Colombia no debería frenar crecimiento si se cumple meta de inflación
Los precios al consumidor aumentaron 4,74 por ciento interanual en agosto, el ritmo más veloz desde 2009.
Bloomberg News
Las autoridades colombianas deberían tratar de no agravar la desaceleración del crecimiento siempre que esto sea congruente con el cumplimiento de las metas de inflación del país, dijo el codirector del banco central, Juan Pablo Zárate.
“El objetivo de la política monetaria es que la inflación converja hacia su meta de mediano plazo en el horizonte de tiempo en el que opera esa política”, declaró Zárate en una entrevista en Bogotá. “Una vez garantizado eso, a corto plazo deberíamos tratar de tener una política contracíclica o por lo menos no procíclica”.
El directorio de siete miembros del banco central estuvo dividido en las últimas dos reuniones. Una minoría de integrantes abogó por un aumento de tasas para frenar la inflación más veloz de los últimos seis años, pese a que el crecimiento se desacelera ante la baja de precios del petróleo, el carbón, el café y el oro de Colombia. La inflación volverá a su meta a fines de 2016 o comienzos de 2017, agregó Zárate.
“Las decisiones de política que se tomen hoy impactarán a comienzos de 2017, cuando podría ocurrir que buena parte del ajuste del tipo de cambio haya terminado”, señaló.
Los precios al consumidor aumentaron 4,74 por ciento interanual en agosto, el ritmo más veloz desde 2009, en tanto la depreciación del peso provoca aumentos en el precio de los productos importados. Aún se producirá algún “traslado” de un peso más débil a los precios al consumidor, dijo Zárate, añadiendo que este efecto será transitorio.
El peso se debilitó 34 por ciento en el último año, la mayor caída de los grandes mercados emergentes después del rublo ruso y el real brasileño.
La inflación de los bienes transables se aceleró a 5,23 por ciento en agosto, el ritmo más rápido en más de una década. Los bienes transables pueden exportarse o sustituirse por importaciones y son sensibles a los movimientos del tipo de cambio.
La economía crecerá 2,8 por ciento este año, según el banco central, mientras que el año pasado lo hizo un 4,6 por ciento. El país se vio afectado por la caída de los precios del crudo, su principal producto de exportación. La desaceleración y la moderación del consumo de los hogares son ajustes necesarios ante el shock petrolero, dijo Zárate.
Las autoridades colombianas deberían tratar de no agravar la desaceleración del crecimiento siempre que esto sea congruente con el cumplimiento de las metas de inflación del país, dijo el codirector del banco central, Juan Pablo Zárate.
“El objetivo de la política monetaria es que la inflación converja hacia su meta de mediano plazo en el horizonte de tiempo en el que opera esa política”, declaró Zárate en una entrevista en Bogotá. “Una vez garantizado eso, a corto plazo deberíamos tratar de tener una política contracíclica o por lo menos no procíclica”.
El directorio de siete miembros del banco central estuvo dividido en las últimas dos reuniones. Una minoría de integrantes abogó por un aumento de tasas para frenar la inflación más veloz de los últimos seis años, pese a que el crecimiento se desacelera ante la baja de precios del petróleo, el carbón, el café y el oro de Colombia. La inflación volverá a su meta a fines de 2016 o comienzos de 2017, agregó Zárate.
“Las decisiones de política que se tomen hoy impactarán a comienzos de 2017, cuando podría ocurrir que buena parte del ajuste del tipo de cambio haya terminado”, señaló.
Los precios al consumidor aumentaron 4,74 por ciento interanual en agosto, el ritmo más veloz desde 2009, en tanto la depreciación del peso provoca aumentos en el precio de los productos importados. Aún se producirá algún “traslado” de un peso más débil a los precios al consumidor, dijo Zárate, añadiendo que este efecto será transitorio.
El peso se debilitó 34 por ciento en el último año, la mayor caída de los grandes mercados emergentes después del rublo ruso y el real brasileño.
La inflación de los bienes transables se aceleró a 5,23 por ciento en agosto, el ritmo más rápido en más de una década. Los bienes transables pueden exportarse o sustituirse por importaciones y son sensibles a los movimientos del tipo de cambio.
La economía crecerá 2,8 por ciento este año, según el banco central, mientras que el año pasado lo hizo un 4,6 por ciento. El país se vio afectado por la caída de los precios del crudo, su principal producto de exportación. La desaceleración y la moderación del consumo de los hogares son ajustes necesarios ante el shock petrolero, dijo Zárate.