El declive de los fondos ganaderos

Luego de que fondos ganaderos como los de Meta y Córdoba fueran intervenidos por el Estado, en vista de sus malos resultados financieros y manejos que se prolongaron durante varios años, las cosas no siguen muy bien para las nueve sociedades vigentes que, según la ley, deben promover el avance y la consolidación de la ganadería en el país. En 1990 existían 25 organizaciones de este tipo.

Según un informe de la Superintendencia de Sociedades que conoció El Espectador, los resultados en materia de rentabilidad para los fondos entre 2010 y 2011 continuaron en su carrera precaria, lo que hace dudar una vez más de su efectividad. “El modelo actual de operación de estas compañías, con fundamento en los resultados observados en los ejercicios contables, no se muestra viable. Esto se ratifica con el deterioro patrimonial”, se lee allí.

Entre 2010 y 2011, las cuentas de los nueve fondos ganaderos arrojaron que las pérdidas netas aumentaron 11 veces (las sociedades de Boyacá, Atlántico, Cesar, Meta, Magdalena y Huila sumaron saldos negativos que rondan los $1.800 millones). Sin embargo, la Supersociedades asegura que los fondos de Santander, Tolima y Córdoba registraron ganancias.

En cuanto a pérdidas operacionales, dice el documento que en siete de los nueve fondos éstas llegaron en 2011 a $4.420,21 millones. En los restantes (Tolima y Boyacá) se registraron utilidades operacionales de $1.063 millones. En cuanto a los ingresos operacionales de estas sociedades, la cifra registrada durante el mismo lapso fue de $24.045 millones (el Fondo Ganadero del Tolima aportó la mayor parte con $10.270 millones y el del Atlántico la menor, con $164 millones).

El fondo más endeudado fue el del Cesar, ya que el valor de los pasivos casi iguala al de los activos (el 88% de su deuda es con los bancos). Bajo este panorama, el documento señala que esta sociedad se está acercando a “una posible causal de disolución”. La siguen los fondos de Tolima, Santander y Córdoba.

La situación de estas sociedades —para las que el Gobierno había anunciado un “revolcón”— es inviable, según el presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán), José Félix Lafaurie, quien asegura que “se están quebrando”. “El Gobierno tiene alta participación. Ni corta el palo ni presta el hacha y todos los años va a ser peor. El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, ha hablado mal de los fondos, pero el Gobierno tiene que tomar la iniciativa”, expresó.

De acuerdo con la Supersociedades, “la participación accionaría del sector público en los fondos ganaderos oscila entre el 21% y el 41%. En todos los casos, la participación del Estado es minoritaria; es decir, el control está en poder de los particulares”. El Fondo Ganadero de Santander es el que mayor participación pública tiene actualmente y el de Córdoba cuenta con la menor.

Por su parte, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Rafael Mejía, es consciente de que, tal como están las cosas, estas sociedades necesitan un nuevo enfoque. Si éste no es posible, Mejía cree que lo mejor es acabarlas: “El gran problema de los fondos ganaderos es que se han dado para malos manejos”.

Otro punto que ha sido perjudicial para los fondos, según la Supersociedades, es que “la situación impositiva reporta altos impuestos con los que se grava su patrimonio y su actividad comercial”. Además, “quedaron gravados con el 100% del impuesto sobre la renta”.

El informe concluye asegurando que se debe estudiar qué tan viable es desregularizar estas sociedades, lo que vendría de la mano con la venta de la participación estatal, que “corre un elevado riesgo ante la situación financiera descrita”.

Luego de que fondos ganaderos como los de Meta y Córdoba fueran intervenidos por el Estado, en vista de sus malos resultados financieros y manejos que se prolongaron durante varios años, las cosas no siguen muy bien para las nueve sociedades vigentes que, según la ley, deben promover el avance y la consolidación de la ganadería en el país. En 1990 existían 25 organizaciones de este tipo.

Según un informe de la Superintendencia de Sociedades que conoció El Espectador, los resultados en materia de rentabilidad para los fondos entre 2010 y 2011 continuaron en su carrera precaria, lo que hace dudar una vez más de su efectividad. “El modelo actual de operación de estas compañías, con fundamento en los resultados observados en los ejercicios contables, no se muestra viable. Esto se ratifica con el deterioro patrimonial”, se lee allí.

Entre 2010 y 2011, las cuentas de los nueve fondos ganaderos arrojaron que las pérdidas netas aumentaron 11 veces (las sociedades de Boyacá, Atlántico, Cesar, Meta, Magdalena y Huila sumaron saldos negativos que rondan los $1.800 millones). Sin embargo, la Supersociedades asegura que los fondos de Santander, Tolima y Córdoba registraron ganancias.

En cuanto a pérdidas operacionales, dice el documento que en siete de los nueve fondos éstas llegaron en 2011 a $4.420,21 millones. En los restantes (Tolima y Boyacá) se registraron utilidades operacionales de $1.063 millones. En cuanto a los ingresos operacionales de estas sociedades, la cifra registrada durante el mismo lapso fue de $24.045 millones (el Fondo Ganadero del Tolima aportó la mayor parte con $10.270 millones y el del Atlántico la menor, con $164 millones).

El fondo más endeudado fue el del Cesar, ya que el valor de los pasivos casi iguala al de los activos (el 88% de su deuda es con los bancos). Bajo este panorama, el documento señala que esta sociedad se está acercando a “una posible causal de disolución”. La siguen los fondos de Tolima, Santander y Córdoba.

La situación de estas sociedades —para las que el Gobierno había anunciado un “revolcón”— es inviable, según el presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán), José Félix Lafaurie, quien asegura que “se están quebrando”. “El Gobierno tiene alta participación. Ni corta el palo ni presta el hacha y todos los años va a ser peor. El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, ha hablado mal de los fondos, pero el Gobierno tiene que tomar la iniciativa”, expresó.

De acuerdo con la Supersociedades, “la participación accionaría del sector público en los fondos ganaderos oscila entre el 21% y el 41%. En todos los casos, la participación del Estado es minoritaria; es decir, el control está en poder de los particulares”. El Fondo Ganadero de Santander es el que mayor participación pública tiene actualmente y el de Córdoba cuenta con la menor.

Por su parte, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Rafael Mejía, es consciente de que, tal como están las cosas, estas sociedades necesitan un nuevo enfoque. Si éste no es posible, Mejía cree que lo mejor es acabarlas: “El gran problema de los fondos ganaderos es que se han dado para malos manejos”.

Otro punto que ha sido perjudicial para los fondos, según la Supersociedades, es que “la situación impositiva reporta altos impuestos con los que se grava su patrimonio y su actividad comercial”. Además, “quedaron gravados con el 100% del impuesto sobre la renta”.

El informe concluye asegurando que se debe estudiar qué tan viable es desregularizar estas sociedades, lo que vendría de la mano con la venta de la participación estatal, que “corre un elevado riesgo ante la situación financiera descrita”.