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El Departamento del Tesoro de EE.UU. consideró que el yuan mantiene su cotización por debajo de su valor real, pero se abstuvo de acusar a Pekín de manipular esa moneda, en su informe semestral sobre tipos de cambio, divulgado el jueves.
En un comunicado, el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, explicó su decisión porque "lo que importa es lo rápido y hasta qué punto se aprecia" el yuan.
Si el Tesoro hubiera acusado a Pekín de manipular su moneda, como querían algunos legisladores, ello le habría obligado a establecer conversaciones bilaterales con el país o trasladar el asunto al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pekín anunció el 19 de junio que permitiría una flotación más libre de su divisa, que EE.UU. considera que se mantiene artificialmente baja, lo que beneficia a las exportaciones chinas y perjudica a las estadounidenses.
Entre esa fecha y el 2 de julio, el yuan se apreció un 0,81 por ciento respecto al dólar.
En su comunicado, Geithner aseguró que EE.UU. supervisará "con regularidad y muy de cerca" la cotización del yuan.
El informe del Tesoro considera que la decisión de Pekín representa "un paso significativo", pero subraya que por el momento la divisa de la República Popular cotiza por debajo de su valor real.
El Congreso obliga al Tesoro a publicar cada seis meses un informe sobre el tipo de cambio de los principales socios comerciales estadounidenses.
Inicialmente este informe debía haberse presentado en abril, aunque Geithner optó por aplazar la presentación, en una decisión que causó el enfado del Congreso, donde varios legisladores abogan por imponer sanciones comerciales contra China.
El informe se ha presentado finalmente en una semana en la que el Capitolio se encuentra de receso por las festividades del 4 de julio, día de la Independencia de EE.UU.
"Seguiremos trabajando para aumentar las posibilidades de exportaciones estadounidenses a China, en constante consulta con el Congreso", afirmó Geithner.
El documento hecho público el jueves indica que China "ha logrado progresos en el reequilibrio de su crecimiento, dependiendo menos de sus exportaciones para crecer y más de la demanda y -lo más importante- del consumo interno".
"No obstante, es probable que el descenso en el superávit por cuenta corriente se revierta a menos que el Gobierno persevere con sus esfuerzos políticos para reequilibrar la economía y poner en práctica un tipo de cambio más flexible y determinado por el mercado", señaló el Tesoro.
El cambio de política china, agregó, es "un acontecimiento significativo y un paso adelante bienvenido para alimentar un crecimiento global más firme, más sostenido y más equilibrado".