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La promesa de sol y viento como energías renovables en Colombia se ha mantenido en papel. Pero si los permisos, los predios, los diseños y la política lo permiten, cinco proyectos renovables pasarán de planos a turbinas y paneles.
Hoy, Celsia, la filial energética de Grupo Argos, adquirió un portafolio de 675 megavatios (MW) a la multinacional Mainstream Renewable Power. Se trata de cinco proyectos: tres solares y dos eólicos, distribuidos entre Sucre, Córdoba, Casanare y La Guajira. Con ellos estará más cerca de cruzar la meta de 1.000 WM de energías renovables no convencionales antes de que termine 2027.
Colombia es un país con un potencial solar y de viento casi desperdiciados. En parte, por los cuellos de botella regulatorios. Sin embargo, la puja por sacarlos adelante es constante.
Hace una semana, Ecopetrol anunció que entraba al negocio eólico en La Guajira para construir el parque Jemeiwaa Ka’l con AES Colombia. La petrolera adquirió 49 % de la participación de un portafolio de seis parques eólicos que suman 1,1 gigavatios. Una cifra que equivale al consumo promedio de cerca de un millón de hogares colombianos.
En el caso de Celsia, el radar está en Andrómeda, el parque solar de 100 MW en Sucre, hoy la joya de la corona. Este proyecto contará con 195.000 paneles solares, alojados en 3.250 módulos fotovoltaicos, en un área de 221,95 hectáreas.
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“Estará conectado a una subestación nuestra, lo que garantiza uno de los puntos más críticos de los proyectos actualmente en el país, que es la conexión a la red. Esperamos empezar su construcción a final del año o inicios del próximo”, dijo Ricardo Sierra, líder de Celsia. Se refiere a Toluviejo 220 kV, una subestación de Caoba, la plataforma de transición que la empresa gestiona junto con Cubico Sustainable Investments, un fondo internacional con presencia creciente en América Latina.
Los otros dos proyectos solares —Aries (175 MW, en Córdoba) y Pollux (100 MW, en Casanare)— aún están en fases preliminares. Sus avances varían: estudios ambientales en marcha, mediciones solares, predios en negociación.
Lo mismo ocurre con los dos parques eólicos: Neptuno y Sirius, ambos de 150 MW y localizados en el corredor energético más potente del país, La Guajira. Allí, sin embargo, el viento no basta; los conflictos sociales, los retrasos en licencias y la infraestructura ausente han frenado incluso a gigantes como EDP Renováveis (EDPR), que anunció la subasta pública de las hélices, los transformadores y todos los materiales que habían comprado en 2021.
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Pese a esto, el cambio en la matriz energético es hoy más una urgencia que una necesidad. Aunque el país cuenta con recursos abundantes en radiación solar y viento, la participación de las fuentes no convencionales de energía renovable (FNCER) sigue siendo marginal en la generación total, en la que predomina el agua como fuente primaria. Hasta principios de mes, Celsia tenía 339 MW renovables en operación y 300 MW en construcción. Con la nueva adquisición, supera 1.300 MW, aunque solo una fracción está en funcionamiento o ejecución inmediata.
Mainstream Renewable Power, con sede en Irlandia, llevaba años desarrollando estos proyectos. Juan Manuel Tagle, gerente de la empresa en Latam, señaló: “Nos sentimos muy contentos que Celsia, empresa líder de la industria renovable en Colombia, haya adquirido este importante portafolio de Mainstream”. El directo agregó que el avance en los proyectos fortalecerán la transición energética del país.
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La adquisición de los proyectos por Celsia lo adelanta varios escalones en la carrera por la energía renovable. Luego de la subasta de renovables en 2021, la caída del optimismo tocó piso con los retrasos en las licencias ambientales. Por lo que tener proyectos avanzados con conexiones claras (Toluviejo) es una ventaja competitiva.
Si la promesa de la empresa se cumple, entre finales de 2025 y principios de 2026 podría iniciar la construcción de Andrómeda.
La mayoría de proyectos renovables en el país, sin embargo, no han contado con la misma suerte. Falta construir un camino en favor del viento y no contra la corriente para que los proyectos avancen al ritmo de las metas.
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