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Este viernes, el presidente Gustavo Petro informó que radicó la solicitud para ingresar al Nuevo Banco de Desarrollo, una multilateral creada por los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) con la meta de aportar recursos para proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible en mercados emergentes y países en desarrollo.
Esta noticia se da en el marco de la visita del mayor mandatario a China, donde se reunió con Dilma Rousseff, quien es la actual presidenta de este banco multilateral.
La eventual adhesión de Colombia a esta multilateral implicaría que el país diversificara sus fuentes de financiamiento, es decir, que dependa menos de otros organismos tradicionales como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, además de acceder a recursos que, potencialmente, le serían otorgados en condiciones más favorables.
En la carta, firmada por el ministro de Hacienda Germán Ávila, Colombia manifestó que está dispuesta a suscribir 5.125 acciones de capital autorizado del banco, de las cuales 4.100 corresponden a acciones exigibles y 1.025 a acciones pagadas.
Es decir, Colombia se compromete a aportar US$512,5 millones a cambio de ingresar a la multilateral. De este dinero, US$410 millones serán “exigibles”, lo que se traduce en que solo se pagan al banco si este los requiere como garantía; mientras que otros US$102,5 millones serán “pagados”, o sea, se entregarán en efectivo al banco.
“El primer pago, indica el ministro en la carta de solicitud de ingreso, se realizará dentro de los seis meses siguientes a la fecha en que Colombia entregue el documento de adhesión al convenio al Gobierno de Brasil. La solicitud de Colombia para unirse al Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) marca un paso estratégico hacia la diversificación de las fuentes de financiamiento internacional y la consolidación de alianzas con economías emergentes”, informó la Presidencia de la República.
Con esta intención, el país envía un mensaje de su interés por abrirse a nuevos bloques económicos en el mundo, esto en medio de un panorama polarizado. Su eventual adhesión, por la misionalidad que tiene la mencionada multilateral, también podría implicar una oportunidad para que la nación obtenga mejores recursos para financiar sus proyecto de infraestructura, especialmente en transición energética y transporte.
¿Cómo está la deuda externa?
Según lo informado por el Banco de la República, el país arrancó el año con una deuda externa de US$202.010 millones, lo que representa el 48,23 % del Producto Interno Bruto (PIB).
Este dato implicó un aumento de US$247 millones respecto al cierre de 2024 (US$201.763 millones), lo que es un crecimiento marginal de apenas el 0,05 % como proporción del PIB. En suma, el endeudamiento externo del país sigue creciendo en términos absolutos, pero la proporción frente al PIB manifiesta una tendencia a la baja.
Esta adhesión, si bien implica nuevas y mejores oportunidades de endeudamiento para el país (créditos más baratos, es lo que se buscaría), también trae a la memoria de la conversación de que el país debe cuidar sus niveles de endeudamiento.
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