta meta, se requerirían USD3.300 millones (precios constantes 2023) si se toma como referencia el valor global estimado por IRENA de USD758/kW”, señala Laura Clavijo, directora de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado de Bancolombia.
El Caribe lidera la generación solar
Más del 60 % de la energía solar instalada en Colombia se concentra en la región Caribe. Atlántico lidera con 553 MW (27,2 %), seguido por Cesar con 318 MW (15,7 %) y Córdoba con 195 MW (9,6 %).
En total, el 61,9 % de la capacidad solar del país se encuentra en esa zona, donde confluyen la radiación intensa, grandes extensiones planas y disponibilidad de suelo.
Fuera del Caribe, otros departamentos con peso en la matriz solar son Valle del Cauca (173 MW), Cundinamarca (134 MW) y Santander (90 MW). En contraste, zonas con gran demanda energética como Antioquia, Bogotá o el Eje Cafetero aún tienen baja participación.
No repetir los errores de otros
El informe dedica un apartado a analizar el caso de España, un país que también vivió una expansión acelerada de fuentes renovables, pero con varios aprendizajes en el camino.
“La experiencia de España en los últimos años muestra cómo una transición energética apresurada y sin una adecuada planificación puede generar vulnerabilidades en la matriz energética, especialmente cuando se depende en exceso de fuentes intermitentes como la solar”, destaca el informe.
Según Bancolombia, los riesgos no solo están en el frente técnico. “La concentración geográfica de los proyectos, la falta de redes de transmisión adecuadas y los problemas para integrar nuevas plantas al sistema pueden poner en jaque la confiabilidad eléctrica”, subraya Laura Clavijo.
Se necesita firmeza energética
Además de la expansión de parques solares, el sistema eléctrico colombiano debe garantizar firmeza: la capacidad de atender la demanda en cualquier momento, incluso si no hay sol. Es ahí donde surgen los principales retos.
“La generación solar es intermitente y depende de condiciones climáticas. Por tanto, no siempre está disponible para respaldar la demanda en todo momento”, explica el informe.
Por eso, se requieren fuentes firmes que actúen como respaldo (hidráulica, térmica, baterías) y esquemas de almacenamiento y gestión de demanda que acompañen la entrada de nuevas plantas.
“En el caso colombiano, donde la matriz energética aún depende en buena medida de fuentes hídricas, las sequías podrían coincidir con bajas radiaciones solares, generando riesgos para la seguridad del sistema”, añade el equipo técnico de Bancolombia.
El informe concluye que Colombia avanza en la dirección correcta, pero necesita mejorar la coordinación entre expansión de renovables, regulación, infraestructura y firmeza.
“La transición energética debe garantizar un equilibrio entre sostenibilidad ambiental, seguridad del suministro y eficiencia económica. Esto requiere una planificación adecuada que anticipe los retos y coordine a los diferentes actores del sistema”, señala Clavijo.
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