¿Cómo aprovechar la sinergia ahorro y crédito?

Combinar ambas herramientas permite alcanzar metas de gran escala, como comprar una vivienda.

Camilo Vega Barbosa / @camilovega0092.
02 de noviembre de 2018 - 02:00 a. m.
Los créditos hipotecarios tienen una tasa de cerca del 11 % efectivo anual.  / Getty Images.
Los créditos hipotecarios tienen una tasa de cerca del 11 % efectivo anual. / Getty Images.

Comprar por medio de ahorros es claramente más barato que por medio de un crédito, pero lo malo es que se debe esperar hasta completar los recursos para poder acceder a ese bien o servicio que se quiere. En cambio, con un préstamo, si bien se debe pagar intereses, es posible disfrutar del producto desde el primer momento. Pero ¿por qué elegir?, cuando lo más inteligente que se puede hacer es tomar lo mejor de ambos mundos, accediendo a un mecanismo de financiamiento mucho más fuerte y versátil. (Lea ¿Sabe qué son las cooperativas? A sus finanzas podrían interesarles)

Por eso, los ahorros y los créditos deben ser considerados como herramientas complementarias, y no rivales. Se trata de una poderosa sinergia a la que se le puede sacar provecho en diferentes circunstancias y con la que es posible cumplir metas de todo tipo: desde las más pequeñas y banales (un computador), hasta los sueños de toda una vida (una casa).

Al momento de solicitar un crédito, la entidad financiera realizará una evaluación respecto al perfil de riesgo de la persona, para determinar si aprueba el desembolso de estos recursos. Y de acuerdo con Luis Benítez, director de la firma Insolvencia Colombia, “contar con ahorros es un gran indicador de solvencia, lo que aumentará las probabilidades de aprobación del préstamo y con mejores condiciones (menos intereses, porque hay menos riesgo para el banco)". Es decir, para endeudarse hay que ahorrar.

Compras inteligentes

A lo largo del año es posible que se topen con buenas ofertas de bienes y servicios, pero que, pese a sus precios bajos, de todas formas, los ahorros actuales no son suficientes para comprarlos. Para no perder esta oportunidad es posible tomar un crédito de libre inversión y fijar cuotas similares a las del plan de ahorro que venía realizando (se recomienda siempre ahorrar el 10% del salario).

Es una táctica en la que se compromete ahorro futuro, por lo que no debería afectar los gastos recurrentes (vitales y no vitales). De manera que es solo cuestión de mantener el hábito (de ahorro) que se venía realizando para salir de esa deuda y así poder disfrutar de ese bien o servicio que estaba en promoción.

Para asegurarse de que esta estrategia será buen negocio, es clave elegir un crédito de libre inversión que cobre pocos intereses, por lo que una cooperativa puede ser la mejor alternativa: mientras estas entidades suelen cobrar tasas de menos del 15 % efectivo anual, un banco suele cobrar más del 25 % (según cifras de comparabien.com); lo cual representa un ahorro de más de $200.000 en intereses para un préstamo de $2 millones a dos años.

Menos presión financiera

En vez de comprar de contado algún producto y adquirir un crédito por la totalidad de este valor, o ahorrar hasta completar una suma equivalente, es posible suavizar el golpe usando ambas herramientas financieras. Se puede efectuar un plan de ahorro por seis meses correspondiente al 20 % de los ingresos mensuales. Y luego de completar estos recursos, es posible solicitar un crédito (por el valor que falta), que implique cuotas mensuales que representen el 10 % de los ingresos; de esta manera podrá seguir ahorrando (10 % de los ingresos).

Lo que se busca es encontrar un punto intermedio: que se pueda acceder a un producto como un computador en un tiempo prudente, sin que las finanzas se asfixien y que no puedan atender otras metas que también requieren tener ahorros.

Comprar vivienda

Es el sueño en el que tal vez mejor se aprecia la sinergia ahorro y crédito, pues para pedir un préstamo de vivienda se debe contar con la cuota inicial correspondiente al 30 % del valor del inmueble. Por lo que es necesario primero emprender un fuerte y consistente plan de ahorro, para luego poder acceder al financiamiento (correspondiente al 70 % del valor del inmueble.)

Por fortuna en Colombia hay una robusta oferta de productos de ahorro programado que se especializan en ayudar a las personas a completar lo de la cuota inicial; y suelen ser herramientas muy efectivas, ya que se pueden programar pagos automáticos desde la cuenta del usuario o por medio de descuentos de nómina.

De hecho, hay productos como los que ofrece la Financiera Progressa con este tipo de puentes entre ahorro y crédito hipotecario dentro de la misma entidad. Es una opción interesante, pues las cuotas de la etapa del ahorro pueden ser similares a las del préstamo, de esta manera las finanzas del usuario no sienten mayor cambio cuando se realiza la transición (cuando se completa lo de la cuota inicial y se pasa al crédito hipotecario).

*Tema desarrollado en alianza con la Financiera Progressa.

Por Camilo Vega Barbosa / @camilovega0092.

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