"El fracaso: un paso para liderar"

La presidenta de la Cámara de Comercio de Bogotá habla de las experiencias que la han formado como líder y de los resultados de trabajar en equipo. Además, se refiere al fracaso como un paso importante en la creación de empresas.

MARÍA ALEJANDRA MORENO TINJACÁ
05 de septiembre de 2017 - 05:34 p. m.
Cortesía Cámara de Comercio de Bogotá.
Cortesía Cámara de Comercio de Bogotá.

Mónica de Greiff dirige la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB). Es abogada de la Universidad del Rosario y ha ejercido importantes cargos, tanto en el sector público como en el privado. Antes de llegar a la (CCB), se desempeñó durante cuatro años como gerente de la Empresa de Energía de Bogotá (EEB), período en el cual registró un crecimiento sostenido e impulsó un proceso de internacionalización en el sector de gas en Perú y Guatemala. También se desempeñó como ministra de Justicia (fue la primera mujer en Colombia en ejercer el cargo) y secretaria de Desarrollo Económico de Bogotá, y ha participado en la junta directiva de la Red Local del Pacto Global. Habló para El Espectador de liderazgo y fracaso para poder desarrollar mejores sociedades.

¿Cómo entiende el liderazgo?

Lo entiendo y lo vivo en equipo. Hoy en día, creer que una persona sola es capaz de hacer todo es imposible. Lo más importante es conformar equipos y trabajar de la mano. Lo que uno debe tener claro es un horizonte de lo que quiere hacer y llevar al equipo a cumplirlo. No es fácil. Porque muchas veces las personas no están en la misma sintonía. Cuando uno está cambiando o transformando unas costumbres que llevan mucho tiempo, entonces cuesta trabajo. Pero si ese norte está claro, las cosas salen adelante.

¿Cómo formar equipos de alto desempeño?

Conformar ese equipo es fundamental y es ahí cuando uno dice: ojalá ese equipo quiera subirse al mismo bus y cumplir esas metas. Es lograr motivarlos a trabajar por un sueño común, y eso se alcanza con ejemplo, disciplina y mucha entrega. La CCB es una entidad que presta servicios y nosotros tenemos que mostrar los mejores servicios para el empresariado; nuestro reto es ser capaces de leer lo que ellos necesitan y hacerlo a tiempo. En este sentido, las personas que buscamos deben estar dispuestas a trabajar por la gente, ser empáticas, estar siempre proponiendo y compartir nuestros valores.

 

 

¿Cómo promueven el liderazgo?

Tenemos varios frentes. Primero: dentro de la organización siempre generamos espacios para que los colaboradores puedan expresar e identificar lo que quieren hacer. Cómo pueden poner sus talentos al servicio de la organización y lograr un beneficio para todos. También estamos aliados con el programa MEGA, un proyecto muy interesante, porque destacados líderes colombianos comparten jornadas con los jóvenes y el conocimiento y la curiosidad se unen para dar frutos. Este proyecto lo estamos llevando por varios departamentos de Colombia.

También estamos sembrando esta semilla del liderazgo en los rectores de distintos colegios de la ciudad, para que la transmitan a sus alumnos y así ir creando una red que tenga criterio, que innove y que siempre esté buscando soluciones. En otras palabras, líderes transformadores.

Estos proyectos tienen un pilar fundamental y son los valores. Como cámara de Comercio promovemos una cultura de legalidad y formalidad.

¿Cómo ve el liderazgo de los jóvenes?

A mí me encanta la gente joven. Siempre pienso en el país que les quiero dejar a mis nietos. Y tengo que ayudar a diseñarlo. Los jóvenes son quienes nos acompañan en ese camino. Pero es desde el deporte, la música, la literatura y la tecnología. Es claro que sin conocimiento ni formación es imposible. Por eso siempre estamos brindando cursos virtuales para que todos se puedan formar y acompañarlos para desarrollarse como profesionales y como personas.  El objetivo es que los empresarios y los emprendedores sientan que los acompañamos.

¿Cuál ha sido su formación como líder?

Empecé a trabajar muy joven. Mi papá trabajaba de sol a sol. Entonces, en él vi un tema de responsabilidad. He tenido la suerte de tener excelentes jefes que me han ido formando y todos los días sigo aprendiendo.

¿Ha encontrado obstáculos por ser mujer?

Nunca me he considerado distinta a un hombre. Las responsabilidades y los retos no son de género. Son cuestión de cumplir, de trazarse metas y, a veces, de obligarse a hacer cosas aburridas. Mi trabajo en el Ministerio de Justicia fue aburrido. El tema de cárceles y narcotráfico era complejo. Yo venía de manejar minas y energía, que era delicioso. El desarrollo del país, la plata y descubrimientos. Pero llegar a trabajar al Inpec fue un desafío.  Y ese proceso fue determinante porque uno aprende a enfocarse y tener visión, pero sobre todo a escuchar a las personas.

En este camino de liderazgo, ¿qué falta en Colombia?

A Colombia le faltan segundas oportunidades. Emprender en Colombia es muy complejo.  Se castiga el fracaso. En otros países, las segundas oportunidades están ahí. Aquí lo tildamos. Por eso mucha gente no se arriesga.

Tenemos que abonar una cultura del emprendimiento y apoyarlo. Buscarle fuentes de financiación, gente que quiera invertir en esas buenas ideas, y eso nos hace falta y debe ser parte de un programa de desarrollo económico. Debemos intentar las cosas hasta que lo logremos. Ese es el verdadero liderazgo. El que no se rinde.

¿Cree en los estilos de liderazgo?

Para mí, ese estilo es auténtico. Claro que aprendemos de otros, pero lo idóneo es el estilo que nace de nuestros valores, forma de vida y convicciones. Un liderazgo que nace del ser.

¿Qué debemos cambiar para liderar?

Dejar de vivir en el pasado, por eso no avanzamos. Muchas veces, por quedarnos discutiendo y criticando perdemos el foco. La crítica sana es importante, pero la idea es aportar a la solución. Por otro lado, hay que erradicar la corrupción y esas malas prácticas que tanto hacen daño.

¿Cuál es el mejor equipo que se puede formar para construir un mejor país?

En ese equipo deben estar los sectores: público, privado, la academia, las ong, para que cada uno desde su experiencia logre hacer un aporte y generar una transformación.

¿Cuál es su propósito superior?

Lograr que emprendedores y empresarios alcancen las metas que se proponen. Y ese es el sueño de la Cámara de Comercio de Bogotá. Todos los colaboradores trabajamos para acompañarlos y construir un mejor país, en el que la ética y los valores sean los protagonistas.

A Colombia le faltan segundas oportunidades. Emprender en Colombia es muy complejo.  Se castiga el fracaso. En otros países, las segundas oportunidades están ahí. Aquí lo tildamos. Por eso mucha gente no se arriesga.

 

Por MARÍA ALEJANDRA MORENO TINJACÁ

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