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El presidente Alvaro Uribe se declaró el viernes orgulloso por haber logrado en sus ocho años de Gobierno insertar a Colombia dentro de los países vistos con buenas expectativas económicas, luego de que llegó a ser catalogado como un Estado fallido.
Para el mundo, el país suramericano era noticia principalmente por los ataques de la guerrilla y el narcotráfico. Hoy, cuando le faltan 64 días para entregar el poder como el mandatario más popular en la historia de Colombia, Uribe pinta un panorama distinto.
"Podría hacerse este resumen: hoy es un país con más confianza, con más optimismo, personas decían que Colombia era un Estado fallido, hoy hay muchas calificaciones que ponen a Colombia como un país con una gran posibilidad, un país con un gran provenir", dijo Uribe.
No obstante, el mismo mandatario de 57 años con una popularidad histórica de un 68 por ciento y cuyo candidato Juan Manuel Santos es el favorito para ganar la presidencia este mes, admitió que aún "falta mucho" por hacer no sólo en seguridad, sino en materia social y de infraestructura.
Colombia es el primer productor mundial de cocaína con unas 400 toneladas anuales y aunque la guerrilla ha sido diezmada sigue siendo una amenaza, según fuentes de seguridad.
La guerra interna contra esos dos flagelos ha salpicado a Uribe, quien enfrenta acusaciones de violaciones a los derechos humanos por supuestos abusos cometidos bajo la bandera de esa lucha.
Pero Uribe cree que hubo logros en las ideas básicas de sus políticas de "seguridad democrática".
"Creo que hacer el tránsito de un país que se dijo que estaba entrando en una estadio de Estado fallido a un país que lo reconocen hoy como uno de los nuevos prodigios de la economía, al señalarlo como uno de los países del grupo 'civetas'. Ese tránsito es bueno", precisó.
Uribe se refirió a una nueva denominación "civetas" lanzada por el banco británico HSBC en la que ubica a países estables y con un futuro expansivo y cuyo nombre en inglés CIVETS deriva de la primera letra de los países colocados en ella: Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica.
Pero el país registra un desempleo urbano de 12,9 por ciento, uno de los más altos en Latinoamérica, y una pobreza de más del 45 por ciento, problemas que tendrá que enfrentar su sucesor en medio de una creciente demanda de empleo, salud y educación.
Además de haber sorteado la crisis financiera global, según Uribe la economía de Colombia ha superado los embates de la violencia por el conflicto interno y la caída del comercio con Venezuela por decisión del presidente Hugo Chávez.
Relaciones internacionales
El mandatario venezolano congeló las relaciones diplomáticas y comerciales con Colombia en julio de 2009 en represalia por la firma de un acuerdo militar entre Bogotá y Washington.
El presidente izquierdista considera a Uribe como un "lacayo del imperio". Considerado como el aliado más importante de Estados Unidos en América Latina, Uribe impulsó una ofensiva militar que replegó a las guerrillas izquierdistas, además de permitir la reducción de asesinatos, masacres, secuestros, asaltos a pueblos y ataques con explosivos contra la infraestructura. La ofensiva contra el grupo de las Farc y el ELN, permitió aumentar la inversión extranjera y que la economía tuviera un buen desempeño en los últimos años.
Sentado en el histórico Salón Amarillo del Palacio de Nariño, en el centro de Bogotá y sede de la Presidencia, resaltó que la economía del país de más de 44 millones de habitantes creció al menos un 4 por ciento en el primer trimestre y proyectó tasas positivas a partir de 2011.
"Ahora se presenta una gran recuperación, veloz, de la economía que nadie anticipaba, el mismo Gobierno pensaba que la recuperación de la economía iba a tardar mucho más tiempo.
Hoy veo que el 60 por ciento de las empresas está en proyectos de expansión, lo que anticipa que el año entrante Colombia puede volver a tener crecimiento del 6 por ciento", afirmó.
"Yo tengo fe, fe que el crecimiento este año en Colombia va a superar todos los pronósticos y va a ser superior a lo que el Gobierno ha pensado", precisó el mandatario refiriéndose a la meta de 2,5 por ciento para expansión del Producto Interno Bruto (PIB) que fijó su Gobierno.
El mandatario reconoció que otro de los frentes en los que deberá trabajar el próximo Gobierno es el de la infraestructura para impulsar el crecimiento económico del país.
"Vamos a ver que va deparando la vida, lo que quiero es culminar bien estos 64 días, muchos temas pendiente para realizar en estos 64 días", dijo Uribe al ser preguntado sobre su futuro político.
"Yo le pido a Dios que me ayude a tener una buena actitud como ex presidente, le pido a Dios que me ayuda a servir a Colombia de alguna forma hasta el último día de la vida", sostuvo.
Admitió que aspira a fundar una universidad virtual, a aprender otro idioma y actualizarse en el uso de tecnologías.
"Falsas acusaciones"
El segundo Gobierno de Uribe se vio salpicado por procesos criminales contra funcionarios implicados en investigaciones por interceptaciones ilegales de comunicaciones telefónicas a magistrados, periodistas y políticos de la oposición.
Al respecto, dijo: "Hay mucha acusación falsa, hay unas personas que no se resignan a saber que este Gobierno acabó con la esperanza del terrorismo de destruir a Colombia y hay mucha acusación falsa".
Se abstuvo de responder cuando se le preguntó sobre la presunta intención de sus opositores de buscar que sea procesado por la justicia internacional por supuestas violaciones a los derechos humanos en su Gobierno.
"Déjenlos que hablen. Qué les voy a contestar, nada, que voy a entrar yo en esas discusiones, nada, este es el Gobierno que le ha dado garantías a todos los políticos, la seguridad democrática en cuanto ha mejorado este país", afirmó.
Decenas de personas que desaparecieron fueron encontradas muertas en asesinatos cometidos por algunos efectivos del Ejército que hicieron pasar a las víctimas como miembros de grupos armados ilegales muertos en combates.
Líderes de la oposición sostienen que el mandatario tiene responsabilidad política en esos hechos por lo que debe ser investigado junto con los comandantes militares. Sin descartar regresar a la política en el futuro, dijo que el mejor regalo que se lleva es la gratitud de sus compatriotas.
"En la tarde del 7 de agosto, cuando esté regresando al más bello de los oficios, al de simple ciudadano de Colombia, me llevaré de la Casa de Nariño un equipaje grande, un equipaje de gratitud por los colombianos que me han permitido ejercer la presidencia en esta actividad pública durante estos ocho años", concluyó.