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Si tomamos como referente creativo el festival publicitario más importante del mundo, Cannes, vemos que las mayores potencias creativas del globo son Inglaterra, EE.UU., Escandinavia y Francia. De Latinoamérica sólo podríamos hablar de Argentina y Brasil. En Asia y el Pacífico vemos dos países emergentes, Tailandia y Australia.
En 2008 tuve la fortuna de ser elegido presidente del jurado del Fiap, el festival publicitario de habla hispana y portuguesa más representativo, lo cual me permitió observar el desempeño de Colombia. Nos encontramos distantes del nivel creativo de Argentina, España y Brasil. Podríamos hablar de pertenecer a un segundo piso, acompañados de Chile, México y Perú. La publicidad colombiana está lejos de ser un referente global.
Necesitamos abrir nuestras cabezas y vernos al espejo para entender que al frente tenemos una inmensa oportunidad histórica. La de pasar de ser el país del eterno potencial a convertirnos en una verdadera realidad.
Lo que no dudo es del increíble talento humano que Colombia posee para lograrlo. Sólo pensar en Shakira o en Juanes y en la industria musical llena de inspiración nuestras posibilidades publicitarias.
En los últimos años diría que el crecimiento económico del país estuvo por encima del desarrollo de la creatividad publicitaria nacional. Tenemos talentos sueltos, premios sueltos, pero necesitamos amarrarlos alrededor de un proyecto conjunto. El desarrollo creativo publicitario de los países más exitosos proviene siempre de varios jugadores empujando al tiempo con un interés común. Hoy el mundo de las comunicaciones es otro. Ahora es digital y convergente y eso hace que se vengan derrumbando las fronteras geográficas. La publicidad colombiana debe dar un gran paso para convertirse en un verdadero referente internacional. Si no lo da, perdería protagonismo y relevancia, pero si lo hace, entraría en las ligas mundiales para convertirse en un jugador altamente reconocido con carácter de exportación. Es un buen momento para reflexionar y accionar.