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Colombia siempre ha sido un país de cultura emprendedora. Sin embargo, durante los últimos 15 años, esta cultura evolucionó con un nuevo lenguaje que le dio una identidad renovada, impulsando una generación de emprendedores que han sabido aprovechar la tecnología para disrumpir industrias y resolver desafíos cotidianos con soluciones innovadoras y escalables.
El surgimiento de estos nuevos emprendimientos y la maduración del ecosistema estuvieron acompañados por algunos cambios en el marco regulatorio. iNNpulsa, creado en 2012, promovió una cultura de emprendimiento basada en modelos escalables e innovadores, impulsando el crecimiento de startups tecnológicas. Años después, la Ley de Emprendimiento (Ley 2069) de 2020 reforzó este proceso al mejorar el acceso a financiación y simplificar los trámites.
Más allá del entorno y los avances regulatorios, el verdadero catalizador del ecosistema ha sido el surgimiento de historias de éxito con un efecto multiplicador. Pagos Online (2002), que luego evolucionó en PayU, transformó el sector fintech al revolucionar los pagos digitales. Tras su venta, sus fundadores invirtieron en múltiples startups del país y crearon Bold, una fintech que hoy lidera la digitalización de pagos para pymes. Domicilios.com (2007) digitalizó el acceso a restaurantes y capitalizó el auge de los pedidos a domicilio. Tappsi (2012) modernizó la movilidad urbana al conectar pasajeros con taxistas y, tras su fusión con Easy Taxi, sus fundadores crearon TPaga.
Luego vinieron otras compañías que redefinieron industrias. Rappi (2015) transformó el consumo y la logística con su modelo de última milla y entregas ultrarrápidas, consolidándose como un referente de innovación en la región. Platzi (2016) democratizó el acceso a la educación en línea y se convirtió en la primera startup latinoamericana en ingresar a Y Combinator, abriendo camino para que más emprendedores accedieran a aceleradoras globales y escalaran con mayor rapidez. Habi (2019) optimizó el mercado inmobiliario con tecnología, haciendo más eficiente la compra y venta de viviendas.
Estas compañías, todas Endeavor, han generado un efecto multiplicador significativo. Entre 2016 y 2024, recibieron USD 5.326 millones en inversión, con Rappi liderando con USD 2.500 millones. Años atrás, acceder a capital era un desafío casi imposible. como lo vivieron empresas como Domicilios.com y Enmedio, que operaban en un ecosistema sin inversionistas locales y fueron precursoras en abrir este camino. En ese entonces, los emprendimientos dependían casi exclusivamente de una inversión local limitada. Hoy, en cambio, el ecosistema colombiano atrae la atención de grandes inversionistas regionales y globales.
El emprendimiento de alto impacto no solo se mide en innovación, sino en su capacidad para generar crecimiento económico y oportunidades reales para los colombianos. En 2024, las Empresas Endeavor generaron 23.100 empleos directos y $24,5 billones COP en ingresos, creciendo un 8.6 %, muy por encima del 1.7 % del PIB. Pero su impacto va más allá: los Emprendedores de la Red donaron 190 horas de mentoría, acelerando la consolidación de nuevas empresas y reduciendo la curva de aprendizaje de la próxima generación de emprendedores, quienes a su vez están fortaleciendo el ecosistema y construyendo el futuro económico de Colombia.
La pandemia de 2020 puso a prueba la resiliencia del ecosistema, pero también lo aceleró. La transformación digital dejó de ser opcional y se convirtió en una necesidad, impulsando la adopción de tecnología en sectores estratégicos como fintech, edtech, logística y B2B SaaS. En este contexto, los emprendedores colombianos demostraron que los momentos de crisis no solo desafían, sino que también abren espacio para la innovación. Con visión y agilidad, convirtieron la crisis en una oportunidad para desarrollar soluciones que responden a problemas reales y generan un impacto positivo en la sociedad.
Tras la pandemia, el entorno macroeconómico ha cambiado y el acceso a inversión se ha vuelto más desafiante. Las empresas que logren adaptarse, generar eficiencias y alcanzar la rentabilidad serán las que se consoliden y perduren. Aunque algunas no lo consigan, el ecosistema en su conjunto se fortalecerá. Estos retos ponen de manifiesto la resiliencia del ecosistema colombiano, que se robustecerá con empresas más sólidas y con visión a largo plazo.
Cada historia de éxito de un emprendedor de alto impacto no solo inspira, sino que abre camino para que otros crezcan, generen oportunidades y transformen la vida de millones de colombianos. Lo que viene es aún más grande: más innovación, mayor inversión y una nueva generación de emprendedores que está redefiniendo el futuro de Colombia en el escenario global.
Camila Salamanca, directora Ejecutiva Endeavor Colombia*
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Por Camila Salamanca, Directora Ejecutiva Endeavor Colombia
