Los cuellos de botella de las vías 4G no son solo de concreto: licencias ambientales y disputas con comunidades siguen frenando su avance.
Foto: Mauricio Alvarado Lozada
Las autopistas de cuarta generación llegaron con la promesa de cerrar las brechas de conectividad en Colombia. Una década después, algunas son monumentos al atraso: túneles inconclusos, demandas que se enredan en tribunales, comunidades en resistencia y presupuestos evaporados en sobrecostos y aplazamientos.
Desde la selva del Putumayo hasta la sabana de Bolívar, pasando por las montañas de Antioquia, la movilidad sigue atrapada entre la burocracia y la geografía. Algunas vías ven la luz al final del túnel. Aquí están los casos emblemáticos de...

Por Alejandro Rodríguez Torres
Comunicador social y periodista apasionado por el mundo digital y la edición multimedia. Desde mayo de 2024 escribe en la sección Negocios sobre infraestructura y transporte. Le encanta la literatura y debatir hasta agotar las ideas.@alejandrorodtarodriguezt@elespectador.com
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