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Los barcos chinos llegarán con más frecuencia a Buenaventura. La nueva ruta marítima, que une directamente al principal puerto del Pacífico colombiano con Shanghái (China) y Chancay (Perú), marca un cambio clave en el comercio exterior del país. El primer buque de la naviera Cosco Shipping ya atracó en suelo colombiano, abriendo paso a la integración de Buenaventura a la Ruta de la Seda, el megaproyecto global de infraestructura de China.
La Sociedad Portuaria Regional de Buenaventura (SPRBUN) aseguró que esta conexión representa un avance estratégico, abriendo la puerta a una relación más fluida con China, la segunda economía del mundo. Actualmente, Buenaventura es el puerto más importante de Colombia en el Pacífico y moviliza cerca de 90 % de las importaciones asiáticas que llegan al país. Pero, ¿qué implica esta alianza para Colombia y la región?
La Ruta de la Seda, oficialmente llamada Iniciativa de la Franja y la Ruta, es un ambicioso plan de China para fortalecer su presencia en mercados globales a través de inversiones en infraestructura y logística. En 2023, Colombia manifestó su interés en unirse al proyecto. Ahora, con la conexión directa a Shanghái y Chancay, ese acercamiento comienza a materializarse.
Gao Jinbao, representante de la Embajada de China en Colombia, calificó la inclusión de Buenaventura como un fortalecimiento de las relaciones bilaterales, mientras que la alcaldesa de Buenaventura, Ligia Córdoba, destacó que la conexión con China y Perú convertirá al puerto en un aliado estratégico, no en un competidor regional.
Hasta ahora, gran parte del comercio colombiano con Asia dependía de transbordos en puertos de Centroamérica y Estados Unidos. La nueva ruta promete reducir costos y tiempos logísticos con un tráfico marítimo directo cada semana.
Según la Superintendencia de Transporte, de los 135,1 millones de toneladas de carga movilizadas en los puertos nacionales, la región Pacífico aportó 11,1 %, equivalente a 15 millones de toneladas. Buenaventura, en particular, incrementó sus importaciones en 682.000 toneladas, un alza de 6,9 %, dos puntos porcentuales más que el año anterior.
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¿Qué implica la llegada de Cosco Shipping a Colombia?
Cosco Shipping, la naviera estatal china con presencia en 147 países, ha apostado por Buenaventura en un contexto de reconfiguración de las cadenas de suministro globales.
- Frecuencia: un barco semanal desde Shanghái.
- Flota asignada: nueve buques de carga cubrirán la ruta.
- Capacidad: el Xin Hong Kong tiene una capacidad de 50.000 toneladas o 9.585 contenedores de 20 pies.
- Carga prioritaria: café, azúcar y manufacturas colombianas.
Liborio Cuéllar, gerente de la SPRBUN, señaló que este es un punto de inflexión para el comercio exterior colombiano. “Antes soñábamos con que los chinos tomaran una taza de café colombiano al año. Hoy, no hay límites”, afirmó.
“Esto representa una posibilidad más para los cafeteros, azucareros y en general comerciantes que quieran llegar al mercado asiatico”, afirmó Cuéllar.
Además del café, la ruta con Shanghái podría potenciar las exportaciones de productos agrícolas y manufacturas colombianas. En importaciones, se espera un aumento en el arribo de maquinaria, vehículos y tecnología desde Asia.
Mientras tanto, el puerto de Chancay, en Perú, se consolida como un nodo clave en la estrategia china para América Latina. Cosco Shipping ha liderado su desarrollo con inversiones millonarias, transformándolo en un hub logístico para conectar Sudamérica con Asia.
En octubre pasado, Carlos Tejada, gerente general adjunto de Cosco Shipping Perú, explicó que Chancay no será solo un puerto, sino un clúster industrial y logístico con zonas económicas especiales para atraer inversiones en tecnología, telecomunicaciones y transformación de materias primas.
La alianza con Buenaventura también impactaría los costos de los fletes. En 2020, transportar un contenedor desde China costaba US$2.000, pero en 2022 la cifra alcanzó los US$10.000. Aunque en 2023 volvió a niveles prepandemia, para inicios de 2024 rondaba los US$8.000.
Buenaventura es el principal puerto colombiano en el Pacífico. Desde aquí, el tránsito marítimo a Shanghái toma entre 25 y 30 días; a Hamburgo, Alemania, 22 días; a Nueva York, 13 días; a Chile, 10 días; a Lima, 5 días, y a Guayaquil, 3 días.
Además, el puerto exporta cerca de 70 % del café colombiano y casi toda la exportación de azúcar, ambos sectores clave para la economía. También maneja 34 % de los cereales importados, como maíz y trigo, y 44 % de los vehículos que ingresan al país.
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¿Colombia se unirá formalmente a la Franja y la Ruta?
La visita del presidente Gustavo Petro a China en 2023 dejó abierta la posibilidad de que Colombia se adhiera oficialmente a la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Según Gao Jinbao, consejero de la Embajada de China en Colombia, las negociaciones han avanzado y la firma podría concretarse en los próximos meses.
El debate no está exento de tensiones. Mientras China expande su influencia en América Latina con proyectos como Chancay y Buenaventura, Estados Unidos observa con cautela. Washington ha advertido en varias ocasiones sobre los riesgos estratégicos de depender de infraestructura china en sectores clave.
El reciente “impasse” entre Colombia y Estados Unidos dejó en evidencia la fragilidad de la relación comercial entre ambos países. Con Washington como principal destino de las exportaciones colombianas (29,1 % del total a noviembre de 2024), cualquier roce político con la Casa Blanca amenaza con impactar la economía nacional.
En este contexto, el comercio con China se presenta como una alternativa inevitable. Entre 1980 y 2024, el intercambio comercial entre ambos países se multiplicó 700 veces, y en 2023 las exportaciones colombianas a China sumaron US$2.148 millones, impulsadas por combustibles, acero y productos agrícolas.
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La balanza, sin embargo, sigue siendo deficitaria. Mientras Colombia exporta principalmente materias primas, importa bienes manufacturados de alto valor agregado, como teléfonos móviles, maquinaria y vehículos.
La adhesión formal a la Ruta de la Seda aún está pendiente y podría concretarse este mes, coincidiendo con una efeméride diplomática.
Guillermo Puyana Ramos explicó en una columna para este diario que la Franja y la Ruta no es solo un esquema de comercio e infraestructura, sino un mecanismo de cooperación global que abarca sectores como energía, salud y digitalización. En países como Kazajistán, Etiopía y Laos, ha facilitado la integración de economías aisladas a los circuitos comerciales mundiales.
Para Colombia, la entrada a este esquema podría abrir oportunidades en logística y financiamiento de proyectos estratégicos, pero también plantea interrogantes sobre dependencia económica y términos de participación.
Mientras el país define su posición, otros en la región han avanzado con proyectos concretos bajo el paraguas del BRI. Perú inauguró el puerto de Chancay, una obra que transformará el comercio en el Pacífico suramericano con inversión china. Argentina reactivó su programa de energía nuclear, El Salvador modernizó su infraestructura cultural y Chile amplió su acuerdo comercial con China.
Por ahora, con un barco de Cosco Shipping tocando suelo colombiano cada domingo, el comercio transpacífico ha dado un paso adelante.
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