El bitcoin revive en Colombia y en el mundo
Con el precio cerca de los US$10.000, vuelve la presión para regular este mercado en Colombia. En China, el gobierno tomó el toro por los cuernos y piensa emitir su propia criptomoneda para remplazar el efectivo.
Camilo Vega Barbosa / @camilovega0092.
Moneda del futuro, ganancias de triple dígito, falta de regulación y hasta burbuja financiera son algunas referencias y descripciones que ha recibido el bitcoin, la primera y más importante criptomoneda, que se ha caracterizado por su gran volatilidad: tan solo en los últimos dos años ha experimentado un intenso auge y alcanzado precios de hasta US$17.000 la unidad (en diciembre de 2017), así como un declive pronunciado y caer por debajo de los US$3.500 (en diciembre de 2018). Pero a pesar de su accidentada historia, el interés y las expectativas en torno a este activo han resurgido: de nuevo se encuentra cerca de los US$10.000 la unidad.
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Moneda del futuro, ganancias de triple dígito, falta de regulación y hasta burbuja financiera son algunas referencias y descripciones que ha recibido el bitcoin, la primera y más importante criptomoneda, que se ha caracterizado por su gran volatilidad: tan solo en los últimos dos años ha experimentado un intenso auge y alcanzado precios de hasta US$17.000 la unidad (en diciembre de 2017), así como un declive pronunciado y caer por debajo de los US$3.500 (en diciembre de 2018). Pero a pesar de su accidentada historia, el interés y las expectativas en torno a este activo han resurgido: de nuevo se encuentra cerca de los US$10.000 la unidad.
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¿Por qué volvió a subir?
Al estudiar de cerca las alzas y caídas del precio del bitcoin hay un factor común: China. Es el mercado en donde más se transa y más se mina (crean) criptomonedas en el mundo. El problema es que el Gobierno de este país ha tenido una relación un tanto tóxica con la divisa, atacándola y a la vez alabándola. Gran parte de los bajones que se dieron en 2018 y comienzos de 2019 se debieron a la posibilidad de prohibir el minado de bitcoins en China por cuestiones medioambientales, debido al alto consumo de energía que requiere crear criptomonedas.
Pero China también es la responsable del alza de más de 30 % que ha tenido el bitcoin en las últimas dos semanas, pasando de US$7.400 a US$9.500 la unidad. La confianza en el sector ha mejorado a raíz de los comentarios halagadores del presidente Xi Jinping sobre el blockchain, la tecnología que da vida a las criptomonedas, pues indicó que se deben seguir realizando desarrollos e inversiones en este campo.
Es tal la fe en torno al blockchain que el gobierno chino anunció que lanzará su propia criptomoneda con el ambicioso objetivo de reemplazar el M0, es decir, el dinero en efectivo que circula dentro de su economía. Se trata de un proyecto en el que el Banco Central de este país lleva trabajando casi cinco años y con el cual ha podido desarrollar importantes cambios: su moneda digital podrá supervisar y rastrear las transacciones.
Esta característica resuelve la principal crítica que reciben las criptomonedas: activos como el bitcoin hacen casi imposible saber quién está detrás de las transacciones, lo que la vuelve la principal herramienta de financiamiento de actividades ilícitas y de lavado de activos. Además, la moneda digital del gobierno chino le da un control e información sin precedentes y le permite ver prácticamente en tiempo real el comportamiento de las operaciones que se dan dentro de la economía.
El bitcoin ya tuvo otra alza fuerte este año: en julio superó los US$12.500 debido a las expectativas que generó el anuncio de Libra, la criptomoneda que Facebook planea lanzar en 2020. Pero los dos auges que se han presentado en 2019, lejos de mostrar estabilidad, revelan que estos activos siguen siendo muy sensibles a las noticias y, por ende, la volatilidad todavía es su principal característica. De hecho, un informe de Bloomberg advierte que hay más probabilidades de que el precio caiga a que suba, pues los US$10.000 se muestran como una barrera difícil de superar a corto plazo. Por tanto, cualquier inversión debe ser considerada riesgosa.
¿Y Colombia?
Carlos Mesa, director de la Fundación Bitcoin Colombia, explica que “en Colombia el bitcoin se puede conseguir entre un 5 y un 10 % más barato que en el resto del mundo. Esto se debe a que el dólar de la calle (de casas de cambio) es más bajo que el que maneja el Banco de la República (la tasa representativa de mercado). Este año hemos visto mucha actividad, lo que trae lo bueno y lo malo de este mercado. Por un lado, han tomado impulso algunas empresas que ya venían operando en el sector, como Panda (una plataforma para transar criptomonedas) o Xpay (una pasarela de pagos que recibe criptomonedas y permite retirar el dinero en pesos). Pero lamentablemente también han vuelto a surgir los esquemas piramidales que dicen invertir en criptomonedas para estafar a las personas”.
Agrega que “en el mundo, el mercado de las criptomonedas está creciendo debido a que cada vez hay más gobiernos y empresas que se toman en serio estos activos y emiten regulaciones para impulsar el mercado. De hecho, en Estados Unidos, el Internal Revenue Service (IRS) aclaró la forma de pagar impuestos declarando monedas digitales. Sin embargo, en Colombia el crecimiento es mucho más lento, pues todavía hay mucha incertidumbre jurídica: en cualquier momento el Gobierno puede sacar algo que frene la industria”.
En efecto, la regulación en torno a las criptomonedas se ha estancado, no hay ningún respaldo estatal dentro de Colombia para este mercado. Por esto, las autoridades han sido insistentes en advertir que quienes operen o inviertan en estos activos deben hacerlo bajo su propio riesgo.
Por ejemplo, el Banco de la República ha dicho que “el bitcoin no es una moneda en Colombia y, por lo tanto, no constituye un medio de pago de curso legal con poder liberatorio ilimitado. No existe entonces obligatoriedad de recibirlo como medio de cumplimiento de las obligaciones”.
Por su parte, la Superintendencia Financiera les indicó a las entidades que vigila “que no se encuentran autorizadas para custodiar, invertir, intermediar ni operar con estos instrumentos, así como tampoco permitir el uso de sus plataformas para que se realicen operaciones con monedas virtuales”.
Además, los dos últimos proyectos de ley que se han radicado no han avanzado en el Congreso: el 028 de 2018, que incluía propuestas como un gravamen del 5 % a las transacciones y la creación del Fondo de Reserva de Fluctuación de Criptomonedas (manejado por el Minhacienda), fue archivado sin tener siquiera su primer debate. Y el 268 de 2019, que propone que la regulación se haga desde la Superintendencia de Sociedades en lugar de la Superintendencia Financiera, está esperando su primer trámite en la Comisión Sexta del Senado.
Los mayores precios del bitcoin y de otras criptomonedas reviven la presión sobre las autoridades colombianas para crear un marco normativo claro sobre este mercado, que permita la existencia de una industria formal, pero también evite el financiamiento de actividades ilícitas y el lavado de activos. Una tarea que no da espera. El mundo esta girando hacia esta tecnología.