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El sello femenino

Ni sus padres eran economistas ni sus hijos quieren serlo, pero ella ha dedicado su vida a esta ciencia. Ahora dirige Procafecol para mostrar, una vez más, su profesionalismo.

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Vanessa Molina Medina
03 de agosto de 2008 - 10:05 p. m.
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El lugar de la entrevista no podía ser otro: uno de los puntos de venta de Juan Valdez. Allí, en medio del aroma del café, quintaesencia de lo colombiano, Catalina Crane habló con El Espectador de su trayectoria, sus gustos y sus retos como Presidenta de Procafecol, cargo en el que acaba de cumplir un mes, tras la salida de Ricardo Obregón.

Tiene el balance entre seriedad y amabilidad, y es dueña de una figura imponente que genera respeto tan pronto como aparece. En Catalina Crane convergen las características de un líder, lo que le ha permitido ser una de las pocas mujeres que ocupa un cargo gerencial en nuestro país: “Uno podría decir que entre más arriba, menos mujeres hay. Nunca me he sentido discriminada, pero es cierto que en algunos espacios la minoría femenina es evidente”. Pero ese privilegio de ser la única representante del género en muchas juntas y reuniones no es producto de la improvisación, sino de años de preparación y experiencia, en los que ha tenido la oportunidad envidiable de transitar con fluidez entre el sector público y el privado. 

Así, Crane, economista y especialista en políticas públicas de la Escuela de Harvard, puede contar en su historial laboral con un paso por el Ministerio de Hacienda, como viceministra, del que destaca la posibilidad que le dio esta cartera de conocer “el andamiaje del Estado” y de entender que los presupuestos son una radiografía de la política del país: “El paso por el Ministerio de Hacienda fue una experiencia única y muy apasionante”. Allí llegó después de ser investigadora de Fedesarrollo, lo que le significó adaptarse al nuevo ritmo que imponía la cartera: “Mientras como investigadora podía tomarme más de tres meses para hacer un documento, en el Ministerio le tocaba a uno empaparse muy rápido de los temas. Allá, sin tanta posibilidad de estudiar, uno aprende a tomar decisiones, a evaluar cosas muy rápidamente con un conocimiento básico”.

Otro de los momentos significativos de la carrera de Crane fue su labor al frente del área de comunicaciones institucionales del Banco de la República, bajo la dirección de Miguel Urrutia. En línea con su gusto particular por traducir las cosas y mostrar el lado aplicable de la economía, Crane asumió la difícil tarea de hacer que la gente entendiera la importancia del trabajo del Emisor. “El director del Banco estaba muy convencido de que la política antiinflacionaria pasa porque la gente entienda por qué es importante lo que hace el Banco de la República y por qué es importante combatir la inflación”, explica Crane, quien para el desempeño de ese cargo tuvo que involucrarse de lleno en todos los procesos de decisión del Banco y en todos sus comités; “Al único sitio al que yo no iba era a la junta”, asegura.

Pero fue su llegada a la Federación de Cafeteros la que le permitió aprender del funcionamiento de una organización y del manejo de las finanzas en el sector privado, lo que posteriormente le significó su nombramiento en la presidencia de Procafecol. “Nunca me imaginé ser nombrada presidenta de la empresa”, explica, pero confiesa que está enormemente agradecida con el trabajo que se le encomendó, pues ha seguido desde el comienzo el proceso de la compañía y, por ello, quiere mucho el proyecto. Ésta es la primera experiencia de Crane en administración de empresas, lo que sin duda se constituye en un reto: “Creo que uno se le tiene que medir a las cosas. He aprendido mucho en la Federación. Ya era hora de medírsele a una cosa así”.

Aún tiene un largo camino laboral, pero al pensar en su retiro se ve haciendo lo que más le gusta y extraña: escribir, obviamente en relación con la economía, posiblemente como analista. Por el momento, trata de no llevarse trabajo para la casa, y así proteger al máximo su tiempo libre para poder descansar fuera de la ciudad, compartir con sus tres hijos, cocinar, leer y escuchar música.

Procafecol, empresa de todos

La presidenta de Procafecol tiene como objetivo consolidar el desarrollo creciente que ha mostrado la compañía desde su origen, en 2004. Está convencida de que la empresa debe avanzar en su proceso de democratización, pues “una de las cosas más importantes de Procafecol es que es legítimamente de los caficultores: son los accionistas y quienes proveen el café que se vende en las Tiendas Juan Valdez. Hay un vínculo claro entre la taza y el que la produce”, explica Catalina Crane, y agrega que la idea es que además de los cafeteros, cualquier colombiano pueda ser dueño de una parte de la compañía.

Crane dice que “todos los colombianos, de algún modo, nos sentimos dueños de Juan Valdez”. Y esto es evidente en el hecho de que cerca del 40% de las ventas de la cadena corresponda a mugs, chaquetas, carteras y los demás productos que tienen visible la marca.

Por eso la compañía seguirá su expansión en el segundo semestre de 2008: se abrirán 35 nuevas tiendas en el país, se completarán 10 en Chile y Ecuador y se adelantan negociaciones para incursionar en Suecia.

Por Vanessa Molina Medina

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