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Enel Colombia finalizó de forma exitosa los trabajos de mantenimiento necesarios para garantizar la estabilidad y confiabilidad de la Hidroeléctrica El Guavio.
Se trata de un hecho clave porque dicha central cuenta con una capacidad instalada de 1.260 MW, por lo que es la más grande y genera alrededor del 7 % de la energía eléctrica del país.
La empresa asegura que cerca de 500 personas trabajaron durante un mes en este proyecto, que contó con personal experto para realizar labores de gran relevancia para la central. Del proceso participó el equipo técnico de Enel y sus contratistas, además de buzos especializados, quienes llegaron desde México para realizar trabajos de gran complejidad en el embalse.
Durante este mantenimiento se realizaron adecuaciones subacuáticas en la bocatoma actual de la planta, estructura mediante la cual el agua ingresa para mover las turbinas. A pesar de las condiciones retadoras, como una nula visibilidad y temperaturas bajas extremas.
¿Cómo fue el proceso?
Estos trabajos requirieron una inversión superior a los 18 millones de euros y permitirán que la central El Guavio continúe entregando energía limpia y confiable a Colombia.
En el embalse, un grupo de buzos se sumergió a 120 metros de profundidad para instalar una pantalla de protección de cerca de 8 metros de altura (como un edificio de tres pisos aproximadamente) sobre la rejilla existente, compuesta por láminas de acero, con el objetivo de evitar la entrada de sedimentos en el sistema de generación, que, por procesos naturales, han presentado un aumento en el embalse.
El trabajo de instalación subacuática duró 23 días, durante los cuales los buzos de saturación alternaron sus jornadas de trabajo con estadías de recuperación en una cámara hiperbárica (de la que no salieron durante el periodo), que les permitió adaptar sus niveles de presión a la presión de trabajo.
Este proceso, de alta complejidad, requirió una planificación rigurosa y la articulación de múltiples equipos, además altos estándares de seguridad humana, a través de la implementación de un plan de emergencias con dos equipos médicos especializados en eventos bariátricos y soporte hiperbárico, por tratarse de labores de alto riesgo.
Así mismo, la empresa sostiene que se utilizaron vehículos operados remotamente (ROVs) para minimizar la presencia física de buzos en zonas de riesgo, evitando exposición a corrientes súbitas, impactos por piezas móviles y descargas inesperadas.
Enel advierte que, si bien estos trabajos fueron exitosos, representan una medida provisional que protegerá la planta hasta que se construya una nueva bocatoma.
El segundo frente de trabajo se adelantó en la caverna de máquinas de la central, ubicada en el municipio de Ubalá (Cundinamarca), donde como medida para modernizar la hidroeléctrica se realizaron los mantenimientos mayores de las unidades 1, 3 y 5.
También se reemplazaron los sellos de las válvulas esféricas de cuatro unidades de generación y se optimizaron los sistemas de refrigeración de las unidades auxiliares y de una de las principales.
Asimismo, se realizó vaciado y llenado de túnel de carga para ser inspeccionado y se adelantaron trabajos en uno de los ductos de salida donde se hizo reingeniería de válvulas de sobrepresión.
La empresa anota que el mantenimiento se realizó durante todo el mes de noviembre, pero la planta salió de servicio durante 25 días, sin generar afectaciones en el suministro energético del país, pues en coordinación con el Sistema Interconectado Nacional se garantizó la estabilidad y continuidad de generación de energía mediante otras centrales.
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