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Sí se puede viajar en carro eléctrico por carretera en Colombia

En una experiencia amigable con el medio ambiente y en el marco del día de la Tierra, les contamos cómo nos fue usando energía con una conducción inteligente.

Edwin Bohorquez Aya
22 de abril de 2022 - 09:42 p. m.
En la estación de Calarcá, Quindío, se hizo la primera recarga.
En la estación de Calarcá, Quindío, se hizo la primera recarga.
Foto: Cortesía Autogermana

¿Es posible que dejemos a un lado la gasolina y el ACPM a la hora de movilizarnos en un carro por las carreteras de Colombia? Esta es de esas preguntas que para los sabidos en el sector automotor tiene respuesta inmediata, pero para los que no estamos en ello a diario, resulta necesaria y más cuando estamos hablando de hacer algo por cuidar la Tierra, justo cuando vemos cada minuto el impacto que está causando el cambio climático en nuestro planeta. Así que este, además de ser un tema de movilidad, es un asunto de sostenibilidad.

La respuesta, después de hacerlo a bordo de un vehículo eléctrico, es que sí se puede, pero es todo un reto que pone a sudar en frío a cualquier arriesgado que se lance a la aventura en este momento. Y no por los carros, no. Por ahí la cosa ya está lista, son años de trabajo que va por buen camino. El reto sigue siendo la infraestructura, las llamadas electrolineras o estaciones de carga. Con los vehículos listos -dos Mini y tres camionetas BMW iX3-, baterías cargadas al 100% en la estación de servicio de Terpel, en Buga, nuestro equipo abordó uno de los Mini Cooper SE. Tres personas con peso promedio de 60 kilogramos, tres morrales y una pequeña nevera con alimentos. Nos dijeron que tenía una autonomía de 200 kilómetros y que no se trataba de una carrera de velocidad sino de una conducción inteligente.

La ruta trazada era Tuluá (Valle) – Chusacá (Cundinamarca), al lado de la entrada de Bogotá, por la llamada Autopista Sur. Para que se hagan a una idea, este tipo de vehículos funcionan, de acuerdo al modo de manejo, como una patineta eléctrica: si se suelta el acelerar, reduce muy rápido la velocidad con la finalidad de ahorrar energía. Muy rápido. Entonces, apelando al uso de la tecnología desarrollada por los fabricantes, hicimos el primer tramo de conducción con el asistente de velocidad de crucero. ¿Cómo fue eso? Como los carros de Fórmula uno, este Mini Cooper trae un control en el timón que permite definir la velocidad a la que necesitamos viajar, si es necesario reducirla se oprime un botón y, una vez se pueda volver a subir, con el mismo botón volvemos a la velocidad de crucero. Sin tocar el pedal del acelerador y tampoco el freno. Hicimos lo que dice el manual, una vez más, conducción inteligente. Digamos que es una conducción responsable con el medio ambiente.

Llegamos hasta Calarcá (Quindío) con casi el 50% de la energía en la batería. De todo el grupo de carros que viajaba en este llamado RallE Tour, este Mini Cooper SE fue el que mejor optimizó el recurso energético. La clave estuvo es no acelerar a fondo (el máximo al que viajamos fue 80Km/hora) y mantener la velocidad constante. En las bajadas se debía activar el modo de máxima regeneración, las ventanas siempre arriba con aire acondicionado en sus justas proporciones, mapas de ruta en la pantalla principal del habitáculo y conectados a un Iphone porque el vehículo trae en su sistema un acuerdo de uso para la marca Apple. Llantas bien calibradas y todo marchó sobre ruedas.

En la estación de Calarcá las cosas no salieron como estaban planeadas: cuando llegamos, nos reportaron que el punto de carga presentaba algunas fallas y que primero había llegado el otro Mini Cooper SE y una de las BMW iX3. Había que hacer fila. Sí, hay que hacer fila porque solo hay un punto de carga. Con paciencia. Luego de más de una hora, logramos conectar el vehículo en el que viajamos. Sebastián Rocha, de Autogermana, nos había dicho que este carro solo requería de 30 minutos para lograr el 80% de la carga. Pero llegar al 100% exige dos horas de conexión. Como habíamos llegado con casi el 50% de la carga, la espera no fue tan extensa. Lo que complicó todo fue que la electrolinera fallaba constantemente y terminaba retrasando el proceso. Salimos de allí con el 98%.

Era preciso recordar, en ese momento, aquel marzo de 2015. Durante la entrega de resultados financieros, todos los miembros de la junta directiva del BMW Group, en pleno, nos dijeron a los periodistas una realidad que estábamos viviendo en este caso, siete años después: “Los productores han cumplido y ahora le toca a la política”. Lo advirtieron una y otra vez Norbert Reithofer, presidente y cabeza de la junta directiva del BMW Group en ese instante, y Harald Krüger, quien sería su posterior reemplazo. Los fabricantes de carros ya han hecho su parte. No solo BMW, del segmento de carros de lujo Ferrari, Audi, Infiniti, Lexus, Lotus, Mercedes Benz y Porshe avanzan con rapidez.

En el caso colombiano, el gobierno de Iván Duque avanzó en la materia con la Ley 1964 para estimular la compra y uso de vehículos eléctricos: impuesto del vehículo diferencial del 1% del valor comercial, descuento del 10% para compra del seguro obligatorio, no pico y placa y tránsito libre el día sin carro; parqueaderos preferenciales en zonas públicas y privadas con una meta: que en el país a final de este 2022 se tengan 6.600 vehículos eléctricos inscritos en el Runt. Un corte de cuentas que habrá que hacer en enero de 2023.

Empezamos a subir la línea y aquí la tarea de mantener una velocidad constante era casi imposible. A pesar de tener sobre calzada, pues no todos los vehículos viajaban a la misma velocidad, entonces preferimos usar una conducción más dinámica. Cuando entramos a la línea teníamos el 72% de batería, atravesamos los 17 túneles que tiene esta vía y bajando, hacia Cajamarca, activamos el modo regeneración en la zona más eficiente, lo que nos permitió recuperar la carga perdida en el ascenso y, en otras palabras, el carro después de subir y bajara La Línea registraba en el tablero 72%. Con una conducción adecuada, una vez más, conservamos la carga. Pasamos a velocidad de crucero, llegamos a Melgar y aunque se hizo el mejor trabajo posible en optimización de recurso, allí nos enteramos de que en la estación de servicio, a donde ya habían llegado el primer Mini Couper SE y la primera BMW, el cargador también estaba fallando.

Aquí la pregunta entonces era: ¿Qué sucede con este tipo de electrolineras? Ni en la estación de Calarcá ni en la de Melgar había respuestas claras. Los empleados hicieron todo tipo de verificaciones técnicas y no encontraban las causas de las fallas. Es como cuando uno conecta el teléfono a la corriente de la casa y por alguna razón no carga bien. ¿Qué podemos hacer? O revisar la luz de la casa, el enchufe o llevar el teléfono a un servicio técnico porque el resto de los electrodomésticos funcionan de maravilla en el resto de la casa. Ahora, la otra pregunta es: ¿por qué solo una electrolinera por estación de servicio? Porque todavía es una inversión muy alta, nos contaba Wolfgang Levy, director Nueva Movilidad de Terpel, quien recordó que un punto de carga puede costar unos US$30.000 más todos los cambios en la infraestructura hacia la red que provee la energía y la lleva hasta la electrolinera. Un costo que depende de cada estación, pero que puede estar en promedio sobre los $300 millones.

Así que por ahora son pocas las estaciones que prestan este servicio en las carreteras de Colombia. Terpel, por ejemplo, tienen 12 puntos llamados Terpel Voltex y espera cerrar este 2022 con 30, además de las alianzas con Maloka, Bavaria y los patios de buses eléctricos que prestan servicio en la ciudad de Bogotá. Dicen tener cubiertos corredores como este de Buga hasta Bogotá y el de Bogotá hasta Medellín, sin embargo, todavía existe un riesgo latente y ese fue el que se vivió en este viaje de prueba. Ahora, hay que hacer fila, así que, si por casualidad usted va de viaje y llega a cargar, pero hay otro carro en esa misma tarea, debe esperar hasta que acabe el que llegó antes. El punto a favor, muy a favor, es que el Mini Cooper queda recargado por unos $30.000 y una BMW por $50.000, costos muy reducidos si comparamos con el elevado precio que estamos pagando en Colombia por el galón de gasolina -más si es extra- y por el ACPM. De acuerdo con Electromaps, a finales del año pasado en toda Colombia, es decir, sumando a Terpel y las demás compañías del sector, ya había en todo el país 155 estaciones de carga.

En Melgar, como no logramos recargar todos los vehículos, tuvimos que distribuirnos y abordar las BMW iX3, vehículos que sí contaban con la carga suficiente para subir la montaña hacia Bogotá, aunque con los trancones en El Boquerón, también vimos la reducción en la carga y, en la misma ruta, la angustia por tratar de llegar hasta el destino. El primer Mini Cooper, que tuvo tiempo para recargar, aunque con las fallas de la electrolinera, logró arrancar con dos pasajeros y llegar hasta Chusacá con un 5% de batería. Al límite. También le pasó factura el trancón. Y contrario a lo que había sucedido en Calarcá y en Melgar, la estación de carga de Chusacá funcionó muy bien. Así que sí es posible viajar por carretera, al menos por estas dos carreteras, en vehículos eléctricos. Todavía falta una mayor inversión en estaciones de carga, un mayor conocimiento en estas electrolineras para poder solucionar cuando se presenten inconvenientes como los que vivimos en este recorrido de prueba, pero sobre todo el gran aprendizaje de este tipo de experiencias es que eso que se veía tan lejano, por allá en el 2015 cuando BMW lo advertía en Munich, Alemania, hoy es una realidad. Todos están poniendo: los fabricantes, el gobierno y la industria de combustibles que ya vive su propia transformación hacia las energías renovables. Será todavía un viaje largo, costoso hasta que se logre la masificación y que las ventas de energía sean tan frecuentes como la venta de gasolina. Es una tarea de todos, al menos si queremos seguir celebrando días de la Tierra en busca de una sociedad sostenible.

*Esta prueba fue posible gracias a una invitación de Autogermana.

Edwin Bohorquez Aya

Por Edwin Bohorquez Aya

Comunicador social-periodista. MBA Inalde Business School. Premio Iberoamericano de Periodismo Económico IE Business School, Madrid (España). Premio a Mejor trabajo periodístico de Analdex, categoría prensa@EdwinBohorquezAebohorquez@elespectador.com

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