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Decir que en los primeros cinco meses de 2015 la industria registró caídas en producción y ventas no es nuevo. Ya era costumbre importar porque salía más barato que comprar cualquier producto de fabricación nacional, por más competitivo que fuera. Pero la realidad va cambiando. Los tiempos del dólar barato se acabaron. Por eso, el 13 y el 14 de agosto, en Cartagena, los industriales colombianos se reunirán en su asamblea anual para pensar en cómo proyectar este bloque económico para que alcance crecimientos del 5 y 6%. ¿Cómo? Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), responde.
Se viene la asamblea anual. Van a hablar de competitividad, desarrollo, posconflicto…
La asamblea se está dando en una coyuntura muy particular, donde las condiciones económicas del país han cambiado, tenemos que navegar en aguas distintas y el mal momento que ha vivido la industria durante muchos años ya no sólo lo vivimos nosotros, sino gran parte de la economía. Estamos en el peor momento de una enfermedad holandesa, que es el momento en el que el aparato productivo se vio golpeado y no hemos reaccionado ante los cambios de la tasa. Hay costos incrementales en las materias primas. Pero ese no es el ambiente de la asamblea. Es muy optimista. Busca mirar hacia el futuro, traer las tendencias del mundo para que debatan en Colombia sobre la inmersión del país en el mundo, por eso está llena de expositores internacionales. Por ello los temas no son la última reforma tributaria, ni el sistema laboral o las fallas del Estado en competitividad. Se trata de lo que debe se hacer de aquí en adelante.
¿Cómo proyecta el cierre de la industria este año?
A la industria este año no le ha ido particularmente bien. Sin embargo, habrá un hecho puntual muy fuerte, que es el ingreso de la Refinería de Cartagena, y eso va a impactar fuertemente a la industria. Ahora, hay que verlo con satisfacción, pero no nos podemos olvidar del resto. Hemos venido produciendo cifras con y sin refinería para que no nos embellezcamos creyendo que la industria creció solamente por un proyecto que ya lo conocemos, que es una inversión de país de US$7.000 millones. Este será un año modesto.
¿Y sin refinería cómo vamos?
Cuando uno habla de las cifras de la encuesta de opinión conjunta, cuando se ven los datos mensuales, ve que la industria como un todo decrece 1,5 o 2% durante el año. Cuando se quita el efecto de la refinería de Cartagena sube a 1 o a 1,7%, es decir, las cifras todavía son positivas, pero son muy modestas, no son satisfactorias. La pregunta que nos tenemos que hacer es cómo dar un salto cuántico que nos permita verdaderamente crecer al 5% o al 6%. A mí no me dejaría satisfecho un crecimiento del 2 o 3%. No, eso sería un crecimiento natural.
¿En cuánto tiempo llegaremos a ese 5% o 6%, teniendo en cuenta esos golpes tributarios de este año?
Dependerá de las decisiones que se tomen. Por ejemplo, como todo el mundo sabe, nosotros fuimos grandes críticos de la reforma tributaria (que entró en vigencia este año).
Ustedes aceptaron con el compromiso de que venía una reforma tributaria estructural...
Una estructural y pronto. Nosotros teníamos una gran preocupación y era la financiación del Gobierno para 2015. Dijimos: no vamos a discutir el monto, si el Gobierno necesita $12,5 billones, se los vamos a dar. Pero la forma que ellos proponían iba a afectar la producción económica. Y fíjese que eso fue lo que pasó. El pago del impuesto al patrimonio de este año fue un golpe durísimo. Nosotros sí pedimos la estructural. Este año quedó constituida la comisión de expertos, pero los términos no van con la realidad del país. Ese es un tema de gran urgencia. No podemos esperar hasta noviembre. ¿Cuándo la van a radicar en el Congreso? ¿En marzo, abril? Les toca esperar hasta la otra legislatura... Ya estamos hablando de 2017. Tenemos la oportunidad de tomar medidas correctivas hoy. Ahora, con afán, sí. ¿Amerita actuar con afán? Yo creo que sí. Me dicen que el ambiente político no está para eso. Yo entiendo de política. Y ahí es cuando uno dice que la política no puede estar sobre las necesidades del país.
¿El Estado se tiene que apretar más el cinturón?
Que le tocó apretarse el cinturón duro, lo reconozco, pero creo que se lo tiene que apretar más.
¿Le preocupa que el Emisor reduzca la proyección de crecimiento?
Lo ha hecho por tercera vez. Yo lo dije hace tres meses: me parece muy improbable que con la inflación que traemos del primer semestre la podamos compensar con una deflación en el segundo semestre. Colombia tiene que recuperar el realismo económico. A la economía no le importa si le dicen que vamos a crecer 2,5% si es el 2,5%. Lo que no es bueno es que estemos revisando las proyecciones todos los meses.
¿Estaba preparada la industria para aprovechar esa subida de la divisa?
Es cierto que esa tasa de cambio favorece la competitividad. Pero hay varias cosas a tener en cuenta: el golpe sobre el aparato productivo es largo, Colombia dejó o sacó de sus prioridades el soporte a la industria y muestra de eso fue cuando se eliminó el Ministerio de Desarrollo en el año 2002. Se subordina a la política de comercio exterior. Muchas políticas de fomento disminuyeron o desaparecieron, las sectoriales también. Sumemos que Colombia aún es débil en políticas de defensa comercial. Esas son fundamentales, uno no puede permitir que un país le haga dumping a Colombia, que una compañía le haga dumping al país. Eso es una afrenta nacional, uno tiene que indignarse como cuando alguien le mueve la línea de frontera por la vía de un decreto. Colombia tiene que reaccionar con dignidad. Colombia no es digna en la defensa de su industria, de su empresariado ante las afrentas comerciales. En ese orden de ideas, el aparato productivo sí se vio lesionado. Está golpeado. Hubo industrias que desaparecieron.
En noviembre el Gobierno lanzó la política industrial. ¿Eso se quedó en el anuncio?
Una política industrial tiene varios componentes, todos toman tiempo y son difíciles de hacer, y todos son necesarios: eliminar las barreras a la competitividad, eliminar las fallas del mercado (por ejemplo temas arancelarios). Cuando uno ve a Chile, la tiene clara. Vende commodities, sí, pero también vende frutas. Manzanas, duraznos, uvas, tienen una ventaja competitiva, se la juegan por eso y hacen todo para que funcione. La investigación que hay detrás de la producción de la fruta chilena no está dicha. Es más, ahora andamos empeñados en la Andi en traer esa investigación para la producción de la mora, para que sea parte de los proyectos de posconflicto que hemos denominado cadenas productivas inclusivas. A lo que voy es que se están haciendo algunas cosas, muchas de ellas valiosas, todas necesarias, pero creemos que se tiene que profundizar en serio.
Usted había pedido un ministerio de industria. ¿Qué pasó?
Dije dos cosas que levantaron mucha ampolla. Un ministerio de industria que no esté subordinado al comercio exterior, que son dos cosas distintas y a veces contradictorias. Y la otra fue que Colombia debía tener una política industrial. Me llamaron a decirme: te equivocas, la política industrial es un concepto caduco. Hubo gente que me dijo: el último colombiano que realmente habló de política industrial lo hizo en el año 1962, un año antes de que yo naciera, y tú llegas a hablar de eso. Les dije: sí, se ha perdido el tiempo. Si de algo sirvió ese titular que puso El Espectador, es que ya hoy se habla de política industrial.
Usted sigue pidiendo ese ministerio…
A Colombia le hace falta.
¿La gente, por el dólar alto, dejó de comprar importados, apoyando a la industria nacional?
Así es, eso es automático.