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El camino empedrado que continúa recorriendo El Quimbo

Una vez más el controversial proyecto hidroeléctrico El Quimbo, está teniendo el mismo desenlace que se viene dando desde que se inició la construcción, su suspensión.

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Daniela Castro, Especial para El Espectador
14 de diciembre de 2015 - 02:38 p. m.
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8.250 hectáreas componen el área de influencia de este proyecto hidroeléctrico que abarca seis municipios al sur del departamento del Huila. Más allá de que la represa esté lista para entrar a producir aproximadamente el 5% de la energía del país, hoy es noticia el hecho opuesto. Por decisión de la Corte Constitucional se declara, una vez más, a El Quimbo y su empresa operante, Emgesa, impedidos para poner en marcha este ambicioso megaproyecto.

Una vez más porque es la segunda vez desde que se inició la inundación del terreno que lo detienen.  Hoy, la Corte argumenta que Emgesa no ha cumplido a cabalidad con los requisitos estipulados para poner en operación la represa, particularmente por el retiro de la biomasa¬¬ que quedó en la zona que fue inundada. Y agrega que el “gobierno no tiene por qué aprovechar la emergencia social que desató la crisis fronteriza entre Colombia y Venezuela para pasar por encima de decisiones judiciales, como la acción popular interpuesta en julio por el Tribunal Administrativo del Huila.

Ni el gobierno, valiéndose de una emergencia social, ni el Ministerio de Minas mediante una carta que resalta el cumplimiento de los requisitos por parte de Emgesa, ni la ANLA¬–Autoridad Nacional de Licencias ambientales– mediante reportes que reflejan el cumplimiento del retiro del porcentaje de biomasa acordado por parte de la multinacional española, ni mucho menos Emgesa, en cabeza de su presidente, Lucio Rubio,  que afirma haber cumplido con el retiro del 15% de la biomasa exigido por la ANLA, ninguno en definitiva ha logrado convencer a la Corte de permitir el reinicio de actividades en El Quimbo.

Otro obstáculo para Emgesa, no muy mencionado, pero igual de significativo ha sido el fenómeno del niño que atraviesa el país. Debido al verano predomina la sequía, hecho que impide que el caudal de los ríos Magdalena y Páez, de los que se vale la represa, sean acordes o superiores al mínimo requerido para la generación energética. Esto saca a relucir la principal barrera que ha tenido que tratar de traspasar Emgesa, mucho antes de la decisión de la Corte que el país conoció hasta ayer: la naturaleza.

Todo lo anterior  influye en el posicionamiento de El Quimbo como uno de los proyectos más controversiales del país.  A diario Emgesa lidia con la comunidad, el gobierno regional inconforme, los gremios afectados, altas cortes, asociaciones y los entes reguladores. Son tales los apremios que se ha visto obligada a duplicar la inversión del proyecto, hoy estimada en US$1.200 millones. Sin embargo, de nada servirá contar con permisos y cumplir con los acuerdos si las condiciones ambientales no permiten un óptimo funcionamiento de la hidroeléctrica.

Ahora sí se hace evidente por qué  El Quimbo, un proyecto que desde su aprobación en 2008 durante el gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez, previó su finalización para finales de 2014. Sin embargo, este cálculo tampoco fue acertado. La obra aún continúa recorriendo el tortuoso camino que dice llevarla a su finalización. En pocas palabras, por ahora la generación energética está prevista para febrero de 2016.

 

Por Daniela Castro, Especial para El Espectador

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