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En Colombia, donde cerca de uno de cada cuatro adultos inicia un nuevo negocio, según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), facilitar el acceso al crédito productivo se ha convertido en un verdadero reto de alcance nacional. Y, justamente, de una oportuna financiación depende que muchos más microempresarios y emprendedores puedan crecer, generar empleo y dejar atrás condiciones de vulnerabilidad.
Hoy, según datos del Global Entrepreneurship Monitor, Colombia tiene una Tasa de Actividad Empresarial Temprana (TEA) del 23,5%, mientras que el promedio global -según ese mismo estudio- se ubica en niveles del 14,2%. Además, como lo señala este reporte, emprender continúa siendo una de las respuestas más contundentes a un mercado laboral local que aún no alcanza a generar empleos suficientes.
Además, de acuerdo con datos de Anif, más del 99% de las unidades productivas de Colombia son microempresas o pequeños negocios, muchos de ellos informales, y tienen el potencial de convertirse en motores de desarrollo económico local con adecuadas herramientas de financiación.
Aunque los microempresarios y emprendedores para financiarse hacen uso de recursos propios o de préstamos de familiares y amigos, el financiamiento bancario ha venido cobrando relevancia por medio de diferentes formas.
Karen Quiroga, vicepresidenta de Transformación Digital e Innovación de Bancamía (banco de microfinanzas), le entregó a El Espectador algunas claves para que los microempresarios y emprendedores logren una adecuada financiación desde la banca:
· Crédito para capital de trabajo e inversión: a través de entidades microfinancieras, los microempresarios urbanos y rurales pueden acceder a préstamos productivos para capital de trabajo e inversión. Para contar con un crédito no se requieren grandes papeleos, sino demostrar la existencia de una actividad productiva urbana o rural.
· Préstamos a la medida del campo colombiano: para los microempresarios y emprendedores del agro existen múltiples instrumentos de microcrédito que les permiten cubrir necesidades de capital de trabajo e inversión.
· Digitalización garantiza un rápido acceso a la financiación: el crédito digital hoy es un instrumento fundamental para que, de la mano de las instituciones de microfinanzas, los microempresarios de zonas remotas accedan a financiación con rapidez.
· Los microempresarios pueden acceder a créditos para otros fines: en su trabajo de diversificar la oferta de microcrédito, han sido creados productos de créditos verdes para que los microempresarios también financien otras necesidades de sus unidades productivas como acceso a agua potable, energía y adaptación al cambio climático.
Por último, destaca la vicepresidenta de Transformación Digital de Bancamía, más allá de la financiación, “resulta crucial que los microempresarios accedan a educación financiera y digital y asesorías y seguimiento personalizado para que el uso del dinero realmente se traduzca en progreso y no en sobreendeudamiento”.
Y para otro tipo de emprendimientos, también hay opciones
Mientras que los microempresarios encuentran en Bancamía una solución integral, los emprendimientos más estructurados, startups o negocios digitales pueden acceder a otras formas de financiamiento que también están creciendo en el país. Entre ellas destacan:
Ángeles Inversionistas: aportan capital y acompañamiento estratégico en etapas tempranas. Suelen invertir en equipos sólidos con una propuesta de valor clara.
Capital de Riesgo (Venture Capital): dirigido a startups con alto potencial de crecimiento. Los fondos invierten a cambio de participación accionaria.
Bootstrapping y “Family & Friends”: estrategia usada para mantener independencia y control en etapas iniciales, utilizando recursos propios o de confianza.
Crowdfunding: herramientas como “A2censo” de la bolsa de valores de Colombia, habilita a particulares la participación en financiación vía deuda de empresas en etapa de crecimiento con garantías y respaldo de estudios técnicos.
Spark de BBVA: una iniciativa que ofrece opciones de financiación a startups y compañías innovadoras, para acelerar su escalabilidad en sectores de alto impacto.
Mientras que el capital de riesgo se ha vuelto una opción conocida para empresas con base tecnológica, para la mayoría de microempresarios del país la posibilidad más transformadora sigue siendo un crédito adaptado a su realidad, como el que ofrece Bancamía. Cada camino tiene sus particularidades. Pero lo esencial es entender que el financiamiento debe ser un habilitador del crecimiento, adaptado a la etapa y naturaleza del negocio.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚
