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La Refinería de Cartagena ha sido uno de los proyectos industriales más ambiciosos de los últimos años en Colombia. Cerca de seis años de retraso tuvo la construcción y unos sobrecostos que, según informe presentado por la Contraloría, de US$4.022 millones.
Durante la rendición de cuentas de su gestión, el contralor de la República, Edgardo José Maya Villazón, aseguró que las pérdidas acumuladas ascienden a $1,69 billones y las pérdidas por utilidades no generadas en 27 meses alcanzaron US$1.106 millones (Vea ‘Los vericuetos de la historia de la Refinería de Cartagena).
La entidad informó que se han revisado preliminares de 2.366 contratos que son principalmente por servicios. “Este tema será revisado de manera muy detallada por medio de una actuación especial, ya que motiva un análisis más detallado por su monto y dinámica de contratación”, señaló la Contraloría en un comunicado de prensa.
Juan Carlos Echeverry, actual presidente de Ecopetrol, denunció las irregularidades en este proyecto durante su paso por el Ministerio de Hacienda. Manifestó que su construcción debía costar US$3.400 millones pero la cifra ascendería más de US$4.900 millones. Aunque escandaloso ese monto, el que acaba de revelar el ente de control es mucho más alto y preocupante.
La Refinería de Cartagena fue inaugurada el 22 de octubre. En ese momento, Echeverry dijo que el país podrá autoabastecer su demanda de combustibles y contar con una propiedad que le da soberanía energética y dejará ganancias anuales que superarán los US$700 millones. Entonces, por cada barril Ecopetrol ganará US$18 mientras antes recibía tres veces menos.
Por su parte, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, explicó que el aporte a la dinámica económica del país se hará evidente con la entrada a full de la plataforma: promete representar cerca del 10% del PIB industrial y hasta el 1% del PIB Nacional (Lea ‘Reficar dejará ganacias por US$700 millones anuales).
Historia de la Refinería
La construcción de Reficar inició en 2006 cuando Glencore fue elegido por Ecopetrol como su socio para sacar adelante el proyecto. Isaac Yanovich, para ese momento líder de la petrolera, manifestó: “Este fue un negocio brillante, que se realizó en un momento inmejorable por la situación de los mercados del petróleo nacionales e internacionales”.
El pulso por este contrato lo hicieron Petrobras y Glencore, uno de los gigantes de compra y ventas de materias primas en el mundo. La oferta hecha por la brasileña, US$595 millones, fue superada por la suiza, que ofreció US$630,7 millones. Sin embargo, tres años después la firma declaraba su incapacidad financiera de apoyar la construcción de Reficar.
El hoy senador Álvaro Uribe amenazaba con retirar los contratos de la suiza en el puerto de Ciénaga (Magdalena), y en las minas carboníferas del César si incumplía, pero no bastó, eran otros tiempos y no había capital para la inversión.
El 17 de febrero del 2009 se conoció una “salida amigable” y Glencore aceptó vender el 51% de las acciones que tiene en la refinería a Ecopetrol “siempre y cuando se pague un precio justo”.