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¿Cómo cambió el estallido social de 2021 la visión económica de los jóvenes?

El empleo sigue siendo una de las mayores preocupaciones de los jóvenes colombianos y la empleabilidad juvenil no ha logrado estar por encima de los niveles previos a la pandemia, de acuerdo con los resultados de los cinco estudios del proyecto “¿Qué piensan, sienten y quieren los jóvenes en Colombia”. El informe también revela que los jóvenes de Cali, ciudad cuna del estallido social, muestran un mayor agrupamiento de las problemáticas del país.

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18 de agosto de 2022 - 11:39 p. m.
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Los jóvenes colombianos tienen una menor disposición para pagar más impuestos, asociarse en organizaciones políticas, sindicales y en aportar más a pensiones, según los resultados de los cinco estudios del proyecto “¿Qué piensan, sienten y quieren los jóvenes en Colombia”, realizado por la Universidad del Rosario y con el apoyo de la fundación Hanns Seidel, El Tiempo Casa Editorial y la firma Cifras y Conceptos.

El proyecto buscaba identificar, tras el estallido social de 2019, en el que los principales protagonistas fueron los jóvenes, cuáles eran sus puntos de inconformidad y cuáles sus propuestas de acción frente a las problemáticas que enfrenta el país.

Entre 2020 y 2022, se realizaron cinco encuestas semestrales a 11.085 jóvenes de 18 a 32 años en más de 15 ciudades y municipios del país. El primer estudio se realizó del 8 al 19 de enero de 2020 con 2.513 encuestas, el segundo fue del 4 al 11 de noviembre de 2020 con 1.489 encuestas, el tercero del 6 al 12 de mayo de 2021 con 2.556 encuestas, posteriormente del 4 al 23 de noviembre de 2021 con 2.517 encuestas y, finalmente, del 7 al 21 de abril de 2022 con 2.010 encuestas.

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“Una posible hipótesis de estudio que la Universidad del Rosario le plantea al país es la siguiente: ¿El nivel de capital social de los jóvenes se ha visto afectado por los contextos disruptivos que hemos transitado como humanidad y sociedad? Entendidos como pandemia, crisis económica, estallido social, recuperación económica y proceso electoral”, planteó Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario.

Las emociones de los jóvenes son fuertemente diferenciadas por condiciones socioeconómicas, los jóvenes perdieron confianza en las instituciones luego del estallido social en mayo de 2021 y la falta de empleo es la problemática que más les preocupa fueron las tres principales conclusiones de las encuestas.

De acuerdo con Cheyne, las cinco mediciones concluyen que las condiciones socioeconómicas de los jóvenes son determinantes en sus emociones. “La población joven de nivel socioeconómico bajo percibe mayor alegría y sorpresa, pero también mayor tristeza, ira y miedo frente a las dificultades que vive Colombia. Los jóvenes de nivel socioeconómico alto manifiestan menos sus emociones frente a las problemáticas que tiene el país”.

Los jóvenes de nivel socioeconómico medio, según el informe, son los más volátiles en sus emociones, relacionado con los momentos coyunturales en los cuales se desarrollaron las mediciones, como las movilizaciones sociales, el confinamiento por el COVID-19, la reactivación económica, entre otros.

Además, el informe menciona que las emociones de los jóvenes están cada vez más relacionadas con su posición ideológica. “A pesar de esto, la relación entre la emoción y la ideología se acentúa entre los grupos etarios de menor edad, pues los jóvenes en edades más adultas expresan tener una menor relación entre las emociones y su ideología. Los jóvenes que manifiestan tener posiciones ideológicas de izquierda son más emocionales, y aquellos que son de derecha tienen una menor relación entre sus emociones y su ideología”, agregó Cheyne.

La alegría fue la emoción más presente en los jóvenes a lo largo de las encuestas, pero en la medición de mayo de 2021, durante el estallido social, esa emoción disminuyó considerablemente “y, junto a la emoción de sorpresa, se posicionó como una de las de menor presencia. Posteriormente, en mayo del 2021, la tristeza se convierte en la emoción más sentida por los jóvenes”.

Las encuestas también concluyen que las emociones de los jóvenes no varían según su identidad de género y tampoco se diferencian por ocupación. “Esto implica que las emociones positivas y negativas pueden estar presentes independientemente de cómo emplean su tiempo, bien sea trabajando, estudiando, buscando trabajo o haciendo labores del hogar”, se lee en las conclusiones del informe.

Las encuestas también revelaron que los jóvenes no creen en la labor de las instituciones, especialmente tras el Paro Nacional de 2021 que puso en evidencia las desigualdades y abandonos institucionales. Además, “ese momento de catarsis social genera un punto de inflexión y, posteriormente, se observa una tendencia general de recuperación de confianza que se encuentra en el periodo electoral. Sin embargo, se evidencian diferenciales importantes entre instituciones.

Sin embargo, los estudios muestran que la academia sigue siendo fuente importante de apoyo para la juventud. “Las universidades públicas y privadas son las instituciones en las que más confían los jóvenes en todas las encuestas realizadas”, destacó el rector.

El empleo sigue siendo la mayor preocupación de los jóvenes colombianos, independiente de su identidad de género, edad, posición ideológica u ocupación.

“En un primer momento, tras el inicio de la pandemia, se reduce la población juvenil trabajando. Posteriormente, aunque se observa un proceso de recuperación en materia de empleo, no se encuentra una diferencia significativa en esta materia. La empleabilidad de los jóvenes no ha logrado estar por encima de los niveles previos a la pandemia”, puntualizó Cheyne.

Al iniciar el periodo de confinamiento, según el informe, aumentó la población juvenil que se ocupó estudiando. Posteriormente, se redujo el porcentaje de jóvenes estudiando, llegando a los niveles previos a la pandemia.

“Las emociones que manifiestan los jóvenes no tienen relación con la preocupación por los problemas del país, como el desempleo o la desigualdad. Es decir, independientemente de si los jóvenes manifiestan preocupación por su situación laboral o por la alta desigualdad del país, manifiestan de la misma forma sus emociones. En términos estadísticos, al analizar falta de empleo o desigualdad, el comportamiento de las emociones que sienten los jóvenes no cambia”, dice el informe.

Las encuestas también mostraron las tendencias decrecientes en los jóvenes en las que, además de no estar dispuestos a aportar para la pensión o para impuestos, no están interesados en denunciar, exigir rendiciones de cuentas, voluntariado y asociarse en organizaciones ambientales, hacer donaciones a personas u organizaciones o seguir protestando.

Finalmente, la situación de empleabilidad y educación de los jóvenes se recuperó, llegando a los niveles antes de la pandemia. Es decir, “se tiene un camino abierto para poder acompañar a los jóvenes hacia una sociedad de oportunidades. En especial, los esfuerzos se deben concentrar en aquellos que transitaron este periodo de pandemia, crisis económica como resultado de la misma y convulsión social; es en estas personas donde pueden existir emociones, comportamientos y oportunidades que se deben satisfacer para poder mejorar su calidad de vida”, concluye el documento realizado por la Universidad del Rosario.

En cali

Cali fue la cuna del estallido social más grande en la historia reciente del país. 25 homicidios con presunta autoría de la Fuerza Pública se cometieron entre el 28 de abril y el 15 de julio de 2021, según Indepaz.

En términos económicos, US$200 millones fueron las pérdidas de comercio exterior para el Valle del Cauca que se registraron por cuenta del paro, según la Cámara de Comercio de Cali.

Los jóvenes de Cali, de acuerdo con las encuestas, muestran un mayor agrupamiento de las problemáticas del país, “lo que evidencia que los jóvenes de la ciudad les dan una valoración más similar a todas las problemáticas. A diferencia de la perspectiva nacional, donde se diferencian problemáticas más y menos sentidas”.

A diferencia de la tendencia nacional, “se observa que las emociones que sienten los jóvenes de Cali no están relacionadas con su estrato. Es decir, los jóvenes de estratos bajo, medio y alto manifiestan de igual manera su alegría, ira, miedo, sorpresa y tristeza”.

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La confianza de los jóvenes de Cali hacia las instituciones tuvo su mayor caída en mayo de 2021 durante el periodo del estallido social, comportamiento que también se evidencia a nivel nacional. Sin embargo, “mientras que a nivel nacional la tendencia muestra que los jóvenes recuperan su confianza en las instituciones, en Cali no se recupera la confianza y se mantiene en los mismos niveles de mayo de 2021″, afirma el informe.

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