
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) le ha urgido al Banco Central Europeo (BCE) que reduzca las tasas de interés, al tiempo que confirmó sus esperanzas de que la recuperación en las economías avanzadas se acelerará durante este año.
En el panorama económico que publica dos veces al año, la organización con sede en París hizo un llamado al Banco para que relajara todavía más su política “para mover la inflación de forma más decisiva hacia el objetivo”, y para que esté preparado para adoptar medidas poco convencionales como tasas de interés negativas o relajamiento cuantitativo y así impedir que la Zona Euro caiga en la deflación.
“La tasa de refinanciamiento principal del BCE debería reducirse a cero y posiblemente la tasa de depósito a un nivel ligeramente negativo, y deberían mantenerse en estos niveles al menos hasta finales de 2015”, consignó. El concejo de gobierno del BCE se está reuniendo esta semana en Bruselas, pero los analistas no esperan que haya un cambio el jueves, cuando se anuncie su política económica.
La exhortación de la OCDE se produjo al tiempo que sus pronósticos económicos a corto plazo para los países ricos fueron, en general, optimistas. Espera que el crecimiento de la producción mundial aumente gradualmente de 2,8% en 2013 a 3,9% en 2015, apoyada en el fortalecimiento de la recuperación de las economías avanzadas.
De una forma similar a los pronósticos del mes pasado del Fondo Monetario Internacional, la OCDE espera que la economía de EE.UU. mejore desde una tasa de crecimiento de 1,9% en 2013 a 3,5% en 2015. Dijo que las tasas de crecimiento de la Zona Euro durante el mismo periodo de tres años acelerarán de una contracción de 0,4% a un aumento de 1,7%.
Lo que desequilibra el impulso en los países ricos es la desaceleración que se proyecta en las economías emergentes, que generalmente no son miembros. Se pronostica que el crecimiento en los estados no miembros se desacelerará de 6,4% en 2011 a 4,9% en 2014, antes de aumentar nuevamente a 5,3% en 2015.
La OCDE argumentó que el aumento en las economías avanzadas ha ganado suficiente impulso para permitir que los administradores públicos pasen de apagar incendios a “fomentar una recuperación más fuerte y resistente”. Por lo tanto les urgió a los gobiernos que aceleren el ritmo de las reformas estructurales, mientras que la política monetaria debe seguir siendo extremadamente relajada.
Mientras que reconoce la fatiga de reformas que existe luego de años de una difícil consolidación fiscal, la organización no obstante animó a los gobiernos a que atacaran los intereses que apoyan el statu quo, ayudando tanto al panorama de crecimiento como a la calidad de vida de los pobres.
Con la recuperación finalmente encaminada, la principal preocupación de la OCDE es que los países se ocupen del legado de la crisis financiera de 2008, que está compuesto de tasas más altas de desempleo, una pérdida permanente de la capacidad económica y señales de que la mayoría de las economías ya no pueden expandirse al ritmo que se creyó normal antes de su estallido.