Comienza discusión por el salario mínimo

Este martes se inician las sesiones de la Comisión de Concertación Salarial para definir el incremento del salario mínimo para 2009. Hasta ahora se han dejado ver las profundas diferencias que existen entre Gobierno, sector privado y centrales obreras.

Y es que la propuesta de las centrales, de un aumento del 14%, no ha sido bien recibida, ni por los empresarios ni por el Gobierno. Por eso el ministro de Hacienda y Crédito Público, Óscar Iván Zuluaga, manifestó que el bajo crecimiento de la economía en Colombia y la recesión de varios países en el mundo obligan a “ser cuidadosos” en la definición del salario mínimo, con el fin de evitar que se reduzcan plazas de trabajo, lo que sucedería si se opta por “incrementos mucho más altos que no sean sostenibles”.

Vale la pena recordar que el presupuesto del Gobierno para 2009 proyecta un incremento del salario mínimo del 6%, y, teniendo en cuenta que este aumento suele ser de un punto adicional sobre el crecimiento en la productividad, este año, cuando todo apunta a que la industria cierre con indicadores de crecimiento menores, el aumento podría ser inferior.

Por su parte, Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), señaló que la posición del sector privado, representado por la Andi, Asobancaria, Fenalco, Acopi y la SAC, entre otros, sigue siendo la misma.

En primer lugar, el sector privado considera que la Comisión de Concertación únicamente es un espacio para la discusión de los aumentos al salario mínimo y al subsidio de transporte, y, según enfatizó Mejía, si hay algún tema distinto se debe buscar otro escenario. Mejía recalcó que la propuesta del sector privado, de un aumento que no sobrepase el 6%, se basa en la inflación de 2008 (7,5%), las proyecciones de inflación del Banco de la República para 2009 (5%) y las del Departamento Nacional de Planeación respecto a la productividad.

Aunque Mejía señala que en esta oportunidad no ha percibido una actitud abierta al diálogo por parte de los trabajadores, espera que se llegue a un acuerdo, pues de no ser así, nuevamente, como el año pasado, el Gobierno tendría que expedir un decreto para definir el salario mínimo legal. “Es muy difícil decir que no (a la propuesta de aumento del Gobierno y los empresarios), viendo lo que se requiere para el bienestar del país. Aunque estamos mejor que otros países ante la crisis, debemos ser consecuentes con las decisiones que tomemos en adelante”, señaló Mejía.

Entre tanto, desde la otra orilla, Luis Ángel Farfán, miembro de la junta directiva de Sintraelecol, sindicato asociado a la CUT, asegura que pensar en un aumento del 14%, como el que proponen las centrales obreras, es buscar la reactivación de la economía, dado que un mejor salario redundaría en una mayor capacidad de compra.

Frente a las declaraciones del Gobierno, Farfán no considera que un aumento por encima de la inflación “pueda generar los niveles de desempleo que están planteando los empresarios”. El líder sindical asegura que el problema es que, ante una crisis económica, las empresas prefieren sacrificar a los empleados para estabilizar sus organizaciones.