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En Semana Santa, no comer carne se transforma en motor económico para miles de familia que dependen del agua para vivir. Colombia, con dos mares y varios ríos como arterias, el pescado siempre está en el menú. Por eso, el Ministerio de Agricultura prevé que el volumen de alimentos pesqueros que ingresan a las principales centrales de abasto aumentará en 10 % durante el 13 al 20 de abril.
“La actividad pesquera de Colombia, sobre todo la tradicional y artesanal, es una de las más importantes para miles de familias que dependen de ella”, dijo la jefa de la cartera de Agricultura, Martha Carvajalino.
Póngámoslo en cifras: serán cerca de 2.200 toneladas (más que el peso combinado de cuatro aviones) cruzarán los ríos y costas hasta las plazas de mercado, y de ahí, por supuesto, a la boca de los colombianos.
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¿De dónde vendrán estos alimentos? La pesca artesanal, que domina el Amazonas, el Atrato, el Magdalena y el Pacífico; y la acuicultura, que domina en departamentos como Huila, Meta, Tolima y Cundinamarca con 39 % de la producción nacional.
Los bultos de pescados estarán listos desde las 4 de la mañana en las plazas principales.
El consumo per cápita de pescado en el país se estima en 9,4 kilos al año, cifra menor a la de 2024, cuando era de 9,6 kg al año, y se proyectaban 47.000 toneladas de pescado durante este periodo (en 2025, sería de 51.700 toneladas).
La ministra Carvajalino señaló la importancia de este sector: “abastecer el país de manera sostenible y cuidar nuestros ríos y mares”, que compiten con prácticas de protección reguladas.
Los productos más buscados en estas fechas no son los mismos que se consumen el resto del año. La tilapia roja y negra, la trucha arcoíris y la cachama lideran la demanda en acuicultura. También lo hace el camarón de cultivo, cuya producción está concentrada en Bolívar (82 %), Nariño (16 %) y Atlántico (2 %).
También se sumarán el bocachico, yamú, doncella, bagre y nicuro. Y por supuesto, los infaltables róbalos, pargos, sierras, atúnes y camarónes.
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La economía de la pesca
A pesar de su importancia, el sector está plagado de desafíos. Durante 2024, la agricultura fue uno de los motores de la reactivación económica. El Producto Interno Bruto (PIB) creció 1,7 % frente a 2023, y casi la mitad de ese impulso provino del agro. Sin embargo, la pesca y la acuicultura remaron en contracorriente: según cifras de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), su valor agregado cayó 3 % en el año, y solo en el primer trimestre el descenso fue de 9,3 % frente al mismo periodo de 2023.
A pesar de ese dato, el sector remó fuerte el resto del año contra un arranque lleno de piedras. Al finalizar 2024, el sector de la pesca y la acuicultura repuntó 18,2 %, según cifras del DANE citadas por la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (UANAP). La entidad destacó la formalización de 19.600 pescadores artesanales y 1.600 acuicultores; además de inversiones por $63.213 millones a pequeños comerciantes del sector en más de 250 municipios.
Las cifras del PIB del primer trimestre de 2025 no se han publicado; sin embargo, el Índice de Seguimiento a la Economía del DANE detalló que las actividades primarias (agricultura, en general, y explotación de minas), decreció 0,13 % en enero de 2025 frente al primer mes del año pasado.
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Los retos en Semana Santa
Según la UANAP, en este periodo de Semana Santa, uno de los mayores retos es garantizar el equilibrio entre demanda y sostenibilidad. Para ello, la entidad de pesca ha reforzado operativos de vigilancia para asegurar que no se capturen especies por debajo de las tallas mínimas ni se violen las vedas. También se busca incentivar el consumo en puntos de venta certificados, donde el pescado no solo es fresco, sino legal.
Mayra Aranguren, directora (e) de la UANAP, reiteró que “los pescadores no deben capturar recurso pesquero por debajo de las tallas mínimas establecidas, y los acuicultores deben respetar los volúmenes establecidos en sus permisos”.
Según la FAO, en el mundo la apuesta pesquera ha dado resultados en tres décadas: el volumen global pasó de 21,8 a 87,5 millones de toneladas.
Por ahora, el Gobierno trabaja en un Plan de Ordenamiento Productivo de la acuicultura, enfocado en especies clave como tilapia, cachama, trucha y camarón.
La meta es formalizar al sector, mejorar las condiciones sanitarias, tecnológicas y comerciales, y reducir la presión sobre las poblaciones silvestres.
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