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Con acceso a crédito: 1 de cada 3 emprendedores logra salir de la pobreza

Así lo detalla el más reciente Índice de Salud Financiera, tras estudiar a más de 200.000 creadores de pequeños negocios en el país.

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Edwin Bohórquez Aya
10 de julio de 2025 - 03:54 p. m.
Han logrado crear 61.000 puestos de trabajo.
Han logrado crear 61.000 puestos de trabajo.
Foto: Luis Eduardo Noriega
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Recuerdo que hace unos 25 años, cuando mi papá, un señor que se había hecho a pulso en el negocio del transporte terrestre, estaba al borde de una quiebra, nos sentó a mi hermano y a mí para decirnos que no había plata para pagarnos la universidad a los dos hijos menores. En un acto de nobleza, mi hermano, que ya estaba más arriba de la mitad de su carrera de publicidad, dijo que era mejor que yo siguiera, porque estaba en segundo de comunicación social y periodismo. Le agradecí, pero yo creía que era mejor que él terminara, pues estaba más cerca de llegar a la meta. Mi papá se quedó con la segunda opción y yo me dediqué a trabajar en el negocio de la familia. A ayudar en los días complicados. .

Un par de veces se me ocurrió tocar las puertas de los bancos, sin experiencia, sin un trabajo formal, sin un perfil atractivo para el sistema financiero y con menos de 20 años. La respuesta: una cerrada de puertas (simbólica) en la cara. Tenía sentido, yo buscaba tener algo de plata para poder generar algún tipo de negocio, pero no era atractivo para el sistema financiero. No tenía cómo arrancar, a pesar de tener todas la ganas. Vendí juguetes en una feria de esas navideñas en la previa del 24 de diciembre, cambiaba cheques a efectivo para ganarme un pequeño porcentaje, cargaba y descargaba los camiones para conseguir algo de plata, aprendí un poquito de administración porque le recibía las cuentas a los conductores de los camiones de mi papá, pagaba las cuentas y trataba de mantener al día el negocio desde el escenario más empírico posible. Pero nunca logré construir un negocio fijo. Es que emprender en Colombia es tarea de titanes.

Fue solo hasta cuando, tres años después, ya con una mejor situación financiera de mi familia y mi hermano graduado, yo regresé a la universidad. Otros tres años pasaron, un profesor me llevó a El Espectador y tras los primeros meses recibiendo un salario ya como periodistas, volví al banco, ahí sí fue cuando me abrieron las puertas y me dieron mi primer crédito. Desde ahí no he parado de usar el sistema financiero para crecer, a pesar de que tengo claro que una buena porción de mi trabajo se queda en el pago de los intereses. Pero para los que no nacimos en la cuna de oro, el sistema financiera ha sido esa autopista para acelerar y crecer. Y por eso los resultados de este Índice de Salud Financiera de los microempresarios me recordaron, en mi caso personal, lo que sucedió cuando por primera vez me prestaron plata en un banco.

Veamos estos datos:

  • 1 de cada 3 emprendedores superó la línea de pobreza después de tres ciclos de crédito.
  • 21% generó al menos un empleo.
  • Han logrado crear 61.000 puestos de trabajo.
  • 80% creen que pueden mejorar sus ingresos futuros.
  • El 86% siente que cumple sus metas financieras.
  • 53% manifestó no tener ahorros, el 28% vive de ellos máximo 6 meses y el 19% más de medio año.
  • 4 de cada 10 encuestados dijeron haber incrementado o sostenido su “colchón financiero”.
  • A mayor nivel educativo, más ahorran.
  • Los negocios financiados por Bancamía aumentaron en promedio un 11% sus ventas y un 18% sus excedentes.

Aunque parece obvio, el informe concluye lo que sucede cuando una persona, sin tener propiedades, sin tener posgrados, sin tener muchas opciones más que un pequeño negocio como única salida de subsistencia, pero todas las ganas de salir adelante, como le decimos en Colombia, se logra “reducción de pobreza, crecimiento empresarial, protección ante riesgos, empoderamiento de mujeres y mejoras en la calidad de vida”. Y, aunque suena a eslogan publicitario, tiene todo de cierto: “Cuando un hogar emprendedor progresa, toda su comunidad se transforma”. Yo he sido testigo de docenas de estos casos, como el de mi papá, el de mi suegro, el de personas que comenzaron a labrar negocios en un país donde la informalidad siempre ha superado niveles del 40 y 50%. Porque para muchos de ellos ese fue el camino, porque trabajo formal no hay para tanta gente, paradójicamente.

La historia del chocolatero del SENA que estará con la reina Letizia de España

El estudio fue hecho por Bancamía y la Fundación Microfinanzas BBVA, pero Stephanie García Van Gool, la directora de impacto de la FMBBVA, y quien logró en medio de los números ir más allá, confirmó lo que tantos hemos vivido: “Hay un tema clave que quiero resaltar y es que la salud financiera va más allá del crédito: se trata de proteger lo que más importa a los clientes: su bienestar y el de su familia. De allí que más de 200.000 personas estén construyendo un futuro financiero más sólido a través de seguros voluntarios. Lo notable es que el 99% de ellos lo hace de forma asequible, invirtiendo menos del 4% de su excedente mensual. Mantener esta protección esencial no sacrifica la tranquilidad económica actual, sino que refuerza la capacidad de respuesta ante cualquier desafío”.

En el evento de presentación, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), presentó el Índice de Pobreza Multidimensional en América Latina. Pablo Villatoro, el investigador principal, dijo que en Colombia, la pobreza multidimensional disminuyó a un ritmo un poco inferior al promedio regional entre 2014 y 2023, ubicándose para este último año de medición en 28.4%, que las dimensiones que más contribuyen son condiciones de la vivienda (36%), sumado a empleo y pensiones (31,9%). Asimismo, indicadores como acceso a Internet en el hogar y logro educativo, han mejorado sustancialmente.

Y aunque los números son la luz, decía un profesor en la maestría que hice hace unos años, soy de los que creen que hablan más las historias, como la de Marlon Ferreira, “un chocolatero de alcance mundial” y con le que hablé hace unos meses, justo antes de su viaje a España, cuando lo iban a llevar a presentarse con uno de los chefs más importantes de Europa y estaría también en una audiencia con la Reina Letizia. A él le prestaron plata en esa entidad, Bancamía, cuando nadie le prestaba, cuando no tenía vida crediticia. Aquí es cuando un cambio en la mentalidad, en este caso, del banco, logró cambiar vidas.

Ahora Marlon es el dueño de Maluwa, su emprendimiento familiar que opera en San Gil, Santander, produce 8.000 barras de chocolate de origen, ha logrado enviar algunos lotes de sus productos de chocolate a Estados Unidos por medio de un aliado comercial, y a nivel local vende en Villa de Leyva, Barichara, Bucaramanga y Bogotá. “Nosotros empezamos con el tema de chocolate desde el colegio. Yo vendía chocolates en el colegio, como muchos, empezamos en el emprendiendo fundiendo barritas de chocolate, haciéndolo en moneditas, poniéndole arequipe, maní, envolviéndola en aluminio y poniéndolo en una coca, como llamábamos, una tacita. Todas las tardes fundiendo. Creo que el chocolate tiene el poder de unir a las personas y eso fue lo que me pasó a mí”, me dijo.

Y también me soltó la que, comparto, debería ser una recomendación escuchada por todo el sistema financiero: “Nosotros tuvimos el apoyo por parte de Bancamía, de BBVA, que creyeron en nosotros. La banca de microfinanzas. Nos acercamos a ellos, nos dieron el apoyo sin tener, pues, como tal una base crediticia, confiaron. Ya llevamos tres créditos con ellos y seguimos trabajando, seguimos creciendo y eso ha sido parte fundamental. Entonces yo creo que nos categoricen diferente, sobre todo, en la etapa inicial. Sería algo que yo cambiaría” en los negocios y el acceso al crédito. Se refería, por supuesto, a que el sistema financiero tiende a exigir lo mismo a un pequeño emprendedor que a las grandes compañías. Al final, como en todo, se trata de que a uno le den una primera oportunidad y no una cerrada de puertas en la cara. Ya está claro, lo dijo este Índice de Salud Financiera de los microempresarios: 1 de cada 3 emprendedores superó la línea de pobreza después de tres ciclos de crédito. Ahí hay un mensaje para un país tan desigual y con tanta pobreza como Colombia. Y en la educación, por supuesto, también está la otra columna vertebral.

Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻‍💻 🤓📚

Edwin Bohórquez Aya

Por Edwin Bohórquez Aya

Comunicador social-periodista. MBA Inalde Business School. Premio Iberoamericano de Periodismo Económico IE Business School, Madrid (España). Premio a Mejor trabajo periodístico de Analdex, categoría prensa@EBohorquez_EyLebohorquez@elespectador.com
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