“El empresariado ha sacado su mejor cara en esta pandemia”

Andrés Fuse, gerente general de Autogermana, importadores de marcas como BMW. /Cortesía Autogermana.

¿Qué tipo de liderazgo tienen en Autogermana?

Veníamos de un primer trimestre en realidad bastante positivo, crecimientos de doble dígito frente al primer trimestre del año anterior con importantes expectativas de negocios, pero la llegada de esto, que fue de repente, de sopetón, pues nos obligó a adaptarnos rápido, vivir esta nueva realidad y tratar de entender esta nueva dimensión del impacto. Y hasta cuándo va a durar es la parte más dura en el rol del líder, cuál será la realidad del negocio en el futuro y cuándo se va a concretar ese futuro ha sido uno de los retos más importantes. Esto lo vimos en Asia, las noticias eran más cercanas sobre Europa. Tuvimos un simulacro y se nos vino el cierre general que, de alguna manera, nos tomó, como a muchos, por sorpresa. Un cierre de la economía, de las empresas, de las interacciones sociales. Entonces, en ese contexto, fue un frenazo para nosotros un poco más fuerte, porque la dinámica que traíamos era bastante animada, con un crecimiento a paso rápido. Pero fue un frenazo en seco.

¿Y cómo lo han manejado?

Comunicación ha sido, hacia adentro y hacia afuera, tal vez el manejo que hemos tenido. Mantener el contacto con clientes y amigos de la marca en el lado externo y de la misma forma hacia adentro de la compañía, ofreciendo apoyo del negocio, desarrollamos canales digitales aprovechando plataformas existentes, pero hicimos más comunicación de orden social e informativa por Instagram, conectando a todas las personas de la compañía. Además, por WhatsApp, logramos mantenerlos informados y distraídos. Comunicamos desde temas corporativos como temas de tiempo libre, ejercicio, cocina y hasta clases de alemán; todo con voluntarios de la compañía. Creamos propuestas para mantener a los equipos motivados y hoy sigue funcionando como una forma rápida de llegar. Comunicación ha sido el pilar en medio de todo esto, sobre todo, para mantener a la gente anímicamente motivada.

Hace poco hablaba con el presidente de Porkcolombia y nos decía que si bien habíamos visto amplia solidaridad cuando todo esto nos llegó, en ese momento no se estaba viviendo la peor parte, porque mucha gente todavía tenía ahorros. Pero ahora, cuando ya se acabaron esos ahorros, es que la cosa se está poniendo más grave que nunca, pero ya no se ven tantas donaciones como antes.

¿Cree que la solidaridad es sostenible?

Definitivamente. Es cierto que los recursos en muchos frentes son limitados, pero el empresariado colombiano ha sacado su mejor cara en esta pandemia y ha logrado dividir los recursos para seguir apoyando. Al final de cuentas, de esta economía participamos todos y el empresariado tiene esa responsabilidad y oportunidad de ayudar y ser solidario, y eso se va a revertir en que la dinámica de negocio, independientemente del sector en el que estemos, se vea beneficiada en algún momento por esas ayudas que se están dando hoy. Desde nuestra óptica, los recursos los hemos tenido que racionalizar. Sería una falacia no decirlo de esa forma. Hemos tenido que ser rigurosos y tomar medidas, pero también tenemos un rubro definido y de donaciones que hemos buscado mantener. Ahora, es cierto que si esto se extiende por tres, cuatro o cinco meses, donde los negocios siguen sin caminar y generar ingresos, pues seguramente las decisiones que se tendrán que tomar deberán ir. Haciendo el paréntesis, esa ha sido la decisión de la junta directiva. Es estar velando por el bienestar de los equipos, pero dependiendo de como siga esto tendremos que tomar decisiones. Pero hasta ahora mantenemos la solidaridad y el ánimo de lo que veo en colegas de esta y otras industrias sobre las acciones a tomar. Esto es nuevo para todos. Entonces escuchar a otros es positivo, pero hasta ahora el empresario ha sido solidario y ha mantenido esa solidaridad. No fue donar unos mercados y ya en los primeros meses, eso se ha mantenido en diferentes frentes para que podamos sobrellevar, de la manera menos dolorosa, este momento que estamos viviendo.

Ustedes hicieron una donación en conjunto con Alpina. ¿Qué fue lo que hicieron en detalle? ¿A quién impactaron?

No es una sola donación. El acuerdo en el cual Alpina nos apoyó con una parte es un proceso que venimos llevando con donaciones a un par de fundaciones, como la Fundación Pan de Vida, la de la Presidencia, y hemos venido haciendo donaciones semanalmente a más familias en Colombia. Optamos por la leche porque es un producto de necesidad básica tanto para niños como para adultos. Y la idea es llegar a más lugares del país, apoyando las donaciones que están haciendo la fundación de la Presidencia de la República y Solidaridad por Colombia, porque nos hemos vinculado con ellos para complementar los mercados y dar donaciones específicas a familias que están en mayor grado de vulnerabilidad.

La gente aprendió a valorar más sus propios espacios, estar en casa usando la creatividad para disfrutar esos momentos. Cocinar más, por ejemplo. La gente está pensando, los que pueden, en un espacio más grande, una casa con más espacio. No se ve el carro en ese plan. ¿Cómo va a cambiar la venta de vehículos?

Es una gran pregunta, porque todavía están por verse los efectos de esta nueva realidad. Ya hay cambios en la forma como compramos, como disfrutamos, como vivimos. Hoy por hoy, estando más tiempo en casa, un grupo de la población efectivamente estará pensando en una casa más grande, pero también hay gente que está priorizando el desplazamiento unipersonal, evitando contactos masivos para eludir riesgos en un medio de transporte público, como un taxi. Entonces estamos viendo también ese nicho de población para correr menos riesgo en los desplazamientos. Hay mucha gente que se está desplazando, que lo debe hacer por temas de ocupación, y ellos están buscando el vehículo como una opción de movilidad que sea más segura que antes. El vehículo sigue siendo en Colombia parte de los activos, es el lugar donde usted pasa tiempo y por eso hemos visto clientes que quieren hacer una actualización de su vehículo por uno más nuevo o con una motorización diferente, o también desde la óptica de accesorios, una actualización en estética. Así como hay foco en las casas también la hay en vehículos en carros o motos.

El negocio se mueve como una montaña rusa, hablo de los años anteriores y, por supuesto, de este. ¿Cuál es su pronóstico para la industria en general? ¿Y para el segmento prémium?

Le hablo de números para guiar la respuesta. En lo que va corrido del año la caída del mercado como un todo está siendo del 38 % y el segmento prémium, que es donde participamos, está siendo del 30 %. Como usted lo dice, esto ha sido una montaña rusa en términos de desempeño del mercado año tras año, pero el segmento prémium ha venido ganando participación dentro del mercado total. En Colombia todavía hay potencial grande de ganar participación para los vehículos de gama media y alta, y eso ha pasado en este país: que cuando el mercado cae el segmento prémium lo hace, pero en menor porcentaje, y cuando el mercado total crece, el mercado prémium crece más.

Para el final del año lo que se está proyectando en el gremio con Andemos es que el mercado debería estar cerrando con un 35 a 40 % abajo del año anterior, y que el segmento prémium caiga un par de puntos menos de lo que debería caer el mercado total. Está por ver esos números en la realidad. El desempeño de mayo fue un termómetro, porque solo se abrió desde la mitad del mes y fue escalonado; junio fue un mes un poco más real, pero también trae demanda reprimida. Vamos a ver el resto del año.

Vehículos eléctricos: ¿qué potencial ven en el mercado ahora que, incluso, vimos que apagar la chimenea industrial nos permitió ver de nuevo lo bonito de la naturaleza?

Colombia en el año 2019 estuvo entre los diez primeros países con mercados de mayor penetración de eléctricos dentro de todos los BMW vendidos. Ese segmento viene creciendo, venimos trabajando desde el 2014 y a raíz de lo que estamos viviendo, se ha despertado mayor conciencia y seguramente esto va a impulsar la comercialización de ese tipo de vehículos en el país.

¿Cuál es su fórmula para luchar contra la informalidad? Porque en este negocio, más allá de los concesionarios, la gran porción del posventa es empleo informal.

Es un tema muy profundo el que usted toca. Coincido en que es un problema estructural y lo estamos viendo con mayor claridad ahora. Esa informalidad no nos ha permitido establecer un tejido social mucho más equilibrado, porque los que pagan impuestos son una minoría, y dentro del sector hay esquemas formales con importadores y concesionarios. Incluso muchos de los centros de posventa independientes también están en la formalidad y hacen su labor. Hay un sector importante que está en la informalidad. ¿Cómo atacarlo?

Una propuesta puede ser trabajar con nuestros clientes en precios competitivos, porque muchas veces buscar una mano de obra barata es lo que hace que un cliente se vaya por ese tipo de servicio. Entonces de nuestra parte es tratar de ofrecer precios competitivos, garantías de calidad, concientizar que los cobros que hacemos y los servicios que prestamos justifican que la formalidad es el camino que se debe seguir, que se sepa hacia dónde van esos recursos que recaudamos de los clientes, que van a generar empleo que se revierte en ese dueño de carro que tiene un supermercado o negocio de barrio. Ese empleado seguramente va a comprarle a ese empresario. Y aportar en un cruce de información para reducir el espacio a la evasión y, de pronto, reducir la posibilidad de que prosperen estos negocios que están en la informalidad.